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Vacuna

http://youtu.be/vdmHomIUTcI

Bertrand Russell (un ateo anticomunista) advirtió en 1950 que las vacunas con mercurio y otros tóxicos provocarían lobotomías químicas en la población, lo que nos convertiría en zombies sumisos y manejables
No puede ser coincidencia que vacunas para diferentes propósitos produzcan -alrededor del mundo- el mismo efecto neuronal en niños de diferentes razas.
Autismo, esquizofrenia, promiscuidad, comportamiento psicopatico, déficit de aprendizaje, casi es como estar «poseído», comportamiento criminal etc.
En otros casos falla neurofuncional. La encefalitis produce cambios en el comportamiento, síndrome de falta de atención y agresividad, violencia y tendencias desobedientes o pecaminosas…
Las vacunas producen encefalitis…

Pero no son sólo los niños los recipientes de vacunas.

El timerosal que se usa como conservante en las inyecciones contra la gripe para los adultos. Ha sido uno de los causantes de todas estas «anomalías», ya que el timerosal, es tóxico para el sistema nervioso central, contiene mercurio que es un veneno peligroso conocido como etil mercurio. Que produce desde epilepsia hasta cambios en el comportamiento, problemas respiratorios, sibilancia, urticaria, debilidad, arritmias y mareos.
Los componentes más usuales en las vacunas son: DNA, RNA y proteínas de bacterias, hongos, virus, levaduras, tejido fetal de ganado bovino, tejido renal de monos, metales tóxicos, mercurio, aluminio, MSG, formaldehído (conservante de cadáveres) y phenoxyethanol (en la industria se usa como anticongelante).

Ya en 1999 la Academia Americana de Pediatría y los Servicios de Salud Pública de los Estados Unidos recomendaron que se eliminase el mercurio de todas las vacunas porque probablemente estaba causando daño cerebral en los niños, lo cual hasta hoy en día no se ha realizado.
Las vacunas pueden cambiar la estructura del ADN de las personas inoculadas e incorporan metales pesados neurotóxicos como el mercurio relacionado con el autismo, o el aluminio asociado con el Alzheimer, además de otros tóxicos como el formol y pueden causar daño cerebral, parálisis permanente, alteraciones graves en la sangre, disfunciones crónicas del sistema nervioso e incluso la muerte.

Claudia Elena Restrepo Gallego, de la ciudad de Medellín es madre de una niña de trece años que fue vacunada contra el Papiloma Humano, en su colegio. Obligada y sin consentimiento de sus padres.
“Mi hija Laura Sofía Torres Restrepo tiene 13 años y siempre fue una excelente estudiante, deportista, estudiante de actuación, pues su sueño es ser actriz y modelo, el pasado 27 de mayo en su colegio realizaron una jornada de vacunación contra el virus del Papiloma Humano, mi hija se negó pues no tenía claro para que la querían vacunar, ante su negativa la respuesta del colegio fue que era obligatoria, le cogieron del brazo y la vacunaron sin su consentimiento y mucho menos el mío, pues jamás recibimos ninguna notificación…”,

“A los días Sofía presento vómitos, fiebres muy altas, mareos y fuertes episodios de migrañas, acompañados de malestar general y dolores de garganta a lo que le diagnosticaron faringoamigdalitis bacteriana, y comenzó antibióticos, este cuadro se repitió una y otra vez durante meses sin resolución alguna, pues tenía estas infecciones 2 veces al mes durante 4 meses, su sistema inmunológico se fue al piso ya no tenía defensas de ningún tipo, su actitud cambio notablemente y ya no regresó a estudiar pues sus repetidas ausencias al colegio la hicieron atrasarse mucho al punto que no regreso más, el 9 de octubre despertó en la mañana con un dolor en el cuello muy fuerte, que no le permitía mover la cabeza, llamamos al servicio de Emergencias en casa y el primer Diagnóstico fue Cervicalgia (inflamación de los músculos cervicales) la inyectaron con antinflamatorios pero el dolor nunca cedió, por el contrario cada vez era más fuerte, poco a poco empezó a presentar entumecimiento de los brazos con dolor y poco a poco fue perdiendo la movilidad, el 1° de noviembre la hospitalizaron por orden de Neurología, le realizaron tac cervical y resonancia magnética cervical, las dos salieron normales, más sin embargo el dolor cada vez era más incapacitante, fue muy frustrante ver como los médicos comenzaron a ignorar a la niña, luego hospitalizada la visito un psiquiatra y después de hablar 15 minutos con ella, diagnostico irresponsablemente, que ella tenía un trastorno opositor desafiante (manejo de agresividad) claro que estaba alterada, pues las enfermeras empezaron a dudar de que la niña realmente estaba enferma y en varias oportunidades insinuaron que estaba fingiendo, esta situación tenia a la niña incomoda y para el psiquiatra esto le dio pie para el diagnóstico, mi hija no solo tuvo que lidiar con el diagnostico, sino con la incredulidad del personal del hospital, después de eso la dieron de alta que porque ella medicamente no tenía nada y la remitieron a psiquiatría…”.

“La remitieron a la clínica del dolor, donde la pasaron a un staf de médicos y después de hacernos preguntas, y ver los exámenes que se le habían realizado, diagnosticaron que la niña tenía un trastorno somatomorfo y por eso tenía una alodinia (dolor intratable), ahora el psiquiatra le recetó medicamentos para la ansiedad y la remitió a psicoterapia (por cierto nunca las autorizaron que por que el plan de salud no las cubre), mientras todo este recorrido de especialistas se chutan la pelota unos a otros, han pasado casi 6 meses y mi hija que comenzó con un dolor cervical, ahora también es dorsal, lumbar, está inmovilizada, hace un mes que perdió la capacidad de caminar normalmente, arrastra los pies como si tuviera 90 años, pues el dolor es insoportable, no tiene estabilidad es como si hubiera perdido el control de su cuerpo, todo el tiempo está mareada y con nauseas, tiene sensibilidad a la luz y permanece con ardor en los ojos, le duele abrir mucho la boca, dolores de oído constantes y de cabeza, los cambios de estado de ánimo ahora si son notorios pues cualquiera que lleve 6 meses en cama con fuertes dolores y fuera de eso no le crean, viviría de mal humor, tiene muchos temblores y el sábado pasado tuvo un cuadro de laringotraqueitis (se inflamó la laringe y se le estaba cerrando la traquea) por lo que tuvo que ser nuevamente remitida a urgencias, donde dicen que no saben que le ocasionó esto, la estabilizaron y le dieron de alta….”.

“Nunca pensé ni por un momento en la vacuna del papiloma, hasta que en el mes de febrero, vi una publicación en internet que hablaba de los efectos secundarios de esta vacuna, inmediatamente relacioné todo y mi corazón de madre supo que le pasaba a mi hija, investigué muchísimo del tema y encontré testimonios de varias niñas en diferentes partes del mundo pasando por lo mismo, algunas con sintomatología más grave y otras más leves, pero todas con algunas coincidencias, lo más particular es que absolutamente todas han tenido que pasar por la tortura de que las diagnostiquen con trastornos psiquiátricos, inclusive se del caso de una que está en un hospital mental, es triste ver como el ego de los médicos no les permite ver más allá de sus narices pues lo que ellos no saben prefieren decir que es mentira del paciente….”.

Claudia Elena y su pequeña hija se encuentran ahora en la ciudad de Bogotá intentando “un tratamiento de desintoxicación con un médico Bioenergético, quien por medio de un examen con dermatron pudo constatar que la niña sufrió un daño en su sistema nervioso, adicionalmente tiene problemas en el páncreas, la vesícula, el hígado y los riñones, gracias a la cantidad de medicamentos que ha tenido que recibir que no han hecho absolutamente nada, excepto deteriorar más la salud de mi hija”.

“Al día de hoy, mi hija no estudia, ya no hace deporte, no tiene amigos no puede ver TV mucho rato por que se marea, no camina, no tiene fuerza en los brazos y para salir tiene que ser en silla de ruedas y sufre de dolores tan fuertes que dormida la escucho quejarse todas las noches y yo no puedo hacer nada más que orar, pago mensualmente un plan de salud, que no me apoya y me dio la espalda y a los médicos que he tratado de decirles de la vacuna, dicen que no saben nada del tema y que lo de la niña está todo en su cabeza. Estoy en quiebra, no tengo auto y la tengo que transportar en taxis todo el tiempo, ya no puedo trabajar pues no la puedo dejar sola, la tengo que bañar, levantar, acostar, y tratar de darle animo todo el día, pues me da miedo que pierda las ganas de vivir, pues esta como muerta en vida. Ya no sé qué hacer pues la medicina tradicional no me presta atención y ni siquiera sé que examen se le puede hacer para comprobar legalmente, que fue la vacuna y a quién recurrir, literalmente estamos solo en manos de Dios”.

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De #bottegadivina

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