En el siglo XII, el Cardenal Pietro Pierleoni, miembro de una poderosa familia Judia, compró el papado con enormes sobornos a los electores y se hizo llamar Anacleto II, fue un antipapa que reinó desde 1131 hasta su muerte, la verdadera iglesia en tanto, eligió al cardenal Gregorio Papareschi como papa quien tomó el nombre de Inocencio II, lo que produjo un cisma; Mientras, la secta de los «Albigenses» preparaba, en secreto, la más gigantesca revolución conocida hasta entonces con el fin de desintegrar al cristianismo, y destruir la Iglesia y Los valdenses de Lombardía pedían la salida de la Iglesia Romana, la querían destruir.
San Bernardo de Claraval dejó su monasterio y defendió a Inocencio II, se recorrió Europa desde 1130 a 1137, explicando la verdad a monarcas, nobles y prelados.
Su intervención fue decisiva en el concilio de Estampes, convocado por rey francés Luis VI, consiguiendo los apoyos de Enrique I de Inglaterra, el emperador alemán Lotario II, Guillermo X de Aquitania, los reyes de Aragón, de Castilla, Alfonso VII, y las repúblicas de Génova y Pisa. Contra el usurpador y los reyes inicuos que lo apoyaban. Finalmente, Anacleto fue rechazado como papa y fue excomulgado.
En 1184 el Papa Lucio III convocó el Concilio de Verona, que promulgó la constitución Ad abolendam en la que condenó las herejías cátaras, valdenses y arnaldistas, fundando la inquisición. para prevenir la destrucción de la iglesia.
San Bernardo de Claraval, llamado el “último de los Padres” de la Iglesia, luchó además contra la herejía de los Cátaros o albigense, que despreciaban la materia y el cuerpo humano, despreciando, en consecuencia, al Creador.
En 1145, un alumno suyo, Bernardo Pignatelli, fue elegido Papa con el nombre de Eugenio III, en calidad de Padre espiritual, escribió a este hijo espiritual el texto Consideratione, que contiene enseñanzas para poder ser un buen Papa. Eugenio convocó a la 2 Cruzada y pidió a Bernardo que la predicara, este, hizo hincapié sobre el hecho de que tomar la cruz era un medio para lograr la absolución de los pecados y alcanzar la gracia.
El 31 de marzo, en presencia del rey san Luis, predicó ante una gran multitud en el campo junto a Vézelay. Bernardo, predicó a los príncipes y aristócratas presentes en la asamblea quienes se postraron a los pies de Bernardo para recibir la cruz de peregrinos.
La inquisición o santo oficio se crea para catequizar en la sana doctrina a los herejes Albigenses.
El catarismo albigense era una extraña mezcla, maniquea, de herejías gnosticas, y religiones orientales, que reducían al hombre a ser hijo del demonio y no hijo de Dios y por lo tanto Jesús no es Dios sino el Diablo y rechazaban la existencia del infierno, del purgatorio, de la Trinidad, y de los santos, además negaban la virginidad de María. También negaban los sacramentos, esta herejía existe hasta nuestros días con otro nombre.
El papa Inocencio III, convocó a la Cruzada albigense en 1208 y designó al español santo Domingo de Guzmán, fundador de la orden dominica, para que predicara la cruzada. La virgen en una aparición a Santo Domingo de Guzmán le enseñó a rezar el rosario, en el mismo año 1208. Le dijo que propagara esta devoción y la utilizara como arma poderosa en contra de los enemigos de la Fe y para convertir a los que se habían apartado de la Iglesia por la herejía.
En la madrugada del día 16 de julio de 1251 Nuestra Señora se apareció también, al santo carmelita inglés, Simón Stock y le entregó el milagroso Escapulario del Carmen. Dándole la promesa sabatina, “quienes porten el escapulario entraran el sábado siguiente al día de su muerte al cielo
Las herejías valdense y albigense, o cátaros, amenazaban con destruir la iglesia y el Papa solicitó a los carmelitas ayuda, como orden apostólica para contrarrestar estas desviaciones de la fe. Asi la virgen ha auspiciado poderosas armas, santos y sacramentales contra los herejes que pretenden destruir la iglesia de Dios.
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