La fiesta de San Valentín fue declarada por primera vez alrededor del año 498 por el papa Gelasio I. Nació el año 175. Fue ordenado por San Felicio de Foligno y consagrado obispo de Interamna por el Papa Víctor I. Famoso por su evangelización, milagros y curaciones, este sacerdote ejerció en Roma.
El oficial Asterius, encargado de encarcelarle lo quiso ridiculizar y lo puso a prueba. “Te reto a que devuelvas la vista a mi hija Julia que nació ciega”. Valentín aceptó e impuso sus manos sobre los ojos de la joven. ”En el nombre del Señor y de su infinito amor, te devuelvo la vista”. En el nombre de Jesús, se obró el milagro.
Este hecho convulsionó a Asterius y su familia, quienes se convirtieron al cristianismo. Pero Valentín siguió preso.
Fue decapitado en el año 270 d. C., lo mataron de noche y en secreto para evitar la reacción del pueblo durante el reinado del emperador Claudio II, un 14 de febrero, al no querer renunciar al cristianismo y por casar parejas en secreto, después que el matrimonio fue prohibido por el mismo emperador ya que los paganos consideran incompatible el amor con la carrera de las armas.
En el mundo pagano la esposa y los hijos son propiedad del padre, pero Cristo nos trajo este sacramento sagrado e indisoluble, que hace a la pareja “una sola carne”, así que se acaba la esclavitud pagana, para convertirse en una unión más que física, espiritual y la cohesión de la familia hace que la pareja sea una sola para siempre. Esto riñe contra los intereses del imperio que solo busca que las mujeres tengan hijos para la guerra y que los soldados no tengan ataduras, todo Romano es un soldado y todos son propiedad del estado.
El amor de este sacerdote por defender el Sacramento del Matrimonio nos inspira a elevar el amor humano al nivel del amor de Dios para el cual fuimos creados.
Valentín está enterrado en la Via Flaminia en las afueras de Roma. En el siglo XII, la puerta de la ciudad romana conocida en tiempos antiguos como la Puerta Flaminia (ahora conocida como Porta del Popolo) era conocida como la Puerta de San Valentín. El cráneo de «San Valentín Mártir» se conserva dentro de una urna de cristal, a la vista de los fieles, en la Basílica de Santa María in Cosmedin en Roma.
Oración de los Novios
Madre Nuestra: En tu nombre hemos unido nuestros corazones. Queremos que presidas nuestro amor; que defiendas, conserves y aumentes nuestra ilusión. Quita de nuestro camino cualquier obstáculo que haga nacer la sombra o las dudas entre los dos.
Apártanos del egoísmo que paraliza el verdadero amor.
Líbranos de la ligereza que pone en peligro la Gracia de nuestras almas.
Haz que, abriéndonos nuestras almas, merezcamos la maravilla de encontrar a Dios el uno en el otro.
Haz que nuestro trabajo sea ayuda y estímulo para lograrlos plenamente. Conserva la salud de nuestros cuerpos. Resuelve necesidades materiales.
Y haz que el sueño de un hogar nuevo y de unos hijos nacidos de nuestro amor y del cuerpo, sean realidad y camino que nos lleve rectamente a tu Corazón. Amén.
