«Mientras El hablaba a la muchedumbre, su madre y sus hermanos estaban fuera y pretendían hablarle.
Alguien le dijo: Tu madre y tus hermanos están fuera y desean hablarte.
El, respondiendo, dijo al que le hablaba: ¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?Y, extendiendo su mano sobre sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos.
Porque quienquiera que hiciere la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre». Mat 12:46-50
Las referencias bíblicas que sugieren hermanos son realmente referencias a primos (Catecismo de la Iglesia Católica, párrafo 510)
En Griego, la palabra para hermanos es adelphos y para hermana adelphe. Esta es usada en diferentes contextos: para niños con mismos padres (Mateo 1:2; 14:3), descendientes de parientes (Hechos 7:23, 26; Heb. 7:5), los Judíos como un todo (Hechos 3:17, 22), etc.
El Nuevo Testamento fue escrito en griego pero sus autores eran de cultura hebrea. La palabra hebrea que significa «hermanos» o «primos» fue traducida al texto original griego de la Biblia como «adelphos». A diferencia del hebreo o el arameo, el griego tiene una palabra específica para primos: «anepsios», pero los traductores del Nuevo Testamento, siendo de cultura hebrea, prefirieron usar «adelphos» para traducir la palabra aramea «hermanos» que, como hemos dicho incluye primos y otras relaciones.
«¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas? Y se escandalizaban de él». Marcos 6:3
«¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas?» Mateo 13:55
Asi que los hermanos de Jesús son Santiago, José, Judas y Simón, pues bien la misma biblia enseña quienes son los padres, antes que nada notamos que se trata de padres totalmente diferentes.
«Entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo». Mateo 27:56
Ya hemos localizado dos, y a su Madre, María no la madre de Jesús sino otra distinta.
“Y María Magdalena y María madre de José miraban dónde lo ponían”. Marcos 15:47
“Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena.” Juan 19,25
“Había allí también varias mujeres que estaban mirando de lejos, entre las cuales, estaba María Magdalena, y María madre de Santiago el menor y de José, y Salomé mujer de Zebedeo,” Marcos 15,40
Este otro versículo nos muestra quien es el padre de José y Santiago:
“Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.
Los nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano;
Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Jacobo (Santiago) hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo”, Mateo 10:1-4
Ahora vamos a buscar a Simón y a Judas, quienes nos faltan:
«Mateo, Tomás, Jacobo (Santiago) hijo de Alfeo, Simón llamado Zelote,
Judas hermano de Jacobo, y Judas Iscariote, que llegó a ser el traidor». Lucas 6:15-16
«Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo». Hechos 1:13
Así que entonces Judas es conocido como el hermano de Jacobo (Santiago). Lo que se confirma en la epístola de Judas. Por tanto era hijo de Alfeo. Ahora entonces quien es Simón el Zelote?
«A Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananita», Marcos 3:18
Vemos entonces como este Simón era de Canaan y no de Belén o Nazareth donde había nacido el Salvador y vivía.
Como vemos entonces ninguno de ellos era hijo de María y de José, por tanto ninguno de ellos era hermano carnal de Jesús.
El Papa Hormisdas precisa que «el Hijo de Dios se hizo Hijo del hombre y nació en el tiempo como hombre, abriendo al nacer el seno de su madre (cf. Lc 2, 23) y, por el poder de Dios, sin romper la virginidad de su madre» (DS 368). Esta doctrina fue confirmada por el concilio Vaticano II, en el que se afirma que el Hijo primogénito de María «no menoscabó su integridad virginal, sino que la santificó» (Lumen gentium, 57). Por lo que se refiere a la virginidad después del parto, es preciso destacar ante todo que no hay motivos para pensar que la voluntad de permanecer virgen, manifestada por María en el momento de la Anunciación (cf. Lc 1, 34), haya cambiado posteriormente. Además, el sentido inmediato de las palabras: «Mujer, ahí tienes a tu hijo», «ahí tienes a tu madre» (Jn 19, 26-27), que Jesús dirige desde la cruz a María y al discípulo predilecto, hace suponer una situación que excluye la presencia de otros hijos nacidos de María.
Los que niegan la virginidad después del parto han pensado encontrar un argumento probatorio en el término «primogénito», que el evangelio atribuye a Jesús (cf. Lc 2, 7), como si esa expresión diera a entender que María engendró otros hijos después de Jesús. Pero la palabra «primogénito» significa literalmente «hijo no precedido por otro» y, de por sí, prescinde de la existencia de otros hijos. Además, el evangelista subraya esta característica del Niño, pues con el nacimiento del primogénito estaban vinculadas algunas prescripciones de la ley judaica, independientemente del hecho de que la madre hubiera dado a luz otros hijos. A cada hijo único se aplicaban, por consiguiente, esas prescripciones por ser «el primogénito» (cf. Lc 2, 23).


