“Señor ¿son pocos los que se salvan?” (Lc 13, 23). Le preguntaron a Cristo.
Durante la primera aparición de la Virgen en Fátima, el 13 de mayo de 1917, Lucía preguntó a la Santísima Virgen si su amiga Amelia, que había muerto recientemente, ya estaba en el cielo. La Virgen responde: «¡Estará en el purgatorio hasta el fin del mundo!”
La Virgen, explica que, «ir al cielo», no es tan fácil.
Sin embargo, Barjuda, sagaz y marrullero, difunde que: “Seremos revestidos por la alegría, la paz y el amor de Dios de modo completo, sin límite alguno, y estaremos cara a cara con Él. Todos, todos nosotros nos encontraremos allá arriba, todos.”
El cielo es un lugar real, donde los que lo merezcan vivirán un día. En la casa de mi Padre hay muchas moradas. Dice Juan 14:2,3, allí, los que sean santos, “como el padre esta en el cielo es santo”, Mat 5,48, hallarán hospedaje, en proporción a sus méritos.
Urogario, en cambio, quiere hacer creer que el cielo: “Más que de un lugar, se trata de un “estado” del alma, en el cual nuestras expectativas más profundas serán cumplidas”
Buscando, que ignoremos que, para ir a la Jerusalén celestial, la ciudad de Dios, el cielo, hay que ganárselo, hay que aspirar a la santidad…
Ahora la puerta está abierta para pasar del atrio al lugar santísimo. Después Lo inmundo quedara fuera. Dice Ap. 21:27 y Solo los que siguen la santidad podrán ver al Señor. Heb. 12:14. “No pudiendo hacer que su padre cambiase la resolución, por más que con lágrimas lo solicitase. Recalca Heb 12 16.
Los desconoce. Son ajenos a la familia de Dios. Enseña 2 Tim. 2:19 Los despide. Apartaos de mi… Hacedores de maldad. Esta es la razón de su ruina (2 Tim. 3:5)
El Dios vivo lo dijo claramente: Si quieres entrar en la vida eterna, cumple los mandamientos. (Mt 19, 17)
Si alguno dice que el castigo de los demonios o de los hombres impíos es temporal y que en algún momento tendrá fin, o que se dará la reintegración de los demonios o de los hombres impíos, sea anatema. Sea Maldito Denzinger-Hünermann, Sínodo de Constantinopla, ratificado por el Papa Vigilio.
San Agustín de Hipona predicó que Para alcanzar el cielo es menester vivir santamente
Santo Tomás de Aquino por su parde dijo Aquellos que obran con malicia no merecen la vida futura, ya que “Es acto de justicia condenar a los empedernidos”
La Congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos ha dicho “Todos fueron redimidos pero no todos acceden a la redención”
El beato papa Pío IX, proclamo que: La salvación no se encuentra en el culto que se considera mejor, por eso hay que “Echar de las mentes de los hombres la opinión impía” que la salvación se puede encontrar de cualquier manera y en cualquier parte.
Juan Pablo II fue demoledor al afirmar. “El hombre cuando utiliza mal su libertad, se condena” porque Las palabras de Cristo sobre la condenación son claras
Catecismo de la Iglesia Católica# 1033 enseña que ; “No podemos amar a Dios si pecamos gravemente contra Él, contra nuestro prójimo o contra nosotros mismos: “Quien no ama permanece en la muerte. Todo el que aborrece a su hermano es un asesino; y sabéis que ningún asesino tiene vida eterna permanente en él” (1 Jn 3, 14-15).
Morir en pecado mortal sin estar arrepentido ni acoger el amor misericordioso de Dios, significa permanecer separados de Él para siempre por nuestra propia y libre elección. Y el lugar destinado para los pecadores contumaces y los demonios es el lago de Fuego, la Gehena el infierno eterno.