Para la antigua sociedad romana pagana el sexo no tenía limites. Los hombres podían tener relaciones con miembros del mismo sexo o del opuesto, incluso con animales. Se esperaba que los hombres, frecuentaran los burdeles o tuvieran relaciones con las sirvientas o esclavas, para eso eran los baños públicos. Las prostitutas debían resultar fácilmente identificables. […]
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