San Lucas nos cuenta que la noche del nacimiento de Jesús un ángel se apareció a los pastores de la región de Belén y les anuncio la buena nueva del nacimiento del Mesías. Además como, una multitud de ángeles del ejército celestial coreaba «gloria a Dios en las alturas y paz a los hombres de buena voluntad».
Los pastores fueron a visitar al niño y contaron lo que les había sucedido para maravilla de José, María, y de toda Belén porque un acontecimiento así no pudo pasar desapercibido.
El clima mediterráneo de Belén donde es muy raro que nieve en invierno y cuyas temperaturas más bajas pueden ser de 7 a 10 grados centígrados, lo cual es frío pero tolerable, explicaría que, por la cantidad de gente en la aldea y la necesidad de albergarles, por la tradición de hospitalidad de los medio orientales, se llevasen a los rebaños al campo y así, habría sido en una de estas pesebreras, que quedaban en la planta baja de las casas, donde milagrosamente nacería el mismísimo Dios, para darnos una lección de humildad.
Hay que recordar que por derecho Jesús es Realmente El rey de Israel así su padre haya sido adoptivo, ya que José, era legítimo heredero al trono por ser descendiente de David y Herodes era un Rey falso.
En el año 63 a.C., Pompeyo conquista Jerusalén, y Palestina pasa a depender del poder de Roma. Cuando nace Jesús gobierna en Roma el emperador Octavio Augusto (del 31 a. C. al 14 d.C.). Cuando Jesús muere, es el emperador Tiberio (del 14 d.C. al 37 d.C.).
En los territorios conquistados, Roma procura conservar las costumbres locales. Se reserva la política exterior, controla la moneda y los caminos y exige un tributo elevado. Para conseguir estos fines se sirve de hombres fieles.El judío Herodes el Grande es uno de esos hombres. Roma lo utiliza para gobernar la Palestina ocupada. Y es quien ordena el censo.
Es decir Dios, Rey y Mesías, decide, Él, en su misteriosa voluntad, encarnarse en un miserable portal, por amor a nosotros y a sabiendas de lo que iba a suceder.
Imagine usted convertirse en un gusano y ser consciente de que se tiene alma de humano, que humillación, pero no es nada, comparado con encarnarse en humano y ser Dios todopoderoso y saber lo que los otros gusanos van a hacer de su cuerpo mortal.
Tal será la grandeza de Jesús, que todos, creyentes de todas las denominaciones y paganos cuentan los años a partir de su nacimiento.

