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NAVIDAD EN CROACIA Y BOSNIA

El éxito de los regímenes comunistas en las tradiciones como la Navidad, sobre todo en los países de fuerte tradición católica, se reducen, por regla general, a lo exterior, a la práctica del culto público, pero al interior, la vida religiosa continúa con intensidad, a veces con más rigor en los hogares y en las iglesias.

Las fiestas navideñas y su forma de celebración en Croacia tienen, un gran significado moral y social.

A la mesa de Nochebuena no se sientan sólo los miembros de la familia, sino también los criados, los obreros y los pastores, además alguno que otro mendigo o viajero, porque ante la humildad del Señor que quiso nacer en un establo, no hay lugar para las diferencias sociales, por lo menos en la Noche sagrada. En muchos lugares, por ejemplo en Bosnia y Hercegovina, los antiguos enemigos se reconcilian, se estrechan las manos espontáneamente y se besan, olvidando las querellas y las injusticias anteriores. Los pobres reciben regalos. Si alguien no tiene carne para asar se encontrará siempre un vecino o un pariente que se la traiga porque Navidad es fiesta de amor y de abundancia.

El ciclo de las costumbres navideñas empieza generalmente con la festividad de Santa Catalina (25 de noviembre), cuando cesan las fiestas ruidosas y opulentas para que los feligreses se preparen debidamente para la llegada del Señor. El ayuno y la abstinencia se respetan casi siempre en su primitiva pureza y austeridad. Durante el adviento hay, algunas fiestas menores de auténtico sabor familiar y otras que señalan etapas en preparación de la fiesta principal. De las primeras las más características son los tres últimos domingos de Adviento que el pueblo croata de Bosnia y Dalmacia dedica sucesivamente a los niños (Djetinci), a las madres (Materice) y a los padres (Ocici). La costumbre existe también en algunas otras regiones croatas y es muy anterior al recién introducido «día de la Madre’. En ese día, los festejados reciben felicitaciones de sus familiares y tienen que rescatarse con pequeños regalos: los niños con frutas, las madres con frutas y pasteles, y los padres con aguardiente y carne.

El día de Santa Bárbara (4 de diciembre) empiezan los preparativos caseros. Se aparta el cerdo o el carnero que ha de ser sacrificado para las fiestas y desde entonces se le cuida mejor y se le ceba. El mismo día se siembra en algunos platillos un poco de trigo para que en la Nochebuena haya en casa algo de fresco verde. En algunos lugares se hace lo mismo el día de Santa Lucía.

Con la fiesta. de Santa Lucía (13 de diciembre) empiezan los «doce días» que nos separan de la Navidad. Cada uno de ellos está destinado para un trabajo particular y una práctica especial. El conjunto del número doce posee ya un significado mágico. La predicción del tiempo para el año siguiente se deduce del tiempo de estos doce días, cada uno de los cuales corresponde a un mes del año venidero. El mismo día se hacen varios sortilegios para adivinar el futuro, sobre todo con respecto al matrimonio de las muchachas casaderas. Este día las mujeres no deben coser, porque, según las creencias en algunas regiones, les dolerían los dedos. Santa Lucia es también ocasión para cortar la leña que se quemará los días festivos.

El día de Santo Tomás (21 de diciembre) está destinado a la matanza de la res previamente seleccionada y, para cribar la harina con la que se harán los pasteles y los dulces rituales. Cada familia trata de preparar cuantas comidas puede porque una parte se regalará a los pobres y, a los necesitados.

El día de Nochebuena está lleno de labores caseras, preparativos, ceremonias y oraciones. Todo el mundo se levanta antes de salir el sol, después se reza una larga oración y se desean mutuamente Felices fiestas venideras todo eso acompañado de frases rituales y pequeñas libaciones de aguardiente. Luego a trabajar todo el mundo, porque en una gran familia hay tareas para todos, incluso para los niños. Mientras las mujeres trabajan en la cocina, los hombres se dedican a las faenas propias de su sexo. Primero adornan casas, establos, campos y cementerios con ramitas verdes de muérdago, yedra o laurel, o de cualquier otro arbusto o árbol que en esta época tenga hojas verdes.

Es casi una norma que a la Misa de Gallo debe asistir toda la Familia. En casa quedan sólo los ancianos y los niños muy pequeños con un hombre mayor. Es de una belleza única e indescriptible ver cómo se acerca la gente a la iglesia parroquial. El paisaje está generalmente cubierto de nieve y por los estrechos senderos desde todas las direcciones se acerca la gente por grupos, llevando cada uno una antorcha o una linterna. Se oyen villancicos y disparos de escopeta, sofocando el susurro de las mujeres que rezan el rosario. En la iglesia siguen cantando villancicos, sosteniendo velas o linternas encendidas. Terminada la Misa de Gallo, en muchas regiones de profundas tradiciones católicas, la mayoría se queda asistiendo a las dos misas siguientes, y luego se encaminan a la casa felicitando de paso por las Pascuas a los amigos y los parientes. La gente se besa, se felicita y pide mutuamente perdón por sus faltas en el pasado año. Uno a otro se desean que la paz de Dios reine entre nosotros.

http://www.studiacroatica.org/revistas/002/00210.htm

https://youtu.be/tP9HqJDTnsg

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De #bottegadivina

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