Miguel Ángel Builes Gómez obispo de la Iglesia católica, durante casi cuarenta y tres años gobernó la Diócesis de Santa Rosa de Osos.
Predicó contra los errores del comunismo. El papa Pío XII honró a monseñor Builes con el título de Prelado Doméstico de Su Santidad, Asistente al Solio Pontificio y Conde Romano.
El 29 de septiembre de 2001 se inició el proceso de beatificación y canonización, en la actualidad es Venerable, el paso previo a la santidad.
Siguiendo el planteamiento del papa Pío IX, calificado como el «azote del liberalismo», ya que lleva a la ruina de los estados y quien público el Syllabus, un documento de ochenta puntos, que condena los conceptos de la herejía que se llamó modernista. O errores de nuestros tiempos, que incluyen el comunismo y el liberalismo que Monseñor Builes combatía.
Se destacó por su extensa obra pastoral. Fundó cuatro comunidades religiosas: Instituto de Misiones Extranjeras de Yarumal (1927), La Congregación de Hermanas Misioneras de Santa Teresa del Niño Jesús (1929), La Congregación de Hermanas Contemplativas del Santísimo (1939), y La Congregación de Hijas de Nuestra Señora de las Misericordias (1951); ordenó ciento sesenta y dos sacerdotes; consagró tres obispos:
Su voz era la única que sonaba para denunciar, los horrores del liberalismo, en aquellos tiempos:.
“Que el liberalismo ya no es pecado, se viene diciendo últimamente con grande insistencia; los prelados no sólo callan sino que han prohibido hablar del liberalismo […] y que por tanto, ser liberal ya no es malo […] Nada más erróneo, pues lo que es esencialmente malo jamás dejará de serlo, y el liberalismo es esencialmente malo”. «el liberalismo es de izquierdas», «el liberalismo es socialista», «el liberalismo es comunista» y «el liberalismo es anticristiano» (Builes 1939; Builes 1949)
Builes declaró: “La educación corresponde a la familia antes que al Estado, por lo cual éste no puede arrogarse el derecho a enseñar y, lo que es peor, de declarar atea la enseñanza”.
Ha habido “una verdadera inundación de libros impíos, de revistas pornográficas y de cuadros soeces, sin jota de arte, pero con abundancia de inmundicia (que), se difunden con levadura ponzoñosa, el cine es “la peor escuela de robos, de asesinatos y deshonestidades”. Predicaba