Categorías
Historia

Cristeros, Mexico bajo ataque

 La izquierda mexicana en el poder, comunista y atea, a la que pertenecía Frida Kahlo, que también era judía, junto a su esposo, el muralista Diego Rivera, simpatizantes leninistas, eran marxistas activos y miembros del Partido, Kahlo, a pesar de ser lesbiana, estuvo al servicio sexual del revolucionario ruso León Trotski y luego involucrada en su asesinato, por lo cual tuvo que pagar cárcel. Trotski, nacido en Ucrania, también era Judío y fue asesinado por querer implementar la revolución permanente y la expansión de la revolución socialista internacionalmente, en un momento inadecuado ya que era el inicio de la 2 guerra mundial, México acababa de salir de la revolución cristera y Lenin quería consolidar la revolución en Europa en ese momento. El abuelo de Putin, Spiridon Ivanovich Putin, en aquel momento, era el carnicero o chef de Lenin y luego de Stalin…

En México los anticlericales Persiguieron a los católicos, lo que dejo 250 mil muertos y similar cantidad de refugiados hacia los Estados Unidos.

El mando cristero tuvo el apoyo de la Santa Sede, mientras sus perseguidores, los anticlericales, la complicidad de los gobiernos de México y los Estados Unidos, dejaron cientos de miles de católicos muertos, como el niño José Sánchez del Río, a quien le desollaron la planta de los pies y lo obligaron a caminar así hasta su tumba. Ante la furibunda persecución anticatólica del gobierno presidido por el presidente masón Plutarco Elías Calles, que con la ley que promulgó en 1926 dictaba de facto la desaparición de la Iglesia Católica en el país americano, -algo que el nuevo gobierno mexicano también prometió- el pueblo se levantó, lo que dejó miles de mártires, que fueron fusilados, ahorcados o asesinados brutalmente a causa de su fe. Finalmente los cristeros se sintieron traicionados por sus obispos. Su lema era Viva cristo Rey mientras el del gobierno como el coronel «Mano Negra», arengaba a sus tropas al grito de «¡Viva Satán!».

El 21 de mayo del año 2000 San Juan Pablo II canonizó en Roma a San Cristóbal Magallanes y sus 24 compañeros mártires, entre ellos había sacerdotes y laicos de distintas partes de México. Como Santo Toribio Remo, considerado como patrono de los emigrantes mexicanos.

En el año 2005, durante el pontificado de Benedicto XVI fueron beatificados en Guadalajara otros 14 mártires entre los que se encontraba el padre Miguel Agustín Pro y también el niño José Sánchez del Río. En estos momentos hay otro número de sacerdotes y laicos mexicanos en proceso de beatificación tras haber sido asesinados por odio a la fe en la guerra cristera y pronto serán beatificados.

José Sánchez del Río tenía 13 años cuando su hermano Miguel decidió tomar las armas para defender la causa de Cristo y de su Iglesia. José, viendo el valor de su hermano, pidió permiso a sus padres para alistarse como soldado. Su madre trató de disuadirlo pero él le dijo: «Mamá, nunca había sido tan fácil ganarse el cielo como ahora, y no quiero perder la ocasión». Su madre le dio permiso.

El 5 de febrero de 1928, el caballo del general cayó muerto de un balazo, José bajó de su montura con agilidad y le dijo: «Mi general, aquí está mi caballo, sálvese usted, aunque a mí me maten. Yo no hago falta y usted sí» y le entregó su caballo, fue hecho prisionero y llevado ante el general callista quien le reprendió por combatir contra el Gobierno y, al ver su decisión y arrojo, le dijo: «Eres un valiente, muchacho. Vente con nosotros y te irá mejor que con esos cristeros».

«¡Jamás, jamás! ¡Primero muerto! ¡Yo no quiero unirme con los enemigos de Cristo Rey! ¡Yo soy su enemigo! ¡Fusíleme!».

Desde un calabozo oscuro y maloliente. José escribió una carta a su madre en la que le decía: «Cotija, 6 de febrero de 1928. Mi querida mamá: Fui hecho prisionero en combate en este día. Creo que voy a morir, pero no importa, mamá. Resígnate a la voluntad de Dios. No te preocupes por mi muerte… haz la voluntad de Dios, ten valor y mándame la bendición juntamente con la de mi padre…».

El 10 de febrero de 1928, le desollaron los pies con un cuchillo y lo hicieron caminar a golpes hasta el cementerio, de pie al borde de la propia fosa, se abalanzaron sobre él y comenzaron a apuñalarlo. A cada puñalada gritaba de nuevo: «¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen de Guadalupe!». Mientras salían de su boca estas exclamaciones, el capitán le disparó a la cabeza, y el muchacho cayó muerto dentro de la tumba.

Por #bottegadivina

Bottega Divina es un Canal dedicado a aplicar la tradición moral Cristiana a situaciones críticas en la política y la sociedad. Abogamos y velamos por la aplicación de los principios fundamentales de la sociedad, como el derecho natural, en los ámbitos políticos y sociales.

Deja un comentario