Un buen samaritano, que iba de camino, encontró un hombre apaleado, y, viéndolo, se movió a compasión, acercóse, le vendó las heridas, derramando en ellas aceite; lo hizo montar sobre su propia cabalgadura, lo condujo al mesón y cuidó de él. El aceite del buen samaritano dictado por la virgen. A base de aceites esenciales. Para ser usado como medida preventiva contra brotes infecciosos. Esta mezcla de aceites esenciales conocida como «Aceite de ladrones», asociado con quienes tenían contacto con los cuerpos de las víctimas de la peste bubónica, es usado como protección, frente a una enfermedad altamente contagiosa: La virgen Manda ungirse en los lóbulos de las orejas, de la nariz, en ambos lados del cuello, sobre las muñecas «.
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