Santa Margarita María Alacoque transmitió al rey de Francia el mensaje:
El Corazón de Nuestro Señor quiere «establecer su imperio en la corte , pidió la consagración del rey y que el sagrado corazón ondeara en la bandera de Francia, el rey no atendió, llego la revolución Francesa
Durante la revolución los muertos se contaban por millones.
Así que las madres tejían en el uniforme de sus hijos el corazón de Jesus, el detente para protegerlos del mal de esta guerra. Algo milagroso empezó a suceder, los soldados que tenían el detente sobre su corazón regresaban ilesos.
Incluso hubo casos de balas encontradas clavadas en el detente y que no lo atravesaron salvando así la vida del portador.
El papa Pio IX concedió indulgencias a quienes porten el detente, que debe ser bordado y al poner la última puntada queda bendito.
