El Libro del Eclesiastés o Qohéleth, conocido como el «Libro del Predicador», es un libro del Antiguo Testamento perteneciente al grupo de los denominados Libros Sapienciales, que generalmente podemos encontrar en el centro de la biblia.
El autor se llama a sí mismo «hijo de David» y «rey en Jerusalén» por ello es atribuido al rey Salomón.
El autor del libro se pregunta si el ser humano puede encontrar en las cosas de la tierra esa felicidad plena que anhela su corazón.
La respuesta es: vanidad de vanidades, todo es vanidad! ¿Qué ventaja saca el hombre de todo lo que trabaja bajo el sol? Todos los torrentes van al mar, pero el mar no se llena.
Sin embargo, deja al descubierto que hay en la vida una felicidad, la sabiduría y el temor de Dios, que El no dejará sin recompensa.
Para el autor, Dios hizo al hombre recto, Pero el hombre es capaz de pervertirse, y el hecho de que no sea castigado el mal, le induce a cometerlo, de modo que no es fácil encontrar un hombre bueno, y menos todavía hallar una mujer buena.
Dios al que le es grato le da sabiduría, ciencia y gozo; pero al pecador le da el trabajo de allegar y amontonar para dejárselo después a otro. ecl 2 26
Eclesiastes (9:11-12). observé, y vi debajo del sol que no es de los ágiles el correr, ni de los valientes el vencer, ni de los entendidos la riqueza, Y ni aun su hora conoce el hombre;
Ser cristianos es asumir la carga de decir la verdad, hiera a quien hiera.
Chesterton escribió un poema que tituló
“Eclesiastés”
Existe un pecado: decir que una hoja verde es gris,
por el que el sol se estremece en el cielo.
Existe una blasfemia: implorar la muerte,
porque Dios solo conoce lo que vale la muerte.
Hay un credo: bajo el ala de ningún terror
las manzanas se olvidan de crecer en los manzanos.
Hay una cosa necesaria –todo-
el resto es vanidad de vanidades.
Un fragmento del libro de Qohelet, Eclesiastés, en Qumrán podría datar del siglo III a.C. Esto haría de este fragmento uno de los testigos más antiguos de un texto bíblico sapiencial, y sugiere que el libro de Qohelet circulaba y era copiado mucho antes de lo que indicaban estimaciones previas.
Una combinación de datación por radiocarbono y análisis paleográfico mediante inteligencia artificial ha permitido reevaluar la antigüedad de varios manuscritos de Qumrán. Qohelet podría ser considerablemente más antiguo de lo que se creía hasta ahora, evidencia que algunos libros, incluso aquellos que fueron objeto de debate dentro del judaísmo (como Qohelet, por su tono escéptico), ya circulaban siglos antes del canon oficial. Fue escrito durante el período helenístico temprano, cuando corrientes filosóficas griegas estoicas, estaban en su apogeo.
