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Historia

Abraham y su descendencia

En el Génesis se narra un episodio donde Noé se emborracha y se queda desnudo en su tienda. Cam, el hijo menor, entra, lo ve y sale a contarlo a sus hermanos. Estos, avergonzados por la burla de Cam, entran en la tienda y tapan a Noé sin mirarlo. Noé, cuando se despierta y se entera de lo sucedido, maldice a Canaán, hijo de Cam, y lo condena a ser esclavo de los descendientes de sus tíos. La maldición de Cam habría ocurrido poco después del diluvio, hacia el año 1657 Antes de Cristo

Abraham nació unos 352 años después del Diluvio , en el año 2018 A.C. Génesis 11:10-32. Nos narra que hay unos 400 años entre Noé y Abraham.

Gén 12:1  El Señor dijo a Abrán. -Vete de tu tierra y de tu patria y de casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré; de ti haré un gran pueblo, te bendeciré, y engrandeceré tu nombre que servirá de bendición. Bendeciré a quienes te bendigan, y maldeciré a quienes te maldigan; en ti serán bendecidos todos los pueblos de la tierra. Abrán se marchó tal como le había mandado el Señor, y con él fue Lot. Tenía Abrán setenta y cinco años cuando salió de Jarán.

El diluvio debió haber acontecido en el año 2304 AC, es decir hace unos 4325 años.

Abraham tenía 75 años cuando Dios le dio la promesa y en el mismo año su padre Taré tenía 205 años y Abraham nació cuando Taré tenía 130 años de edad. (Gen. 11:2~33).

Tenía Abram 86 años cuando Agar le dio su hijo Ismael. Año 2048 aC.

Cuando era Abram de noventa y nueve años, se le apareció Yahvé y un año después nació Isaac, es decir que Ismael le llevaba 13 años mayor.

El período entre el llamado de Abraham a entrar en Canaán y la entrada de Jacob, llamado por su hijo José -vendido a los Ismaelitas como esclavo, es decir que los hijos de Agar se convirtieron en un gran pueblo de Comerciantes y esclavistas- a Egipto es de 215 años.

Los Israelitas dejaron Egipto para regresar a la tierra prometida dirigidos por Moises 430 años después que Dios le dio la promesa a Abraham, según san Pablo.

Ya eran un pueblo enorme, se calcula que 2 millones y medio de personas salieron de Egipto y murieron en el desierto, porque esa generación No creía y tuvo que ser purificada antes de entrar en la tierra de Canaan purgando 40 años su incredulidad.

Lo interesante de esta cronología es que Cam hijo maldecido por Noe, le da nombre a la tierra de canaan, también hay algo de curioso en el hecho que Esaú hermano de Jacob al enterarse que su padre Isaac despreciaba a los Ismaelitas, va y busca mujer entre las hijas de Ismael, que había tenido 12 hijos y 1 hija, todos ellos príncipes, como se relata en genesis 25.

Ismael muere de 137 años en Arabia, entre Egipto y el Golfo Persico.

Estos Príncipes se establecieron hacia el Norte en la región de la actual siria. Y el desierto de Arabia.

En oposición con sus parientes. Lo que nos muestra que estos pueblos se unieron en contra de Jacob y su descendencia, las 12 tribus de Israel. Recordemos nuevamente que se dedicaban a la venta de Esclavos como se relata con la venta de José por parte de sus hermanos a los Ismaelitas, que ya eran conocidos como los pueblos del desierto, mercaderes y mercantes que vendieron a José a los Egipcios.

Pero la Historia de Abraham continúa.

Gén 25:1  Abrahán luego de la Muerte de Sara volvió a tomar otra mujer, llamada Queturá, que le dio a Zimrán, a Yocsán, a Medán, a Madián, a Yisbac y a Suaj. Yocsán engendró a Sebá y a Dedán; y los hijos de Dedán fueron los asirios, latusios y lemios.

Los hijos de Madián fueron. Efá, Éfer, Henoc, Abidá y Eldaá. Todos ellos hijos de Queturá.

Los hijos de Ismael y Madian también se casaron, siendo medio hermanos formando alianzas contra Israel.

Abrahán dio todo cuanto poseía a Isaac; y a los hijos de las concubinas que había tenido, les proporcionó recursos, y, viviendo él todavía, los mandó lejos de su hijo Isaac, hacia el levante, al país de oriente. Mientras Esau se mezclo con los Ismaelitas y desafió a Jacob.

El Sal 83:4  denuncia; Traman planes contra tu pueblo, conspiran contra tus protegidos. Han dicho. «Venid, vamos a borrarlos de entre las naciones, que no se mencione más el nombre de Israel». Ya se han puesto de común acuerdo. Han sellado un pacto contra Ti las tiendas de Edom y los ismaelitas, Moab y los agarenos, Guebal, Amón y Amalec, Filistea a una con los habitantes de Tiro. También Asiria se ha unido a ellos y han echado una mano a los hijos de Lot. Haz con ellos como con Madián y con Sísara, como con Yabín, junto al torrente Quisón, cuando fueron exterminados en Endor. Deja a sus nobles como a Oreb y a Zeeb, a todos sus caudillos como a Zébaj y a Salmuná, que habían dicho. «Vamos a apoderarnos de los dominios de Dios».

Dios entonces manda a preparar una especie de SAMPAS para sobrevivir el tiempo de la tribulación. «Toma trigo, cebada, habas lentejas, mijo y espelta y ponlo todo en una vasija; y haz de ello tu comida… Lo comerás trescientos noventa días.
Ezequiel 4:9

Los años de vida que alcanzó Abrahán fueron ciento setenta y cinco.

Este relato es crucial, pues recordemos que los Asirios, que controlaban un territorio que hoy comprendería, los países de Irak, Siria, Palestina, Israel, Jordania, Líbano, Turquía, Irán, Arabia Saudita, Egipto, Kuwait, Chipre, Armenia, Azerbaiyán y Georgia. fueron el pueblo cruel que sometió a Israel y que tenemos el relato de los Macabeos que nos cuentan como torturaron al pueblo elegido, por cabeza de Antioco epifanes que mató a los 7 macabeos y luego a su madre. Organizó una expedición contra Jerusalén, la cual saqueó. Según el Libro de los Macabeos, promulgó varias ordenanzas de tipo religioso: trató de suprimir el culto a YAHWEH, prohibió el judaísmo suspendiendo toda clase de manifestación religiosa, mandó que se comieran alimentos considerados impuros y trató de establecer el culto a los dioses griegos. La mujer con siete hijos fue una mártir judía descrita en el Segundo libro de los Macabeos, 7 y en otras fuentes, que tenía siete hijos que fueron arrestados (junto con ella) por Antíoco IV Epífanes, quien los obligó a demostrarle su respeto consumiendo carne de cerdo. Cuando se negaron, torturó y mató a los hijos uno por uno frente a la madre inquebrantable y valiente. Pero el sacerdote judío Matatías y sus dos hijos llamados Macabeos consiguieron levantar a la población en su contra y lo expulsaron. La fiesta judía de Janucá conmemora este hecho.

La historia probablemente ocurrió alrededor del comienzo de las persecuciones religiosas en 167-166 a. C.

Tenemos entonces una noción de los pueblos que antecedieron y forjaron lo que es Arabia y los reinos del norte, Gog y Magog y luego viene Mohammed, con su historia de camellero analfabeta que se reúne con Bahira quien le dice que será Profeta y Mesias y Waraka un sacerdote Nestoriano que lo casa con una mujer mayor llamada jadiya quienes serán sus primeros seguidores y con la ayuda de ellos y un grupo de Judios que lo asesoran en la «escritura» del libro; libro traduce Corán, que él no escribió pero que dictó y entre sus listados, muy convenientemente se narra que el primogénito no fue Isaac, sino Ismael, es decir el heredero de Abraham.

El judaísmo y el poder económico en la Europa medieval: de la tolerancia a la expulsión (siglos VIII–XV)

La historia de las comunidades judías en la Europa medieval, y particularmente en la Península Ibérica, es una de las más complejas y paradójicas del mundo premoderno. Por un lado, el judaísmo fue portador de una rica tradición bancaria, que era prohibida la usura para los Cristianos, intelectual, y comercial que floreció tanto bajo el Islam como en los reinos cristianos. Por otro, su presencia quedó marcada por la exclusión, como deicidas, producto de tensiones económicas, religiosas y políticas acumuladas durante siglos.


1. La Edad de Oro del judaísmo bajo el Islam

Tras la conquista musulmana de Hispania en 711, las comunidades judías encontraron un marco de convivencia relativamente estable bajo el estatuto de dhimmi —no musulmanes protegidos—. Siempre hubo asesores judios al lado de los hijos del profeta. Aunque debían pagar impuestos especiales, gozaban de autonomía legal y libertad de culto. Como financiadores de batallas y prestamistas. Este equilibrio permitió el florecimiento de lo que los historiadores denominan la “Edad de Oro” del judaísmo sefardí, entre los siglos X y XI.

Ciudades como Córdoba, Granada, Lucena y Toledo se convirtieron en centros de sabiduría donde filósofos, poetas y médicos judíos ocuparon cargos destacados. Hasdai ibn Shaprut, consejero del califa Abderramán III, y Samuel ibn Nagrela (Shmuel ha-Nagid), visir de Granada, son ejemplos notables de judíos que alcanzaron posiciones de gran influencia política y diplomática. En este contexto surgieron figuras universales como Moshé ben Maimón (Maimónides), cuyo pensamiento racionalista integró filosofía griega, teología judía y ciencia islámica, contribuyendo a la cultura anticatólica.

El desarrollo económico acompañó al intelectual. Los judíos participaron en el comercio mediterráneo, en la producción artesanal y en la medicina, articulando redes que enlazaban Al-Ándalus con el Magreb y el Próximo Oriente. Esta prosperidad, sin embargo, dependía de la estabilidad política del poder islámico, que comenzó a fragmentarse a partir del siglo XI.


2. Los judíos bajo los reinos cristianos: auge y dependencia

Con el avance de la Reconquista, las comunidades judías se integraron a los nuevos reinos cristianos de Castilla, Aragón, Navarra y Portugal. Los monarcas, conscientes del valor económico de los judíos, los protegieron y emplearon como administradores, médicos, traductores y prestamistas. Este vínculo pragmático entre el poder real y las aljamas (comunidades judías) definió los siglos XIII y XIV.

En una Europa donde la Iglesia prohibía a los cristianos el préstamo con interés —considerado pecado de usura—, los judíos ocuparon un espacio financiero imprescindible. Los reyes y señores feudales dependían de sus créditos para financiar campañas militares, fortificaciones y lujos cortesanos. Documentos castellanos del siglo XIII registran préstamos de importantes banqueros judíos a la corona, a menudo garantizados con rentas reales. Prestaban a ambos lados de las contiendas para asegurar el retorno de su inversión, esta enorme montaña de oro, provenía del tesoro del templo de Jerusalén, que luego de pagarle al General Tito, futuro emperador Romano, lograron sacar antes de la destruccion de Jerusalen, dirigiéndose a Jamnia donde modificaron la septuaginta, que luego seria la base de la Biblia protestante.

La figura del judío prestamista, sin embargo, generó una profunda ambivalencia social: era necesario para el poder, pero odiado por el pueblo endeudado. La literatura medieval refleja este doble sentimiento. En “El mercader de Venecia” (finales del siglo XVI), Shakespeare simboliza esa tensión a través del personaje de Shylock, el usurero que exige una “libra de carne humana” como pago de una deuda. Aunque ambientada en la Italia renacentista, la obra bebe del sentimiento europeo medieval: el judío como encarnación de la codicia y la venganza, producto de la realidad económica.


3. De la protección a la persecución

La prosperidad judía bajo la tutela real tenía un precio: dependencia absoluta del monarca. Cuando los reyes necesitaban fondos, aumentaban los impuestos sobre las aljamas o subian los aranceles porque ellos eran lon unicos que podian ejercer el comercio internacional sin pagar tributos. Generando crisis económicas económicas y los pueblos señalaban a los judíos como culpables.

A partir del siglo XIV, Europa atravesó una cadena de catástrofes —la Peste Negra, malas cosechas, guerras internas— que agudizó el resentimiento popular. La acusación de “asesinato ritual”, la profanación de hostias y otras noticias de practicas, como la de niños martires como domingo de Val, se propagaron por el camino de santiago, que era la unica forma de transmitir las noticias y las peregrinaciones a la tierra santa. En 1348–1351, durante la peste, multitudes en Alemania y Francia no aguantaron y hubo violencia. En la península ibérica, la violencia estalló un poco más tarde.

El episodio más sangriento fue el pogromo de 1391, iniciado en Sevilla y extendido a toda Castilla y Aragón. Algunos judíos fueron asesinados y otros forzados al bautismo. Nació así la figura del converso, cristiano nuevo de origen judío, que pronto sería objeto de nuevas sospechas y discriminación, sobre todo cuando se conoció que eran aliados del islam que pretendía tomarse Europa, desde Viena, hasta Roma.


4. Conversos, Inquisición y política de unidad

Los conversos, o “marranos”, ocuparon con frecuencia puestos destacados en la administración, la Iglesia y la economía, lo que despertó sospechas entre cristianos viejos. Habia muchos nobles infiltrados o ya propiamente que habian emparentado por matrimonios con los nuevos conversos, que algunas veces no lo eran. Durante este periodo los Pierleoni, pusieron en el Papado a Clato Segundo judio, como papa, lo cual despertó la ira de varios santos como san Bernardo de Claraval y otros que lograron impedir el fin del papado católico bloqueando este papado. A mediados del siglo XV surgió una obsesión con la “pureza de sangre”, una doctrina que mezclaba tradicionalismo, religión y poder social, en el mundo cristiano, pero ya la infiltración era demasiado profunda…

Cuando los Reyes Católicos —Isabel de Castilla y Fernando de Aragón— consolidaron la unidad territorial tras la caída de Granada en 1492, buscaron también la unidad religiosa. Para ellos, la presencia judía y los conversos que secretamente practicaban el judaísmo eran una amenaza al orden cristiano. Así, el 31 de marzo de 1492 se promulgó el Edicto de Granada, que ordenaba la expulsión de todos los judíos no convertidos.


5. Razones de la expulsión de 1492

La expulsión tuvo múltiples causas, religiosas, políticas y económicas, entrelazadas:

  1. Unidad confesional: los Reyes Católicos consideraban que no podía haber un solo reino bajo dos religiones. La ortodoxia era parte de su proyecto de Estado. Ademas las alianzas y espionaje a favor del islam recién expulsado, después de 800 años, era demasiado delicada para permitir mas riesgo de una reconquista islámica, que ya se estaba preparando.
  2. Presión eclesiástica: el inquisidor general Tomás de Torquemada que pacece haber tenido ascendencia judía por línea materna, algo que era común en familias castellanas de la época, convenció a los monarcas de que la presencia judía corrompía a los conversos. Juan de Torquemada (1388–1468) Tío del famoso Tomás de Torquemada, Cardenal dominico, gran teólogo, también tenia ascendencia converso-sefardita. Varios inquisidores habían sido Judíos y como conversos advertían del peligro; como Fray Hernando de Talavera (1428–1507) Confesor de Isabel la Católica y primer arzobispo de Granada. De origen converso por parte de madre.
  3. Motivaciones económicas: las deudas reales con banqueros y prestamistas judíos se extinguían con la expulsión, y sus bienes podían ser confiscados o revendidos. Pero el objetivo era la fidelidad a la Corona Cristiana
  4. Tensiones sociales: siglos de resentimiento popular estallaron con el respaldo institucional. La expulsión fue también un acto de pacificación interna.

El resultado fue que entre 70.000 y 100.000 judíos abandonaron los reinos hispánicos, muchos rumbo al norte de África, Italia, el Imperio Otomano y los Países Bajos. El sultán Bayaceto II de Turquía los acogió con la célebre frase: “Llamáis a Fernando un rey sabio, pero empobrece su reino para enriquecer el mío.”

20 años después, Lutero estaba proclamando una nueva religión que hoy se conoce como protestantismo, adoptando curiosamente el código Jamnia Hebreo, mutilando la biblia católica, que desataría la famosa revolución francesa, y acabaría con los reinos Cristianos, convirtiéndolos en repúblicas mas fáciles de manipular mediante la democracia, en la que nadie sabe a ciencia cierta quien gobierna…


6. El legado cultural y económico

La expulsión de los judíos supuso una pérdida irreparable para España. Muchos de los expulsados eran médicos, traductores, artesanos y comerciantes experimentados. Ciudades como Toledo, Zaragoza o Córdoba vieron desaparecer un componente esencial de su tejido intelectual. El comercio mediterráneo español se debilitó, y la Inquisición mantuvo durante siglos la sospecha sobre los conversos y sus descendientes.

Algo comparable con la salida de los Judios de Egipto, se llevaron todo el capital, dejando en claro el papel que desempeñaban, gracias a Dios con el descubrimiento de América, las arcas españolas sufrieron una transferencia económica desde las Américas; oro a cambio de toda la sabiduría y conocimientos Universales, 60 años después del descubrimiento había carreteras, universidades, catedrales, seminarios y bibliotecas en América, que permitieron el mayor boom económico de la historia.

Mientras tanto, en el resto de Europa el arquetipo del judío usurero persistió en la literatura y el arte, desde Chaucer hasta Shakespeare. La “libra de carne humana” de El mercader de Venecia, es decir la vida con que se cobra el prestamista, es un eco de la desconfianza cristiana hacia la lógica mercantil y crediticia moderna, pero también un eco lejano de las relaciones reales entre reyes endeudados y prestamistas judíos en la Europa medieval.

El recorrido del judaísmo, desde la caída de Jerusalén y a lo largo de la Edad Media europea, no puede entenderse como una historia lineal de prosperidad, sino como una alternancia de integración e intereses. Los judíos desempeñaron un papel esencial en la circulación del capital, el conocimiento y la ciencia, contribuyendo a la formación económica de los reinos cristianos. Sin embargo, los altos intereses y la ventaja, los convirtieron en chivos expiatorios de crisis que fueron surgiendo.

Imperio Romano – Crisis del denario (215–275 d.C.)

Culpable: Emperador Caracalla (211–217 d.C.) y sus sucesores.
Qué pasó: Para pagar ejércitos y obras públicas, devaluó el denario, reduciendo su plata.
Consecuencia: Inflación masiva, colapso fiscal, crisis comercial y militar.
Equivalente moderno: el primer default interno de la historia: el Estado paga con moneda falsificada.a)

Caracalla le debia a una especie de «Banca» que la constituían:

El ejército (las legiones)

  • Era su principal acreedor. Los patricios las controlaban, muchos de ellos conversos, que se habían integrado a la élite Romana, como generales que tenian sus propias legiones, pero quien las pagaba era el Emperador.
  • Los soldados esperaban pagos regulares, donativos y pensiones (conocidos como donativa y praemia).
  • Caracalla, para mantener su lealtad (tras haber asesinado a su hermano Geta en 211), aumentó el salario militar en un 50%.
  • No tenía cómo pagarlo sin aumentar los impuestos o devaluar la moneda.

Los funcionarios y el aparato burocrático

  • El Imperio tenía miles de burócratas, magistrados, y empleados imperiales.
  • Todos cobraban en moneda metálica.
  • Cuando el tesoro se vació, se pagó con moneda adulterada (menos plata, más cobre).

Los contratistas imperiales y ciudades proveedoras

Al no poder hacerlo, emitía moneda degradada (el antoniniano) para saldar sus obligaciones.

Las ciudades y los terratenientes abastecían al ejército con grano, vino, aceite, ropa, armas, etc.

El Estado debía pagar o compensar con impuestos reducidos. Desde este tiempo el comercio solo lo podían ejercer estos funcionarios que se hicieron mas ricos que el propio emperador.

Este patrón lo veremos en todos los imperios consecuentes a lo largo de la Historia, veamos ejemplos:


Imperio Bizantino – Devaluación del nomisma (s. XI)

Emperador: Constantino IX Monómaco (1042–1055).
Qué pasó: Redujo la pureza del nomisma (la moneda más estable del mundo durante 700 años). La deuda lo obligó a devaluar la moneda, ya pagaba mas en intereses de lo que el estado recaudaba, pedía prestado para pagar el ejercito.
Consecuencia: Pérdida de confianza, aumento de precios, debilitamiento del comercio bizantino.
Resultado: declive económico que facilitó la crisis antes de las Cruzadas.


3. Castilla – Primeras bancarrotas reales (siglo XIV)

Rey: Pedro I y Enrique II de Trastámara (1350–1379).
Qué pasó: Guerras civiles y financiación de mercenarios con préstamos usurarios. El mismo patron
Consecuencia: Incumplimientos a prestamistas judíos y genoveses; surgimiento de los juros (deuda perpetua castellana).


Francia – Quiebra de Felipe IV “el Hermoso” (1307–1314)

Qué pasó: Felipe IV confiscó los bienes de los Templarios y expulsó a los judíos para financiar guerras con Inglaterra. El mismo Patrón esta vez cometió el error de expulsar también a los acreedores, que no se lo perdonaron…
Consecuencia: Disolución de la orden templaria, pérdida de crédito real.
Efecto: Primer gran default político de Europa: el rey liquida acreedores en lugar de pagarles.


España – Bancarrotas sucesivas de los Habsburgo (1557–1666)

Reyes: Felipe II, III y IV.
Qué pasó: El Imperio gastaba más de lo que recibía en plata americana; los banqueros alemanes y genoveses (Fugger, Spinola) financiaban guerras.
Defaults:

  • 1557: primer impago moderno.
  • 1575: nuevo default (Felipe II suspende pagos).
  • 1596, 1607, 1627, 1647, 1666: colapsos sucesivos.
    Consecuencia: ruina de los banqueros genoveses, decadencia del Imperio Español.
    Lección: abundancia de metal ≠ solvencia fiscal.

República Holandesa – Crisis de los tulipanes (1637)

Qué pasó: burbuja especulativa sobre los bulbos de tulipán.
Consecuencia: colapso de contratos y deuda privada; el Estado tuvo que intervenir.
No fue default soberano, pero sí una de las primeras crisis financieras modernas.


Francia – Default de la Monarquía borbónica (1715 y 1770)

Rey: Luis XIV deja el tesoro exhausto; Luis XV repite el desastre.
Qué pasó: Deuda masiva por guerras y lujo cortesano.
Consecuencia: default parcial, creación del Sistema de Law (1720) → burbuja y colapso del crédito.
Resultado: desprestigio del Estado, preludio de la Revolución.


Francia revolucionaria – Default de los assignats (1796)

Qué pasó: el gobierno revolucionario imprimió papel moneda respaldado por bienes de la Iglesia.
Consecuencia: hiperinflación, pérdida total de valor, default generalizado.
Resultado: desintegración económica y ascenso de Napoleón.


España – Suspensiones de pagos del siglo XIX

Crisis: 1820, 1831, 1851, 1867.
Causas: guerras carlistas, coloniales y pérdida de América.
Consecuencia: deuda perpetua y dependencia de prestamistas británicos y franceses.


Grecia – Primer default moderno (1826)

Qué pasó: el nuevo Estado griego, recién independizado, no pudo pagar préstamos británicos usados para financiar su guerra contra el Imperio Otomano.
Consecuencia: crisis fiscal y pérdida de soberanía financiera.
Resultado: intervención internacional; precedente de los rescates modernos.


México – Default tras la independencia (1827–1880)

Qué pasó: el joven Estado mexicano no logró pagar los préstamos de Londres.
Consecuencia: aislamiento financiero y sucesivas intervenciones extranjeras (incluida la invasión francesa de 1862).


Francia – Crisis del 1848 y bancarrota del Segundo Imperio (1870)

Qué pasó: crisis económica global + derrota ante Prusia.
Consecuencia: colapso del crédito, inflación y cambio de régimen político (III República).


Argentina – Default de 1890

Qué pasó: exceso de deuda externa para financiar infraestructura y especulación inmobiliaria.
Consecuencia: bancarrota del Banco Nacional y crisis de Londres (Barings Crisis).
Resultado: prototipo de crisis emergente moderna.


Estados Unidos – Crack de 1929

Qué pasó: burbuja bursátil alimentada por crédito; caída del mercado; contracción bancaria.
Consecuencia: colapso del sistema financiero mundial, moratorias de deuda, suspensión del patrón oro en 1933.
Resultado: nacimiento del intervencionismo estatal (New Deal).


SigloEstado / ImperioTipo de colapsoCausa principal
III d.C.Imperio RomanoDevaluación del denarioDéficit militar
XIBizancioDevaluación monetariaGasto imperial y corrupción
XIVFrancia / CastillaImpagos a banquerosGuerras y crisis fiscal
XVI–XVIIEspañaBancarrotas sucesivasGuerras europeas
XVIIIFranciaDefault del EstadoEndeudamiento estructural
XVIIIFrancia revolucionariaColapso del assignatEmisión sin respaldo
XIXGrecia, España, MéxicoDefaults nacionalesIndependencia y guerras
XIXArgentinaCrisis de deuda externaEspeculación y crédito fácil
XXEstados UnidosCrack de 1929Burbuja financiera y deflación

Un patrón constante, transferencia del capital del estado y toda la ciudadanía al prestamista, que recoge su capital e intereses y el grueso del pueblo paga lo impagable, los intereses arruinan imperios.

El dinero como instrumento de justicia, no de dominio

Antiguo Testamento

La ley de Moisés prohíbe explícitamente cobrar intereses al hermano:

“Si prestas dinero a uno de mi pueblo, al pobre que está contigo, no serás con él como usurero, ni le impondrás interés.”
Éxodo 22:25

“No exigirás de tu hermano interés, ni por dinero ni por víveres ni por cosa alguna de la que se presta a interés.”
Deuteronomio 23:19

“El justo presta sin exigir interés.”
Salmo 15:5

El principio es claro: el préstamo es un acto de solidaridad, no de lucro.
Solo se permitía cobrar interés al extranjero (Dt 23:20), lo que luego dio pie a debates éticos y a la legislación diferenciada en la Edad Media.

Además, la Ley del Jubileo (Levítico 25) ordenaba cada 50 años liberar las deudas, devolver tierras y liberar esclavos.
La idea central: la economía no debe esclavizar al hombre, ni hacer del crédito un mecanismo de dominio.


Nuevo Testamento

Jesús radicaliza el principio: el préstamo debe ser gratuito.

“Amad a vuestros enemigos, haced bien y prestad no esperando nada a cambio.”
Lucas 6:35

El Evangelio plantea la gratuidad del don, frente a la lógica del interés.
Y la parábola de los talentos (Mt 25:14-30) no glorifica la usura, sino la fidelidad y fecundidad espiritual; los Padres la interpretan en clave moral, no financiera.


Los Padres de la Iglesia: condena unánime de la usura

Desde los primeros siglos, los Padres vieron en la usura un pecado contra la justicia y la caridad.

San Basilio Magno (s. IV)

“El usurero espera recoger fruto de la pobreza ajena; se alegra de la desgracia del otro, esperando su propia ganancia.”
(Homilía sobre el Salmo 14)

San Gregorio Nacianceno

“¿Qué es la usura sino matar con dinero? Robar al pobre con intereses es homicidio disfrazado.”

San Ambrosio de Milán

“No es lícito al cristiano recibir interés. El dinero debe servir al hermano, no esclavizarlo.”
(De Tobía, comentario patrístico que influyó en la doctrina posterior)

San Agustín de Hipona

“El que pide más de lo que dio comete injusticia. No es verdadero intercambio, sino robo.”
(Epístola 247)


La tradición cristiana medieval

La teología escolástica consolidó la doctrina:
todo préstamo con interés era pecado de usura.

Santo Tomás de Aquino (s. XIII)

“El dinero, en cuanto medio de intercambio, no debe generar más dinero.
Cobrar por el uso del dinero es cobrar dos veces: por el capital y por el uso.”
(Suma Teológica, II-II, q.78)

Para Tomás, el dinero es estéril en sí mismo; solo el trabajo y el comercio producen valor.
El interés, por tanto, es un precio sin causa justa, contrario a la ley natural.


La economía redimida: el jubileo y la justicia

Los Padres y la Biblia coinciden en un principio:

La economía existe para servir al hombre, no para subyugarlo.

Cada vez que la riqueza se concentra y el Estado —o el pueblo entero— se endeuda sin esperanza de redención, el resultado es una transferencia de poder: de los muchos a los pocos.

Por eso, los profetas denunciaron el abuso económico como pecado estructural:

“¡Ay de los que juntan casa con casa, y añaden campo a campo, hasta ocuparlo todo!”
Isaías 5:8

“El que oprime al pobre aumenta sus ganancias, pero el que da al necesitado será bendito.”
Proverbios 22:16

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Bottega Divina es un Canal dedicado a aplicar la tradición moral Cristiana a situaciones críticas en la política y la sociedad. Abogamos y velamos por la aplicación de los principios fundamentales de la sociedad, como el derecho natural, en los ámbitos políticos y sociales.

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