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Historia

«Papa» Formoso, condenado

Formoso nació en Roma, el año 816 y fue  Consagrado obispo de Portus en 864 por el papa Nicolás I, actuó como legado pontificio en Bulgaria (866), y luego fue enviado a Constantinopla con motivo del cisma provocado por Focio.

Luego enviado al Reino de Francia (869 y 872) donde Carlos el Calvo aceptó la corona imperial.

En el 876 en el concilio del Panteón, se le ordenó a Formoso que regresara a Roma, bajo pena de excomunión, con una larga serie de acusaciones, involucrarse en política y conspirar, el 30 de junio fue excomulgado in absentia. En agosto de 878 Formoso obtuvo que se le retirara la sentencia de excomunión, a condición de que fuera reducido al estado laico y nunca regresara a Roma.

El Papa Marino I (882-884), un buen hombre y pacificador, liberó de la excomunión a Formoso, que en junio de 883 fue reconfirmado en su cargo de obispo de la diócesis de Oporto y quedó liberado de las obligaciones contraídas en 878.

 Elegido Papa, Formoso fue obispo de Roma y gobernante de los Estados Pontificios desde el 6 de octubre de 891. Su reinado como Papa fue turbulento, marcado por intervenciones en luchas de poder sobre el Patriarcado de Constantinopla, el Reino de Francia Occidental y el Sacro Imperio Romano Germánico.

El papa Formoso coronó emperador a Guido, duque de Espoleto, que por línea materna era bisnieto de Ludovico Pío. Contra él y su hijo, Lamberto de Espoleto, se levantó Arnulfo, duque de Carintia, descendiente también de Ludovico Pío, aunque por línea bastarda, y reclamó para sí la corona. Formoso se vio obligado a coronar también emperador a Arnulfo (893). A partir de entonces hizo estragos en Roma una interminable guerra civil entre espoletanos y antiespoletanos, entre partidarios del papa Formoso y sus adversarios, en las contiendas y rivalidades de las familias romanas, que nombraban papas a sus propios miembros e intentaban destronar a los papas erigidos por las familias adversarias. La confusión llegó a tales extremos, que, de algunos de tales pontífices, que a veces sólo lo fueron durante unas semanas o aun días, no conocemos sino los nombres, y ni siquiera estamos seguros de que fueran papas legítimos.

El 4 de abril de 896, Formoso murió.

Los restos de Formoso fueron exhumados y juzgados en el Sínodo del Cadáver. Sus sucesores creyeron ver el fin del Papado por el controvertido legado de su pontificado.

Poco después de su elección, se le pidió a Formoso que interviniera en el Patriarcado de Constantinopla, donde Focio I había sido expulsado y Esteban I , hijo del emperador Basilio I , había asumido el cargo. Formoso se negó a reinstalar a los que habían sido ordenados por Focio, lo que agravó del sisma de Oriente.

Formoso también se sumergió en la disputa entre Odón de París y Carlos el Simple por el trono francés.

Formoso persuadió a Arnulfo de Carintia para que se tomara Roma. En 894, el ejército de Arnulfo ocupó todo el país al norte del río Po. Avanzando hacia Roma y tomando la ciudad por la fuerza. Formoso coronó a Arnulfo como emperador en la Basílica de San Pedro. El nuevo emperador avanzó contra Spoleto.

Esteban VI , juzgó a Formoso en 897, en lo que se conoce como el Sínodo del Cadáver . El cadáver fue desenterrado, vestido con vestimentas papales y sentado en un trono para enfrentar todos los cargos. El veredicto fue que el difunto no era digno del pontificado. Se aplicó a Formoso la damnatio memoriae , se anularon todas sus medidas y actos y se declararon inválidas las órdenes conferidas por él. Le arrancaron las vestiduras papales, le cortaron los tres dedos de la mano derecha que había usado en las bendiciones y el cadáver fue arrojado al Tíber.

Sergio III (904-911) ratificó las decisiones contra Formoso. Sergio exigió la reordenación de los obispos consagrados por Formoso, quien a su vez había conferido órdenes a muchos otros clérigos, provocando gran confusión. Eran obispos y sacerdotes infiltrados para destruir la iglesia, decían algunos. La decisión de Sergio con respecto a Formoso ha sido posteriormente ignorada universalmente por la Iglesia.

Por #bottegadivina

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