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Neopaganismo Exterminador

En el paganismo, la vida humana no vale más que la de un animal, o incluso vale menos, como se vio en norteamérica, donde valía más un perro, que un esclavo católico irlandés blanco, esclavizado por no aceptar como Dios y papa a Enrique VIII.

Por eso las razias musulmanas, para secuestrar cristianos por parte del Islam, para alimentar el mercado de esclavos y esclavas para el goce de los adinerados, “Moros en la costa”, es aún un grito de terror angustioso, a lo largo de toda Europa.

Los sacrificios humanos de niños a falsos dioses o incluso de pueblos enteros, como se descubrió en América con los tzompantli, torres de hasta 25.000 cráneos humanos que decoraban Tenochtitlan, o las “torres de cabezas” en Asia, como atestigua el hallazgo de una de las torres de cabezas humanas o bandera de triunfo, construida por Timur el cojo, o Tamerlán, quien construyó en 1383 con cinco mil cabezas humanas, minaretes, en la ciudad Zirih.

Por eso, debe alarmarnos la gran cantidad de personas que acuden, declarándose paganos, al solsticio de verano, por ejemplo, en Stonehenge, o Tenochtitlan o los templos a falsos dioses en Grecia, Egipto, rusia o china, período cuando se permite tener el honor, de pasar dentro del círculo de piedra pagano, o el pentagrama y adorar demonios. O los movimientos adoración a satán, en los países del mal llamado primer mundo.

Luego de la expulsión del clero y el robo de todas las propiedades de la iglesia en Inglaterra, pero también en Alemania y en la revolución francesa, surgieron crímenes aterradores en estos países, que se convirtieron en verdaderas cloacas, sin la ley de Dios, como atestigua la prensa de dichos lugares.

El Times de Londres, el 11 de junio de 1889, reprodujo un fúnebre resumen: «Los restos humanos encontrados hasta ahora son los siguientes: Martes, pierna izquierda y muslo en Battersea, parte inferior del abdomen en Horselydown; jueves, el hígado cerca de Nine Elms, la parte superior del cuerpo en Battersea–Park, el cuello y los hombros en Battersea; «La división de las partes humanas demostró habilidad y método”. Así, se convirtieron en cementerios abiertos como lo atestigua el Gran hedor del tamesis, el sena de parís, o del emscher en la Alemania protestante.

Es la época del surgimiento de asesinos seriales, Jack el destripador, Drácula o Frankenstein, pero ese tipo de crímenes, antes producto de la fantasía, ahora es común en la prensa de todas las grandes capitales, donde aparecen partes humanas en bolsas todos los días, que demuestran un derrumbe del amor al prójimo o del temor de Dios, lo que nos sugiere un futuro sangriento.

Con la tecnología, se devela la mente criminal de lo que llaman científicos, señores dedicados a pensar como herir cruelmente, la guillotina francesa de la revolución, el corte de manos de boko haram, con minas que desmembran pero que no maten, para prolongar el dolor, con inyecciones que esterilicen o produzcan convulsiones, como le pasó a 600 niñas en Colombia o una cepa devastadora, que produjo una epidemia de poliomielitis que paralizó a 496,000 niños entre 2000 y 2017 en India, o al desarrollo de balas más pequeñas para causar una agonía mas larga, o munición radiactiva, que causa una larga agonía, equivalentes a las cerbatanas envenenadas.

Por eso cuando vemos que existen bombas sucias, para que la radiactividad destruya las células o venenos como en novichok aplicado a los disidentes rusos, o la voladura de represas para liberar aguas contaminadas para envenenar las tierras de cultivo, que producen comidas que abastecen todo el planeta o la llamada comida Frankenstein, debemos recordar a los que en fiestas infantiles reparten dulces envenenados, o los que les dan a los niños hormonas femeninas y viceversa, o los incitan a mutilarse para convertirse en algo que no son.

Esto nos advierte de las posibilidades de un Armagedón atómico, ya que los que dirigen el mundo parecen ser escogidos entre los que aprueban estas prácticas, a la luz de la aprobación de leyes a favor de la pedofilia, el aborto, el incesto, el pecado nefando, la eutanasia, la zoofilia y todas las practicas que destruyen al ser humano, y no debería extrañarnos que hayan atacado la humanidad con cuarentenas producidas con armas biológicas de laboratorio, porque, si no hay límites, al manipular el adn humano, para producir quimeras, tampoco habrá limites a la hora de eliminar lo que les parezca estorboso y según el pastor anglicano Malthus la reducción de la población es la única alternativa.

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De #bottegadivina

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