Viene un futuro en el cual la salud, la apariencia, la personalidad, la habilidad cognitiva, la capacidad sensorial y la vida promedio de nuestros niños se vuelvan susceptibles de modificación genética, los costos de estas tecnologías limitarán su adopción generalizada, de manera que en el tiempo la sociedad será segregada entre los «GenRich» («GenesRicos») y los «Naturales».
«Muchos piensan que es bastante injusto que algunas personas tengan acceso a tecnologías que pueden proveerles ventajas mientras que otros, con menos alcance, se vean forzados a depender solo de la casualidad . . . [Pero] La sociedad americana se adhiere al principio que la libertad personal y la fortuna personal son los determinantes primarios de lo que los individuos están permitidos y pueden hacer. Efectivamente, en una sociedad que valora la libertad individual sobre todo lo demás, es difícil encontrar una base legítima para restringir el uso de reprogenéticas. . . Argumentaré [que] el uso de tecnologías reprogenéticas es inevitable . . . Que nos guste o no, solo el mercado global decidirá.» (Remaking Eden: Cloning and Beyond in a Brave New World (New York: Avon Books, 1997), pages 4-7, 11) Lee Silver Universidad de Princeton.
«Los GenRich – quienes serán el 10 por ciento del total de la población Americana – todos llevarán genes sintéticos. . . Todos los aspectos de la economía, la prensa, la industria del entretenimiento y el conocimiento industrial serán controlados por los miembors de la clase GenRich. . . Los Naturales trabajarán como proveedores de servicios o trabajadores con pagos bajos . . . [Eventualmente] la clase GenRich y la clase Natural serán especies completamente separadas sin habilidad de poder cruzar las especies entre sí y con el mismo tipo de interés romántico uno en el otro que el actual humano tiene por un chimpancé.»
«Algunos la odiarán, algunos la amarán, pero la biotecnología está llevándonos inevitablemente a un mundo donde las plantas, los animales y los seres humanos serán en parte hechos a mano…. Supongamos que los padres aumentan 30 puntos a los IQ de sus hijos. ¿No le gustaría hacerlo? Y si no lo hace, su niño sería el más estúpido en el vecindario.» (Creating Wealth: The New Rules for Individuals, Companies and Nations in a Knowledge-Based Economy (New York: Harper Collins, 1999), pagina 33)
http://www.geneticsandsociety.org/article.php?id=436
«Actualmente estamos en los umbrales de una nueva forma de dominio mucho más sutil y profunda que las anteriores, puesto que el nivel de control o poder de unos sobre otros podría alcanzar límites insospechados.
Esta nueva forma de esclavitud está constituida por los avances de la ingeniería genética. Aun cuando a primera vista existe en muchos sectores un entusiasmo casi cándido por sus posibilidades, no hay que ser muy suspicaz –un poco de historia basta– para darse cuenta que cuando ha aparecido alguna forma nueva de poder del hombre sobre la naturaleza, de manera inevitable se ha hecho también un mal uso del mismo, como ocurrió por ejemplo, con la energía atómica.
De este modo, basta pensar sólo por un instante en lo que representa la manipulación genética sobre los aún no nacidos, para darse cuenta del casi infinito poder que puede llegar a tener el hombre sobre el propio hombre. Ya no se trata sólo de aprisionar a otro ser humano, sino en realidad, de conformarlo, de alterar su propio proceso de generación. O si se prefiere, antes existía la posibilidad de influir sobre acciones o facultades de una persona (impidiéndole ser libre, por ejemplo), pero hoy cabe tener un control no sobre lo que el hombre “hace”, sino sobre lo que el hombre “es”. Y lo peor de todo es que el sujeto manipulado ni siquiera puede percatarse de dicha manipulación.
La conclusión lógica es que con esto se rompe en mil pedazos la tan ansiada y proclamada igualdad del género humano, porque como nunca antes, unos se transformarán en amos de otros, al punto que toda forma de esclavitud anterior podría muy bien ser tomada por un inocente juego de niños comparado con lo que puede venir».
Max Silva Abbott

