Un buen samaritano, que iba de camino, encontró un hombre apaleado, y, viéndolo, se movió a compasión, acercóse, le vendó las heridas, derramando en ellas aceite; lo hizo montar sobre su propia cabalgadura, lo condujo al mesón y cuidó de él. El aceite del buen samaritano dictado por la virgen. A base de aceites esenciales. […]
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