LA DINAMICA ES: Lectura y reflexion turnada..
Este ejercicio puede tomar varios dias, se recomienta que cada parte hable 10 minutos luego de cada reflexion y vaya tomando notas de la situacion que debe resolver y luego las comparta.
Oración de Tobías el día de su Boda, sentido del Matrimonio, Bendición del Hogar.
«Ahora pues, Señor, Tú sabes que no llevado por lujuria tomo a esta mi hermana por esposa, sino por el solo deseo de tener hijos en los que sea bendito tu nombre por los siglos de los siglos.”
Tobías 8:9
La IRA, es el precio que pagamos, es el castigo que nos ponemos nosotros mismos por el comportamiento de otras personas.
Pregúntate; ¿vale la pena estar de mal genio por culpa de los demás?
Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.
Efesios 4:26
No se ponga el sol sobre vuestra ira. Aquí vemos que el acto primero de la cólera es una flaqueza inevitable de nuestra carne “y aún puede haber ocasiones en que una santa ira sea un deber”. Lo que San Pablo quiere es que no consintamos en esa mala tendencia de nuestra naturaleza caída. “En donde hay ira, no está el Señor, sino esta pasión amiga de Satanás”. San Crisóstomo llama por eso a la ira “demonio de la voluntad”; y San Basilio dice también que el que se deja dominar de la ira aloja en su interior a un demonio.
1 Corintios 13:1-7
Si no tengo amor, de nada me sirve hablar todos los idiomas del mundo, y hasta el idioma de los ángeles. Si no tengo amor, soy como un pedazo de metal ruidoso; ¡soy como una campana desafinada! Si no tengo amor, de nada me sirve hablar de parte de Dios y conocer sus planes secretos.
La Iglesia Católica enseña que la vida humana y la sexualidad humana son ambas inseparables y sagradas; y condenó como herejía el maniqueísmo (creer que el espíritu es bueno mientras la carne es mala). Por tanto la Iglesia no considera al sexo como pecaminoso o como un obstáculo para una vida plena en la gracia. Al creer que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, y que al considerar todo lo creado vio que era bueno; la Iglesia Católica considera que tanto el cuerpo humano como el sexo son buenos.
El Catecismo enseña que la carne es soporte de la salvación. La Iglesia considera la expresión de amor entre marido y mujer como la forma más elevada de actividad humana, al unirlos como lo hace en un completo y mutuo autodarse y abrir su relación a la creación de nueva vida. Estos actos, con los cuales los esposos se unen en casta intimidad, y a través de los cuales se transmite la vida humana, son, como ha recordado el Concilio, «honestos y dignos».
Cuando el hombre obedece, Dios gobierna.
—Cuando se sabe ya que Dios nos habla, con un pleno y perfecto convencimiento; que nos habla por medio de criaturas o que nos habla por sí directamente; cuando se sabe en forma vital que Dios es infinitamente sabio, infinitamente bueno, infinitamente amoroso, que infinitamente mejor que nosotros sabe el camino que tenemos que seguir para nuestro bien, entonces ¡qué fácil y qué grato es obedecer! Obedecerle a Él cuando nos habla por las Sagradas Escrituras; obedecerle a Él cuando nos manda por medio de sus representantes en la tierra; obedecerle a Él cuando nos habla por medio de un buen libro, de un buen consejero, o aun cuando nos habla sin palabras desde lo más íntimo de nuestro ser. Y así, cuando el hombre obedece, Dios gobierna. Dios entonces nos gobierna por fuera y por dentro. Y el hombre es un fiel servidor que ejecuta en todo y con la mayor perfección posible sus sagradas órdenes. Cuando el hombre obedece, Dios gobierna.
FRAY ANTONIO ROYO MARÍN TEOLOGÍA DE LA PERFECCIÓN CRISTIANA ESPIRITUALIDAD CRISTIANA

Oración de Tobías el día de su Boda, sentido del Matrimonio, Bendición del Hogar.
«Ahora pues, Señor, Tú sabes que no llevado por lujuria tomo a esta mi hermana por esposa, sino por el solo deseo de tener hijos en los que sea bendito tu nombre por los siglos de los siglos.”
Tobías 8:9
La IRA, es el precio que pagamos, es el castigo que nos ponemos nosotros mismos por el comportamiento de otras personas.
Pregúntate; ¿vale la pena estar de mal genio por culpa de los demás?

Las inclinaciones buenas no son buenas sino en cuanto la razón las dirige y modera: abandonadas á sí mismas, se exageran, se hacen malas.
La experiencia nos enseña que el hombre más mentiroso dice mucho mayor número de verdades que de mentiras, y que el más malvado hace muchas más acciones buenas ó indiferentes que malas. El hombre ama naturalmente la verdad y el bien; y no se aparta de ellos sino cuando las pasiones le arrastran y extravían. Miente el mentiroso en ofreciéndosele alguna ocasión en que, faltando a la verdad, cree favorecer sus intereses ó lisonjear su vanidad necia; pero fuera de estos casos, naturalmente dice la verdad, y habla como el resto de los hombres.
1 No se debe fiar de la virtud del común de los hombres, puesta á prueba muy dura. la entereza no es el heroísmo
2 Para conjeturar cuál será la conducta de una persona en un caso dado, es preciso conocer su inteligencia, su índole, carácter, moralidad, intereses y cuánto puede influir en su determinación.
3 Debemos cuidar mucho de despojarnos de nuestras ideas y afecciones, y guardarnos de pensar que los demás obrarán como obraríamos nosotros.
¿qué peligros no corre, si trocados los nombres, y cambiados los trajes, todo se le ofrece disfrazado, trastornado? si sus ojos miran al través de engañosos prismas, que pintan con galanos colores y apacibles formas, ¿la negrura y la monstruosidad? Los mayores peligros de un corazón puro no están en el brutal aliciente de las pasiones groseras sino en aquellos sentimientos que encantan por su delicadeza y seducen con su ternura; el miedo no entra en las almas nobles sino con el dictado de prudencia; la codicia no se introduce en los pechos generosos sino con el título de economía previsora; la venganza se disfraza con el manto de la justicia; el furor se apellida santa indignación; la pereza invoca en su auxilio la necesidad del descanso; y la roedora envidia al destrozar reputaciones, al empeñarse en ofuscar con su aliento impuro los resplandores de un mérito eminente, habla de amor á la verdad, de imparcialidad, de lo mucho que conviene precaverse contra una admiracion ignorante ó un entusiasmo infantil.

Mat 13:11 Y les respondió diciendo: A vosotros os ha sido dado conocer los misterios del reino dé los cielos, pero a ésos no.
Jua 15:15 Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os digo amigos, porque todo lo que oí de mi Padre os lo he dado a conocer.»
San Agustín, in Ioannem tract., 83.
Donde la caridad está, ¿qué es lo que puede faltar? En donde ella no existe, ¿qué puede haber de provecho? Pero este amor debe distinguirse del que los hombres se profesan como hombres. Por eso dice: «Como yo os he amado». ¿Para qué nos amó Cristo, sino para que pudiésemos reinar con El? Amémonos mutuamente también con este designio, distinguiendo nuestro amor del de aquellos que no se aman para que Dios sea amado. Estos no se aman verdaderamente, y, al contrario, aquellos se aman con verdad, cuyo amor busca el amor de Dios.
Enséñame tus sendas
«Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. 30 Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.»
EL Señor honra más al padre que a los hijos
y afirma el derecho de la madre sobre ellos.
Quien honra a su padre expía sus pecados,
y quien respeta a su madre es como quien acumula tesoros.
Quien honra a su padre se alegrará de sus hijos
y, cuando rece, será escuchado.
Quien respeta a su padre tendrá larga vida,
y quien honra a su madre obedece al Señor.
Hijo, cuida de tu padre en su vejez
y durante su vida no le causes tristeza.
Aunque pierda el juicio, sé indulgente con él,
y no lo desprecies aun estando tú en pleno vigor.
Porque la compasión hacia el padre no será olvidada
y te servirá para reparar tus pecados.
Sal 127
Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos.
Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien.
Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa.
Esta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sion,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida.
Col 3, 12-21.
Como elegidos de Dios, santos y amados, revestíos de compasión entrañable, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia.
Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro.
El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo.
Y por encima de todo esto, el amor, que es el vínculo de la unidad perfecta.
Que la paz de Cristo reine en vuestro corazón: a ella habéis sido convocados en un solo cuerpo.
Sed también agradecidos. La Palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente.
Cantad a Dios, dando gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados.
Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre de Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
Mujeres, sed sumisas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.
Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso agrada al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan el ánimo.
Palabra de Dios.
Sigues teniendo los mismos problemas?
Cuando te encuentras con la misma discusión con tu pareja por enésima vez, es una buena señal de que probablemente estás en una relación enfermiza. tienes sentimientos no resueltos del pasado, creando una dinámica destructiva que te impide disfrutar de la armonía.
No te sientes seguro o entendido?
Una de las señales más claras de una relación enfermiza es que es difícil para una persona dejar que la otra persona diga la verdad acerca de sus sentimientos.
Alguien siempre debe tener la razón¡
En una relación real, cada persona está alerta de su papel en un problema, y la prioridad para ambos es el crecimiento de la relación. Las relaciones enfermizas se caracterizan por las luchas, con lo que el otro se convierte en el autor del delito. Nadie gana.
Es difícil estar en esa relación
Si te sientes agotado con tu pareja, es muy probable que estés atrapado en una relación enfermiza. En una relación armoniosa, en tanto las personas asumen la responsabilidad de cualquier problema que surja, vienen con soluciones creativas que añaden aún más a los sentimientos positivos que comparten.
Mt 11, 28 -29 Todos hemos sido llamados por el Señor a vivir en plenitud y en paz toda nuestra existencia, con esa paz que sólo Cristo nos puede dar. Quizás alguno creyendo que el Evangelio era una opción desalentadora que nos lleva al conformismo frente a nuestra situación y la adversidad, pero es todo lo contrario. Las palabras con que Jesús inició su predicación resuenan de manera cada vez más nítida y fuerte en nuestro corazón:¡Bienaventurados! Y para ser bienaventurados es que nos ha creado y nos ha llamado Dios.
¿Estamos viviendo esa vida en plenitud que Jesús nos ofrece y nos da?
A menudo nos ha podido suceder que luego de experimentar el amor de Dios y la salvación que Jesús nos da, estamos deseosos de hacer muchas cosas por Él y servirle con todas nuestras fuerzas y con todo nuestro amor.
Todos los seres humanos estamos expuestos a contraer una serie de enfermedades corporales, ya sea por contagio, una herida mal curada, o por el mal funcionamiento de algún órgano o sistema de nuestro cuerpo. De la misma manera, nuestro interior -alma y espíritu- es sumamente sensible (por más que algunos nos consideremos muy fuertes), y estamos sujetos a sufrir males interiores; esto es, heridas espirituales, emocionales, de nuestra vida afectiva, voluntad, recuerdos, actitudes, etc.
Las enfermedades interiores que pude sufrir cualquier persona en algún momento de su vida comprende las siguientes áreas enfermedades psíquicas, morales y espirituales.
Las enfermedades psíquicas son las que nos hacen obrar con temor, o que dejan librados nuestros sentimientos a un complejo de culpa o al complejo de inferioridad, o a cualquier otro complejo, o que nos impulsan a tener un odio, o que nos hacen decir o pensar «no sirvo», «no soy amado» , «debería hacerlo pero no me animo».
Las enfermedades morales son aquellas que traban la moral realización de actos virtuosos y que también impulsan a vicios contrarios. Por ejemplo, la gula, que además de ser un vicio, es también fuente de otras debilidades para el organismo interno, afloja la voluntad y llama a un cierto desprecio hacia si mismo. También es el caso del alcoholismo. Hay algo superior al esfuerzo del hombre, algo que no depende sólo de éste.
Las enfermedades espirituales son las que impiden relacionarse eficazmente con Dios, por sí mismas. Por ejemplo, un fuerte bloqueo a tener fe, o una vez que adviene la fe y se realizan los actos consecuentes, puede haber cierta frialdad y de fuerza para la realización de los mismos.
El ser humano está hecho para vivir y andar en el amor, y es por eso que la base afectiva es de suma importancia para el crecimiento sano de la persona en todos los niveles.
Las heridas pueden producirse debido una inesperada frustración o fracaso; un fuerte golpe emocional, una situación traumática provocada por un grave accidente o una violación; un largo período de soledad; una decepción causada por un ser querido o cercano en quien tanto confiábamos y que traicionó dicha confianza; la separación repentina de aquel ser a quien mucho amábamos y que se marchó de nuestro lado sin explicación; un severo regaño que nos hicieron siendo pequeños nuestros padres o alguna persona adulta que representaba en ese momento la autoridad, un error o pecado grave que cometimos y que no nos perdonamos a nosotros mismos; un defecto o limitación física que poseemos y que ha sido motivo de continuas burlas o desprecios por parte de los demás.
Estos y otros muchos casos son ejemplos de situaciones que en nosotros pueden ocasionar heridas interiores debido a conflictos no resueltos, heridas que a veces se tornan muy serias, dolorosas y prácticamente imposibles para nosotros de superar, en especial aquellas producidas desde hace mucho tiempo. Hoy se sabe que las heridas ocurridas a más temprana edad, incluso las que se produjeron aún antes de nuestro nacimiento, cuando captábamos y asimilábamos las reacciones e impresiones más fuertes de temor, rechazo y dolor de nuestra madre, son las más difíciles de superar y las que más nos afecta en nuestro comportamiento actual.
La manera en que todos estos conflictos no resueltos repercuten en nuestra forma de ser y vivir es muy notoria, pues pueden llegar a afectar nuestros sentimientos y relaciones con los demás, nuestro estado de ánimo, nuestras actitudes frente a la vida y las demás personas y la forma como reaccionamos ante determinadas situaciones repentinas que se nos presentan.
Así tenemos, que ante ciertas situaciones, podemos reaccionar violentamente o con un irrefrenable temor. Sentimos un rechazo hacia determinadas personas que no sabemos de dónde proviene. No sentimos el amor que quisiéramos tener por los demás; y sí lo sentimos, nos encontramos con que no podemos demostrárselo por una incapacidad de dar y demostrar afecto y cariño a los otros. En ocasiones, nuestro comportamiento y actitudes ante determinadas personas están marcadas por un aislamiento incomprensible, complejos o patrones de culpabilidad; o con frecuencia nos colocamos ciertas máscaras delante de los demás, que ocultan lo que verdaderamente somos y sentimos.
Incluso, estos conflictos no resueltos pueden, con el tiempo desencadenar en males físicos, hoy llamados enfermedades psico-somáticas; es decir, enfermedades físicas generadas en nuestra mente o espíritu.
Y la realidad es que, mientras estas heridas permanezcan abiertas, esos problemas actuales que son consecuencias de ellas, quedarán sin solucionar.
Los conflictos y problemas no se pueden «Tapar» o postergar, porque peor va a ser para nosotros. Los conflictos que no podemos manejar, aquello que no aceptamos, aquello que rechazamos, termina transformándose con el tiempo en nuestro enemigo. Tenemos por ello que enfrentarlos y buscar su solución.
Juan 10, 10: «Yo he venido para que tengan vida, y que la tengan en abundancia», nos está diciendo que Él quiere que vivamos en plenitud, en todo orden de cosas, incluyendo por supuesto la salud interior y corporal. «Cristo es nuestra paz» nos dice Pablo (Ef 2, 14), y nos repite: «Cristo mismo es la vida de ustedes» (Col 3, 4).
Él mismo toma incluso nuestros cansancios y cargas cotidianas, de las cuales nos quiere aliviar: «Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar» (Mt 11, 28). «Cristo nos dio libertad para que seamos libres» (Ga 5, 1). Jesús reprendió la fiebre de la suegra de Pedro, y ella quedó sana (Lc 4, 39). «Tenemos confianza en Dios, porque sabemos que si le pedimos algo conforme a su voluntad él nos oye nuestras oraciones, también sabemos que ya tenemos lo que le hemos pedido» (1 Jn 5, 14-15). Sí hermanos, sabemos que ya tenemos lo que le hemos pedido; es decir, que Jesús ya nos lo ha dado. Y así nos enseñó ÉL mismo a orar, cuando nos dijo: «por eso les digo que todo lo que ustedes pidan en oración, crean que ya lo han conseguido y lo recibirán» (Mc 11, 24).
En este punto la Pareja debe haber hallado la fuente del dolor.
Confesión y Misa sacramental.
Que el Señor te bendiga y te proteja.
Que el Señor haga brillar su rostro sobre ti y te muestre su gracia.
Que el Señor te descubra su rostro y te conceda la paz.





