Esto dijo Jesús, levantando sus ojos al cielo «PADRE, esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero y a tu enviado Jesucristo» (Jn 17 1,3).
El Tío de Barjuda quiso cambiar esta revelación de Dios, por una suya, así que planeó hacer poner al hombre por encima de Dios. Como lo había hecho al pie del árbol en el paraíso. Seréis como Dioses.
Urogario pretendió enseñar que “Vivir la fe cristiana no significa huir del mundo, -para adorar a Dios- sino servir al hombre, a todo el hombre y a todos los hombres”.
El catecismo Astete dice que Fuimos creados para conocer, amar y servir a Dios nuestro Padre celestial.
El Concilio Vaticano II declaró que La pureza de intención es requisito para practicar la verdadera caridad, es decir que de nada valen las obras sin la fe. Y el papa Pío XI manifestó que la caridad y el servicio, no procura la salvación de las almas. Mas bien Debemos arder en caridad para con nuestros hermanos cegados por el error la herejía o el relativismo, porque de la envidia resulta una caridad hipócrita, decía San Basilio Magno
El cristiano vive según los mandamientos, la imitación de Cristo, y no se asusta con los sufrimientos y dificultades de la vida. Vivir la fe en nuestros días exige una actitud permanente de coraje y heroísmo, pues son muchos los que no comprenden, no apoyan y hasta llegan a perseguir a los que se apartan radicalmente del pecado, se confiesan con frecuencia, asisten la misa dominical y buscan conformar su mente y corazón a los de Jesús. “no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Dt 8, 3).
La contemplación de María es más laudable que la caridad de Marta, que se afanaba en servir al hombre, pero cristo le recordó que adorar a Dios, amarle y servirlo es más importante.
El asistencialismo del propio Mesias, cuando multiplicó los panes y los peces, hizo que lo quisieran hacer rey y por ello tuvo que huir, por eso diría, Bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios, y la ponen en práctica.
El papa Pablo VI dijo que La ilusión del falso bienestar hace considerar solamente la aflicción y la pobreza, descuidando lo verdaderamente esencial. Santo Tomás de Aquino decía que La caridad para con Dios es más meritoria que la caridad para con el prójimo.
Vivir en la fe en Jesucristo, vivir la verdad y el amor implica renuncias todos los días, implica sufrimientos. Predicaba Benedicto XVI
Porque son muchos los que son enemigos de la cruz de Cristo, su Dios son sus estómagos, y su gloria su vergüenza, porque tienen el corazón puesto en las cosas terrenas. Filip 3 18,19
Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa. (Mt 6, 1-2)