Lepra Espiritual

Cuando el Camino Sinodal alemán declara que sabe mejor que Dios lo que contribuye a una vida justa, la felicidad y la bienaventuranza última, que es lo que hizo el Camino Sinodal cuando rechazó la antropología bíblica de Génesis y abrazó la ideología de género y la agenda LGBTQ. Los germanos se comportaban exactamente como Adán y Eva.

Cuando el Camino Sinodal alemán respalda una especie de sistema parlamentario de gobierno eclesiástico que desafía el orden que Cristo mismo estableció para su Iglesia, los alemanes estaban haciendo precisamente lo que habían hecho todos los pecadores orgullosos desde Adán y Eva, hasta el asesinato del mesías y el rechazo a la revelación divina.

Algunos meses después de que Juan Pablo II publicara su encíclica de 1993 sobre la teología moral católica, Veritatis Splendor, la afirmación de la existencia de normas morales absolutas. Un libro de comentarios sobre ese texto, todos negativos, fue publicado por teólogos alemanes. El editor del libro escribió en el prólogo que el libro se publicaba porque Alemania tenía una responsabilidad especial por la teología en la Iglesia Católica. Nada menos que una nueva revelación alemana¡¡

El mayor de los pecados capitales, es el orgullo, que vemos a través de la historia de Naamán, el general sirio -Sirios que hoy son los Alemanes- que busca una cura para su lepra. Y Que hizo un viaje largo y difícil para conseguir lo que busca. Queria compensar al profeta que le diera la cura con oro y plata. Pero cuando Eliseo le manda a decir, gratis, que se bañe siete veces en el Jordán, Naamán se resiste. ¿Por qué esta insignificante corriente israelita debería tener más poder curativo que los grandes ríos de Damasco? Está a punto de regresar a casa enfadado cuando sus sirvientes le ruegan que se bañe en el Jordán, argumentando que, dado que habría hecho algo difícil si el profeta se lo pidiera, ¿por qué no hacer algo fácil?

Naamán se baña como le indicó Eliseo, se cura y luego declara; “Sé que no hay Dios en toda la tierra sino en Israel” (2 Reyes 5:15). El orgullo de Naamán había sido el obstáculo para su curación y, en última instancia, para su fe en el único Dios verdadero.

El catolicismo alemán se precipita hacia la apostasía y puede caer por el precipicio hacia el cisma, infectado de pecados y el orgullo es uno de ellos, está a punto de caer en Herejía. Permitiendo transgénero como sacerdotes, la ordenación de diaconisas o sacerdotisas, la aprobación del aborto, el fin del celibato y el adulterio o la comunión a los adúlteros.

Dios propone una iglesia santa y unos sacramentos fáciles de cumplir, pero los obispos alemanes  creen que bañarse en las aguas de la ley de Dios es poco y solo miran lo que ya hacen sus pares protestantes y quieren imitarlo. Si no se bañan en las aguas de la voluntad de Dios su lepra espiritual podría contaminar al conjunto de la iglesia.

El lunes de la Tercera Semana de Cuaresma de 2023, la liturgia eucarística nos invitaba a reflexionar sobre el mayor de los pecados capitales, el orgullo, a través de la historia de Naamán, el general sirio. Justo después de la reunión de clausura del “Camino Sinodal” alemán. En la que se negaron a seguir la enseñanza divina bimilenaria. Dios tiene muchas formas de hablar…