Años después, de cara al mundo, Urogario Barjuda, seguía pregonando las mentiras de su tío, enalteciendo la Pachamama y diciendo que:
“Dios no es católico, es universal, y cada uno lo concibe como quiere”. Ignorando que:
El padre del falso dios Zeus -el titán Cronos- es un criminal que asesinó a sus propios hijos devorándolos.
Zeus el “Rey de los Dioses” fue el primer violador en serie. Júpiter como también se le llamaba, Violó a Leda, a medusa a Europa; abusó de su madre Rea; secuestró al niño Ganímedes; poseyó a Dánae; se hizo pasar por su hijo para forzar a la ninfa Calisto.
Dionisio, Dios de la embriaguez y la desmesura.
Hermes el dios de los ladrones, muy astuto y perspicaz, fue un ladrón desde la noche en que nació.
Afrodita era una ninfómana
Apolo tuvo múltiples amantes hombres, podía matar a la gente mediante el contagio de las enfermedades que él mismo propagaba, aunque a la vez era el dios de la medicina.
Ares o Marte Dios de la guerra, de mal humor y poco confiable, representa el caos de la guerra acompañado de buitres, serpientes venenosas y perros.
Artemisa o Diana diosa de las pestes y enfermedades.
Poseidon o neptuno el dios de los terremotos, desastres naturales, del mal humor o mal genio. Su arma y símbolo es un tridente.
La lista es larga, pero el verdadero Dios es uno y no puede ser comparado con estos diablos, como Barjuda pretende, al decir que Dios no es católico, que Dios es el Espíritu del mundo, y que cada uno lo puede concebir como quiera.
La creencia de las demás religiones no se puede identificar con la Fe Católica, dictamina la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Dios es trascendente, omnipotente, infinitamente perfecto, creador del universo, señor, rey y último fin de la historia del mundo, el cual no admite, ni puede admitir, otras divinidades junto a sí y no admite complementos de origen humano.
“Muchas veces y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros padres por medio de los profetas; en estos últimos tiempos nos ha hablado por su Hijo” (Heb 1, 1-2). Cristo, el Hijo de Dios hecho hombre, la Palabra única, perfecta e insuperable. Nadie mas ha resucitado muertos o se ha resucitado a si mismo, para mostrarnos la realidad de la vida eterna. Cristo, el Mesías, el Hombre Dios, que hizo los cielos y la tierra, lo ha demostrado con su encarnación, vida y milagros tangibles y comprobados y finalmente con su resurrección.
Por lo cual, el que ahora quisiese alguna visión o revelación, no sólo haría una necedad, sino haría agravio a Dios, no poniendo los ojos en Cristo, sino queriendo otra cosa o novedad” como lo explica San Juan de la Cruz. (Subida del Monte Carmelo 2, 22, 3-5). Y el (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 65)
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