Juan escribe el apocalipsis, una profecía revelada por Dios y la envía a sus discípulos en las siete (7) iglesias de la provincia romana de Asia.
El mensaje de Jesús, resucitado, rey del mundo, de pie entre siete candeleros, que son las 7 iglesias, Advierte;
a la iglesia de Éfeso para que se arrepienta de haber abandonado su primer amor.
a la iglesia de Esmirna para advertirles de diez días de tribulación que pueden costarles la vida o el encarcelamiento.
a la iglesia de Pérgamo para que se arrepienta de las doctrinas de Balaam y los Nicolaítas.
va a la iglesia de Tiatira para arrepentirse de las enseñanzas de la profetisa Jezabel.
a la iglesia de Sardes por estar «muerta» o ser inconsciente de lo que vendrá, pues sus obras no son perfectas ante Dios.
a la iglesia de Filadelfia para perseverar con la poca fuerza que tiene; para impedir que nadie tome su corona.
a la iglesia de Laodicea para que se arrepienta de haber invertido en riquezas materiales que la hacen miserable.
Advirtiendo la tribulación que viene sobre las iglesias, que les obligará a elegir entre la transigencia o la fidelidad.
Jesús llama a la fidelidad para que puedan superar o conquistar. Jesús promete una recompensa para todos los que se mantengan fieles.
Juan describe la sala del trono celestial de Dios, quien sostiene un libro/rollo resguardado por siete sellos.
Se da a conocer que solo «El León de la tribu de Judá» (Apocalipsis 5:5) es digno de abrir este libro/pergamino.
Los evangelistas y los «veinticuatro ancianos» representan la totalidad del pueblo de Dios, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. Su número, es la representación de las doce tribus de Israel y los doce apóstoles de Jesucristo. Aclamados por la totalidad de los coros de los santos ángeles. Dicen:
«Digno es el Cordero que fue inmolado de recibir el poder, y la divinidad, y la sabiduría, y la fortaleza, y el honor, y la gloria y la bendición. Y a todas las criaturas que hay en el cielo y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y las que hay en el mar; a cuantas hay en todos estos lugares, a todas las oí decir: ¡Al que está sentado en el trono, y al Cordero, bendición, y honra, y gloria, y potestad por los siglos de los siglos! Apocalipsis 5:12 STR
El cordero de Dios toma el libro y:
Se rompe el primer sello y el primero de los cuatro seres vivientes presenta un caballo blanco cuyo jinete porta una corona, está equipado con un arco y sale a conquistar.
El segundo sello se rompe y presenta un caballo rojo, cuyo jinete empuña una gran espada y sale a arrebatarle la paz de la tierra. Guerra.
Se rompe el tercer sello y presenta un caballo negro, un jinete con una balanza en su mano, y una voz en medio de los seres vivientes anuncia el precio del trigo y la cebada, y que representa al hambre.
El cuarto sello se rompe y el cuarto de los cuatro seres vivientes presenta un caballo pálido, cuyo jinete se llama Muerte y el Infierno lo sigue. Con la autoridad para matar con guerras, hambre, enfermedades y animales salvajes.
El quinto sello se rompe revelando las almas de aquellos que habían sido asesinados por la «Palabra de Dios». Los Martires.
El sexto sello es roto y «hubo un gran terremoto; y el Sol se puso negro como cilicio hecho de cabello, y toda la luna se volvió como sangre. La humanidad se esconde en las cuevas y montañas reconociendo la presencia de Aquel que se sienta en el trono y la ira del Cordero. Se revelan los siervos de Dios, los que han de ser sellados antes de la destrucción de la Tierra, propiedad suya, serán protegidos en medio de los eventos catastróficos que ocurrirán.
Se abre el séptimo sello y el cielo permanece en silencio durante aproximadamente media hora. El silencio del cielo se considera como preparativo para los juicios divinos. El silencio de Dios ante la iniquidad, es un período en el cual parece que Él, no responde a las oraciones o no interviene en las situaciones como se esperaría, una prueba de fe. Advierte jesus en mateo 22 que, durante este periodo, se levantarán falsos mesías y falsos profetas, y obrarán grandes señales y prodigios para inducir a error, si posible fuera, aun a los mismos elegidos. y, si no se acortasen aquellos días, nadie se salvaría.
Después el ángel llena el incensario de brasas, desde el altar, y lo arroja a la tierra provocando estruendos, truenos, relámpagos y un terremoto.
El primer ángel de los siete tocó su trompeta: y se derramo sobre el mundo la ira de Dios. Y así sucesivamente cada uno de los 7 ángeles liberó diferentes castigos, se abrieron las puertas del infierno sobre la humanidad.
Todo es medido y calculado, el templo de Dios, y se calcula cuántos pueden adorar allí.
Las naciones que pisotearán la ciudad santa de Dios, y se establece que lo harán durante cuarenta y dos meses (1.260 días).
Durante ese mismo tiempo, dos testigos, vestidos de cilicio, profetizarán cerrando el cielo, de no permitiendo que llueva y esto atormentará a las naciones.
Viene entonces la primera mención de la Bestia, quien vencerá a los dos testigos y los matará.
El Arca de la Alianza perdida durante la deportación de Nabucodonosor aparece, lo cual significa el triunfo del cordero, María la nueva arca.
Un gran prodigio en el cielo, una mujer vestida del sol, y la luna debajo de sus pies, y en su cabeza una corona de doce estrellas.
Estalla la guerra en el Cielo, el Arcángel Miguel y sus ángeles luchan en contra de »el dragón» y los ángeles de este. Y vencido el dragón se enfureció y fue a la guerra contra el resto de su descendencia, que guarda los mandamientos de Dios.
La bestia surgida del mar es capaz de controlar todo el planeta y empezar una la guerra contra los santos y vencerlos, surge otra bestia, esta vez de la tierra. Esta bestia, que se asemeja a un cordero, pero hablaba como un dragón, ejerce autoridad en nombre de la anterior y provoca «grandes señales milagrosas» para hacer que la gente siga a la bestia original. La segunda bestia, también conocida como el falso profeta, obliga a todos los que no llevan la Marca de Dios a recibir la Marca de la Bestia en su mano derecha o en la frente, declarando que «Nadie pudiera comprar ni vender, a menos que llevara la marca, que es el nombre de la bestia o el número de ese nombre». Es un líder religioso que simboliza la falsa religión y la engañosa influencia espiritual que se levantará en los últimos tiempos, que apoya y promueve al primer gobernante, conocido como la primera bestia, que representa el poder político o secular.
El Cordero de Dios aparece en el monte Sion con los santos varones. Se anuncia la proclamación del juicio final y la cosecha de la tierra, la separación entre los justos y los impíos, el Hijo del Hombre, realiza la cosecha de la tierra con una hoz afilada.
Las siete copas de la ira de Dios son similares a los juicios de las Trompetas, plagas que traen devastación parcial y plagas sobre 1/3 de la naturaleza y las personas, mientras que los juicios de las copas son ataques directos más severos contra la humanidad y la naturaleza. Que fueron prefiguradas en las plagas de Egipto. Pero que esta vez por la dureza de los corazones, no tiene redención. Los juicios de las copas contra aquellos que han tomado la marca de la Bestia, y son considerados incorregibles
Plaga de la sangre.
Plaga de las ranas.
Plaga de los piojos.
Plaga de las moscas.
Plaga del ganado.
Plaga de las úlceras.
Plaga del granizo.
Plaga de las langostas.
Plaga de la oscuridad
Plaga sobre los primogénitos
Viene entonces el juicio de la mujer que cabalga sobre la bestia, a la que se hace referencia como «la gran ramera» o »la gran prostituta», en realidad »aquella gran ciudad que tiene poder de gobernar sobre los reyes de la tierra» (Apocalipsis 17:18). Los 10 reyes que gobiernan los reinos que dan su poder a la Bestia se cansan de su influencia y la derrocan. Su destrucción hará que los reyes y mercaderes de la tierra lamenten su muerte.
Babilonia cae. Esto hace llorar a los mercaderes de la tierra porque ya nadie puede comprar sus productos.
Ocurre el matrimonio entre Jesús y su esposa, que se ha arreglado y vestido de lino blanco blanqueado con la sangre del cordero. Jesús regresa a la tierra seguido por los ejércitos del Cielo, a los que se les ve montados en caballos blancos. La Bestia y el Falso Profeta combaten a los ejércitos de Cristo pero son derrotados. A raíz de su derrota, el Anticristo y el Falso Profeta son arrojados vivos al Lago de Fuego, que arde por la eternidad.
Después de los mil años, Satanás es liberado del Abismo para engañar a las naciones y reunir a Gog y Magog y la gente del mundo para rodear el campamento de los santos y la ciudad de Jerusalén. Fuego desciende del cielo y los devora, y Satanás finalmente es destruido para siempre.
Un cielo nuevo y una tierra nueva con la Nueva Jerusalén, la ciudad celestial, reemplazan al primer cielo y a la primera tierra.
Bienaventurados los que lavan sus vestiduras en la sangre del Cordero, para tener derecho al árbol de la vida y a entrar por las puertas de la ciudad santa. Y allí no habrá jamás noche, ni necesitarán luz de antorcha, ni luz de sol, por cuanto el Señor Dios los alumbrará; y reinarán por los siglos de los siglos.
El libro comienza con una introducción donde el autor, el apóstol Juan, relata cómo recibió estas visiones mientras estaba exiliado en la isla de Patmos.
- La visión de los siete sellos: Se abre un libro sellado con siete sellos, lo que desata una serie de juicios y catástrofes sobre la tierra.
- La visión de las siete trompetas: Cada trompeta desencadena un juicio o desastre particular, con impactos devastadores en la tierra y la humanidad.
- La visión de las dos bestias: Se presenta a dos bestias, una que surge del mar y otra de la tierra, que simbolizan el poder y la opresión en los últimos días.
- La visión de la mujer y el dragón: Se describe una batalla cósmica entre el bien y el mal, representada por una mujer vestida con el sol y un gran dragón rojo.
- La visión de la Nueva Jerusalén: Se revela la ciudad celestial, un lugar de belleza y paz donde los fieles vivirán eternamente con Dios.
El libro concluye con una invitación a la salvación y una advertencia contra alterar las palabras proféticas contenidas en él. El Apocalipsis presenta un mensaje de esperanza y victoria para aquellos que permanecen fieles a Dios, incluso en medio de la persecución y las pruebas.
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