Juan Fisher o John Fisher; fue un obispo y cardenal inglés, conocido por su férrea oposición a la anulación o “divorcio”, prohibido por Jesucristo, el Mesías, del matrimonio de Enrique VIII con Catalina de Aragón y a la ruptura de la Iglesia de Inglaterra con la Iglesia católica, lo cual acabó por costarle la vida, siendo decapitado bajo la acusación de alta traición.
Es venerado como santo Mártir en la Iglesia católica.
Fisher se opuso de forma enérgica a la reforma protestante, a pesar de haber fomentado al también hereje Erasmo de Rotterdam, cuyas obras fueron prohibidas por el índice, inspirador de Lutero y logró que Erasmo fuera profesor en Cambridge, pero luego reaccionó y se opuso, sobre todo a las doctrinas del hereje Martín Lutero.
Trataron de envenenarlo, lo amenazaron y en una ocasión le dispararon tratando de matarlo. Pero el obispo se mantuvo fiel a su Señor.
En 1534, cuando él y el estadista inglés sir Tomás Moro se negaron a jurar la nueva Acta de Supremacía, en virtud de la cual se nombraba al rey de Inglaterra papa o cabeza de la Iglesia de Inglaterra, negando la autoridad del papa, ambos fueron encarcelados en la Torre de Londres acusados de alta traición.
En Rochester fue arrestado y de los alrededores vino la gente a despedirse. Tuvo la oportunidad de arreglar sus asuntos, repartir entre los pobres lo que tenía, dando limosnas y de pasar por las calles bendiciendo al gentío.
Decidido apologista antiprotestante. Mantuvo una postura firme y clara ante los proyectos de Enrique VIII, defendiendo la validez y la indisolubilidad del matrimonio católico, único que es un sacramento. De hecho, a partir de Cristo, el matrimonio funda la sociedad occidental ya que antes lo que había era un connubio, la mujer y los hijos eran propiedad del pater familias y por eso no es legítimo llamar matrimonio a cualquier unión, solo al sacramento realizado en una iglesia frente a un sacerdote Católico.
El rey envió un mensajero confidencial para ofrecerle libertad si asentía al juramento en secreto, «solo para los oídos del rey». Su negativa selló su martirio.
Fue sometido a juicio, acusado de traición por negarse a aceptar a Enrique VIII como cabeza de la Iglesia. Fue decapitado el 22 de junio. Su cuerpo fue enterrado en la Capilla Real de San Pedro ad Vincula y su cabeza puesta en el Puente de Londres, pero su estado natural y rollizo no sufrió putrefacción, estaba incorrupta, mostrando su santidad, atrajo tanta atención que, después de quince días, fue arrojado al río Támesis por los protestantes.
Considerado un mártir por los católicos ingleses, que el protestantismo no pudo eliminar, a pesar de haber matado más de 4000 sacerdotes y clérigos, Fisher fue beatificado por el papa León XIII el 29 de diciembre de 1886, para ser finalmente canonizado por el papa Pío XI en 1935.
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