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Letania Titánica, por los consagrados caídos en Pecado.


Concepto y origen. Del griego lité, súplica, letanía es un término genérico por el cual se designan diversas especies de oraciones de intercesión que presentan la forma de interpelación o enunciación realizada por un solista y respuesta del pueblo. Por tanto, más que una oración particular, originariamente, la I. es un género, denominado de ordinario titánico. La oración litánica es uno de los modos de oración más comunes y la forma por excelencia de la oración coral.
      Esta forma de oración se llama en siriaco Karozuta o proclamación, que equivale a los términos kerigma en griego y praedicatio en latín. En la liturgia bizantina se llaman, según los casos, ectenia (oración intensa o larga), synapti (colecta), litía (súplica). Entre los latinos existieron diversos nombres para designar la forma litánica de oración: se habla con frecuencia e indistintamente de preces, deprecatio, litania, supplicatio litaniae, Kyrie eleison, orationes sollemnes, oratio plebis, prex fidelium, orationes et preces, capitella.

La peste asolaba Roma y Gregorio magno ordenó que la procesión continuara realizando el circuito por la ciudad, con los procesionarios cantando letanías. La procesión llevaba una imagen de la Santísima Virgen María… Y he aquí que la suciedad ponzoñosa del aire sucumbió a la imagen como si de ella huyera, incapaz de soportar su presencia: el paso de la imagen proporcionó una maravillosa serenidad y pureza al aire. También se dice que se escuchaban voces de ángeles en torno a la imagen, cantando: 

Regina coeli 

Entonces el Papa vio un ángel del Señor en lo alto del castillo de Crescencio, limpiando una espada ensangrentada y envainándola. Gregorio entendió que aquello ponía fin a la peste, como, de hecho, sucedió. Desde entonces el castillo se llamó Castillo del Santo Ángel. donde aun esta la imagen de san Miguel envainando la espada,
     
      En el culto cristiano, esta oración común de intercesión ocupa un lugar orgánico. Constituye, con la proclamación de la Palabra de Dios y la salmodia, uno de sus elementos primordiales (V. PALABRA III; SALMODIA).
     
      El origen de la oración litánica ha de buscarse en el Shemoneh Esreh de la sinagoga, o 18 bendiciones en las que se enumeraba a las diferentes categorías sociales de personas y de intenciones por las cuales se oraba (cfr. F. E. Warren, The liturgy and ritual of the antenicene Church, Londres 1912, 195).

San Pablo tiene un texto a Timoteo en el que pide se hagan oraciones por las diversas clases sociales (1 Tim 2,1-2) y seguramente hace en él alusión a esta forma de oración judía. Entre los paganos existía ya más o menos esta forma de plegaria, como se deduce de lo que narra Lactancio en torno a Licinio (De mort. persecut. 46,6: PL 7,264), el cual, antes de entrar en batalla con Maximino Daza, hizo cantar a sus tropas las siguientes invocaciones titánicas:
     
      Sancte Deus, te rogamus Summe Deus, te rogamus… Summe, Sancte Deus, preces nostras exaudi.
     
      Brachia nostra ad te tendimus, exaudi Sancte, summe Deus.

Ejemplos de estas oraciones titánicas encontramos en los escritos de los primeros Padres de la Iglesia. Es bien conocida la oración de S. Clemente Romano (Epístola a los Corinthios, 59,61). En la carta de S. Policarpo y en las actas de su martirio se hallan también vestigios de esta oración (cfr. Monumenta Ecclesiae Liturgica, t. 1, n° 740, 3835,3837). A esta especie de oración hacen frecuentemente alusión S. Justino (I Apologia, 65,1; 68,5; Diálogo con Trifón, 33,6; 35,8; 96,3), Orígenes (Hom. XVI in Jerem., 14). En las actas auténticas de los mártires se encuentran también con frecuencia oraciones de forma litánica (cfr. J. Lebreton, La priére des martyrs, «Recherches de Science Religieuse», 1924, 5-32 y 97-133).
     
      Tertuliano precisa el modo como se recita esta oración: la cabeza erguida y descubierta, las manos extendidas,probablemente de pie (Apología, 30); más tarde habla de ella S. Cipriano (Epístola 7: PL 1,1303). A partir del s. Iv los testimonios se multiplican; los encontramos en S. Cirilo de Jerusalén, en S. Basilio, S. Juan Crisóstomo, S. Agustín, Casiano, y el mismo S. Benito (cfr. F. Cabro], Litanies, en DACL 9,1544 ss.).
     
      Clases de formas litánicas. Ya desde la antigüedad se distinguieron diversas clases de oraciones litánicas. Los testimonios que acabamos de citar, así como los mismos términos antes señalados, no suponen una misma clase de oración bien diferenciada y definida, como hoy podíamos decir que lo está lo que llamamos propiamente letanía. Es verdad que los textos citados y los testimonios de los Padres se refieren de ordinario a la «oración de los fieles» u oración universal o católica. Pero existió otra forma muy extendida de oración Titánica, que fue la oración diaconal que se distingue muy claramente de la otra. La oración de los fieles en las liturgias estaba incluida en la Misa de los fieles, y la diaconal, en la de los catecúmenos. Hubo también oraciones litánicas en el oficio, y oraciones litánicas penitenciales.
     
      a. Letanías diaconales. Son oraciones recitadas por el diácono y forman parte de la liturgia de la Palabra o primera parte de la Misa. Son, incluso, la conclusión de esta primera parte. El diácono pronuncia una invocación o enuncia una intención y el pueblo responde con una aclamación (v.) que de ordinario suele ser Kyrie eleison o Amén (v.), aunque existen numerosos tipos de respuestas. Al fin de esta l., el pontífice o el sacerdote celebrante pronuncia una oración que resume todas las intenciones expuestas y las ofrece a Dios. De ahí el nombre de collecta dado a esta oración en los ritos latinos.
     
      En Oriente, encontramos seguramente la primera mención de la oración diaconal dentro de la liturgia en las Constituciones Apostólicas. Después de la homilía el obispo saluda a los fieles, el diácono manda salir a los infieles e invita a los catecúmenos a rezar con él, respondiendo éstos Kyrie eleison: todos inclinan la cabeza, el obispo pronuncia una oración y una bendición sobre ellos, e inmediatamente se retiran. Sigue luego otra oración sobre los energúmenos parecida a la pronunciada sobre los catecúmenos, con la intervención del diácono y del obispo y, por último, se pronuncia, antes de entrar en la liturgia de los fieles, otra oración semejante sobre los penitentes (Constituciones Apostólicas, VIII,5-14). La liturgia de S. Marcos, que representa el rito alejandrino (v. ALEJANDRÍA VIII), nos ofrece asimismo después del evangelio una fórmula de oración diaconal. Después de las enunciaciones del diácono todos responden Kyrie eleison, y después de cada una de las respuestas, el celebrante pronuncia una oración (cfr. Brightman, Liturgies eastern and western, Oxford 1896, 3-13). En la liturgia de Santiago, de la iglesia antioquena (v. ANTIOQUÍA VI), el archidiácono pronuncia unas intenciones por la paz, por el patriarca y los otros ministros, por el perdón de los pecados; el pueblo responde como siempre el Kyrie eleison y el celebrante recita la oración. También esta letanía se encuentra en la Misa, pero se dice antes de las lecturas y se repite después de las mismas. Estas mismas oraciones se encuentran tanto en la liturgia de S. Basilio como en la de S. Juan Crisóstomo (cfr. Brigthman, o. c.).
     
      En las liturgias latinas la I. diaconal permaneció bajo diferentes formas. Como vestigios de esta primitiva I. encontramos el Kyrie eleison de la liturgia romana importado de Oriente en tiempo del papa Gelasio y que en un principio constituyó una verdadera I. diaconal (cfr. B. Capelle, Le Kyrie de la Messe et le Pape Gélase, «Revue Bénédictine», 1934, 138).
     
      b. Oraciones de los fieles. Distintas de las I. diaconales eran las oraciones o I. de los fieles, de origen anterior y más generalizado. Se recitan en la Misa cuando, antes del ofertorio, los catecúmenos, los penitentes y en general todos los no bautizados han sido despedidos de la reunión. Las pronuncia, no ya el diácono, sino el obispo o el celebrante; los fieles responden Amén. Tenemos hoy un ejemplo característico y único en las oraciones solemnes del Viernes Santo. Hay que notar que lo que hoy se designa con el nombre de «oración de los fieles» corresponde a la I. diaconal de la antigüedad.
     
      El testimonio más antiguo de esta oración de los fieles la encontramos en la Traditio Apostolica de Hipólito (ed. B. Botte, París 1946, c. 18). Un texto característico de oración de los fieles nos la ofrece el Eucologio de Serapión (s. Iv); en ella se pide por el pueblo, por los laicos y enfermos, por el obispo, presbíteros, diáconos, subdiáconos, lectores, intérpretes, solitarios, vírgenes, personas casadas; y se coloca justamente antes de la oración eucarística (cfr. F. X. Funk, Didascalia et Constituciones Apostolorum, t. 2, Paderborn 1905, 159 ss.). Es, por otra parte, frecuente encontrar dentro del mismo canon o anáfora una oración de intercesión en las liturgias orientales, p. ej., en la liturgia de S. Marcos y en la de Santiago (cfr. Brightman, o. c. 119-125 y 74).
     
      c. Letanías penitenciales y letanías de los santos. En la Edad Media tuvieron gran difusión esta clase de oraciones, y la concepción que actualmente tenemos de las I. se deriva de esta práctica más que de las I. diaconales o de los fieles.
     
      A finales del s. V (a. 492) se recitaba una fórmula Titánica de oración en favor de los obispos o sacerdotes caídos en grave pecado, por disposición del papa Félix II (Epist. 13, c. 2). En la Cuaresma del año 590 con ocasión de una peste, y en 603, en una circunstancia grave difícil de precisar, se organizaron l., según el testimonio de S. Gregorio Magno y de S. Gregorio de Tours, respectivamente. Es claro que nos encontramos aquí con una ampliación del sentido de l., que se aplica no ya sólo a las oraciones de intercesión sino a las procesiones (v.) con carácter de expiación y de penitencia. En las Galias existieron estas procesiones bajo el nombre de rogationes. Las I. llamadas mayores que se recitan el 25 de abril, tienen su origen en estas I. penitenciales. De hecho, la procesión que se practicaba en este día se creó en sustitución de la fiesta pagana de las Robigalia, que consistía también en una procesión en la que se pedía la protección celeste para los campos. Se conserva el texto con que S. Gregorio la anunció en el a. 592 ó 598 (cfr. Registr. Epist. 11,2: PL 77,1329).
     
      Las fórmulas que se recitan en esta procesión son fundamentalmente las I. de los santos, y representan, aparte algunas adiciones más recientes, las fórmulas más antiguas de las I. romanas. Están compuestas por el Kyrie eleison y una lista de santos, aumentada en el curso de los siglos, a la que el pueblo responde con el ora pro nobis. Concluye con una serie de invocaciones que resumen las necesidades más genéricas de la Iglesia, y que recuerdan las intenciones de la l. diaconal.
     
      La Iglesia ha utilizado las I. de los Santos no sólo en las súplicas solemnes, sino también en las consagraciones y bendiciones de importancia, como la ordenación sacerdotal y la dedicación de una iglesia. El texto de estas I. ha sido revisado con motivo de la reforma del calendario litúrgico, y se han publicado en el mismo volumen del calendario dos formularios, uno con el título Litaniae in sollemnibus supplicationibus adhibendae y otro con el de Litaniae pro ritibus in quibus conferuntur consecretiones et sollemnes benedictiones (cfr. Calendarium Romanum, ed. típica, Vaticano 1969, 33-39).
     
      d. Letanías lauretanas. No pertenecen al formulario litúrgico, pero se han hecho muy populares. Comienzan con el Kyrie elesion y unas invocaciones a las tres divinas personas; sigue una bella lista de alabanzas a la Santísima Virgen María, a las que se responde ora pro nobis; concluyen con el Agnus Dei. El texto más antiguo conocido se halla en un Misal de Maguncia del s. XII; del que se hicieron varias recensiones. El que hoy se practica, de ordinario al final del rezo del Santo Rosario (v.), fue adoptado en el famoso santuario mariano de Loreto (v.), de donde procede el apelativo con que se las designa. El papa Sixto V, en 1587, lo aprobó para toda la Iglesia.
     
      e. Otras. Existen otras formas, menores, de l., como son: las usadas para la recomendación del alma (v. DIFUNTOS uI); las I. del Sagrado Corazón de Jesús, aprobadas por la Sagr. Congr. de Ritos el 27 jun. 1898; las I. del Santísimo Nombre de Jesús, aprobadas por León XIII el 16 en. 1886; las I. de San José, aprobadas por S. Pío X el 18 mar. 1909 (AAS 1, 1909, 290-292); en los Breviarios se suelen incluir para uso devocional.

🕊️ Letanías de los Santos (con patronazgos)

Señor, ten piedad de nosotros.
— Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad de nosotros.
— Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad de nosotros.
— Señor, ten piedad.

Cristo, óyenos.
— Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
— Cristo, escúchanos.

Dios Padre celestial,
— Ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo,
— Ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo,
— Ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, un solo Dios,
— Ten piedad de nosotros.


🙏 Invocación de los santos

Santa María, Madre de Dios y Reina de los ángeles, Omnipotencia suplicante
— Ruega por nosotros.
San Miguel, príncipe de la milicia celestial y protector contra el mal,
— Ruega por nosotros.
San Gabriel, mensajero de la Encarnación,
— Ruega por nosotros.
San Rafael, protector de los viajeros y sanador divino,
— Ruega por nosotros.
Santos ángeles y arcángeles, servidores del Altísimo,
— Rogad por nosotros.

San Juan Bautista, precursor del Señor y patrón de los conversos,
— Ruega por nosotros.
San José, esposo de la Virgen María, patrono contra la envidia y el comunismo y terror de los demonios,
— Ruega por nosotros.


Apóstoles y evangelistas

San Pedro, primer Papa y roca de la Iglesia,
— Ruega por nosotros.
San Pablo, apóstol de los gentiles y patrón de los misioneros,
— Ruega por nosotros.
San Andrés, pescador de hombres y patrón de Escocia,
— Ruega por nosotros.
San Juan, evangelista y apóstol del amor,
— Ruega por nosotros.
San Santiago el Mayor, patrón de los peregrinos,
— Ruega por nosotros.
San Felipe, evangelizador en Asia,
— Ruega por nosotros.
San Bartolomé, apóstol fiel y mártir,
— Ruega por nosotros.
San Mateo, apóstol y evangelista, patrón de los banqueros y contadores,
— Ruega por nosotros.
San Tomás, apóstol y patrón de la India y la China,
— Ruega por nosotros.
San Simón y San Judas Tadeo, apóstoles y mártires,
— Rogad por nosotros.
San Matías, elegido por Dios,
— Ruega por nosotros.
San Bernabé, compañero de los apóstoles,
— Ruega por nosotros.
San Lucas, evangelista y patrón de los médicos y artistas,
— Ruega por nosotros.

Todos los santos apóstoles y evangelistas,
— Rogad por nosotros.


🌹 Mártires

San Esteban, protomártir y patrón de los monaguillos y diáconos,
— Ruega por nosotros.
San Lorenzo, diácono y mártir, patrono de los cocineros y bibliotecarios,
— Ruega por nosotros.
San Ignacio de Antioquía, obispo mártir y testigo de Cristo, Martir contra la mentira
— Ruega por nosotros.
San Sebastián, mártir y protector contra las pestes,
— Ruega por nosotros.
San Jorge, mártir y patrón de los soldados,
— Ruega por nosotros.
Santa Inés, virgen y mártir, patrona de las jóvenes,
— Ruega por nosotros.
Santa Cecilia, virgen y mártir, patrona de los músicos,
— Ruega por nosotros.
Santa Lucía, mártir y patrona de la vista,
— Ruega por nosotros.
Santa Agata, mártir y patrona de las enfermeras,
— Ruega por nosotros.

Todos los santos mártires,
— Rogad por nosotros.


📖 Doctores y padres de la Iglesia

San Gregorio Magno, Papa y Doctor de la Iglesia, patrono de los cantantes, y el arte sacro
— Ruega por nosotros.
San Agustín, obispo y doctor de la gracia, patrón de los teólogos, y los conversos contra el maniqueismo agnosticismo y las sectas
— Ruega por nosotros.
San Ambrosio, obispo y defensor de la fe, patrón de los apicultores,
— Ruega por nosotros.
San Jerónimo, traductor de la Biblia y patrono de los estudios bíblicos,
— Ruega por nosotros.
San León Magno, Papa y defensor de la ortodoxia, Expulsor de los herejes
— Ruega por nosotros.
San Atanasio, defensor de la divinidad de Cristo, Ultimo cristiano fiel en tiempo de herejías en las catacumbas
— Ruega por nosotros.
San Juan Crisóstomo, predicador incansable, patrono de los oradores,
— Ruega por nosotros.
Santo Tomás de Aquino, doctor angélico y patrón de los estudiantes,
— Ruega por nosotros.


🏞️ Monjes, pastores y confesores

San Benito, padre del monacato occidental y patrono de Europa, exorcista de herejes y Malditos
— Ruega por nosotros.
San Bernardo de Claraval, defensor de María, Promotor de las Cruzadas contra los infieles
— Ruega por nosotros.
San Francisco de Asís, imitador de Cristo y Cruzado contra incredulos
— Ruega por nosotros.
San Antonio Abad, padre de los monjes, patrono de los animales domésticos,
— Ruega por nosotros.
San Martín de Tours, obispo generoso y patrono de los soldados conversos,
— Ruega por nosotros.
San Juan María Vianney, santo cura de Ars, patrono de los sacerdotes,
— Ruega por nosotros.
San Ignacio de Loyola, fundador de los jesuitas y patrón de la contrarreforma
— Ruega por nosotros.
San Felipe Neri, apóstol de Roma y santo patrón del tradicionalismo, patrono de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos porque “encarnaba los rasgos del soldado” su dedicación al servicio, la disciplina y la valentía.
— Ruega por nosotros.


🌸 Vírgenes y santas mujeres

Santa Mónica, madre perseverante y patrona de las madres cristianas,
— Ruega por nosotros.
Santa Teresa de Jesús, reformadora del Carmelo y doctora de la Iglesia,
— Ruega por nosotros.
Santa Teresa del Niño Jesús, patrona de las misiones,
— Ruega por nosotros.
Santa Catalina de Siena, doctora de la Iglesia y patrona de Europa,
— Ruega por nosotros.
Santa Clara de Asís, fundadora de las clarisas y patrona de la televisión,
— Ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, primera santa de América y patrona del Perú,
— Ruega por nosotros.


🌟 Invocación general

Todos los santos y santas de Dios,
— Interceded por nosotros.

Sé propicio,
Perdónanos, Señor.

Sé propicio,
Escúchanos, Señor.

De todo mal,
Líbranos, Señor.

De todo pecado,
Líbranos, Señor.

De la muerte eterna,
Líbranos, Señor.

Por tu Encarnación,
Líbranos, Señor.

Por tu muerte y resurrección,
Líbranos, Señor.

Por el envío del Espíritu Santo Consolador,
Líbranos, Señor.

En el día del juicio,
Líbranos, Señor.


🌟 Intercesiones

Nosotros que somos pecadores,
Te rogamos, óyenos.

Para que gobiernes y conserves a tu santa Iglesia,
Te rogamos, óyenos.

Para que asistas con tu gracia al Papa N. y a todos los pastores de la Iglesia,
Te rogamos, óyenos.

Para que bendigas a tu pueblo santo,
Te rogamos, óyenos.

Para que concedas paz y unidad a todos los pueblos,
Te rogamos, óyenos.

Para que conduzcas a todos los hombres a la luz del Evangelio,
Te rogamos, óyenos.

Para que fortalezcas con tu gracia a quienes serán consagrados,
Te rogamos, óyenos.

Para que colmes con la abundancia de tu Espíritu a quienes recibirán el orden sagrado,
Te rogamos, óyenos.

Para que santifiques con tu bendición a este altar/iglesia que se va a dedicar,
Te rogamos, óyenos.

Para que protejas a las vírgenes consagradas, esposas de Cristo,
Te rogamos, óyenos.

Para que glorifiques a tu Iglesia con la santidad de sus hijos,
Te rogamos, óyenos.

Jesús, Hijo del Dios vivo,
Te rogamos, óyenos.


🕯️ Cierre de las letanías

Cristo, óyenos.
Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos.
Cristo, escúchanos.

Señor, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad.

Señor, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad.


🙏 Oración final

Escucha, Señor, nuestras súplicas, y por intercesión de la gloriosa siempre Virgen María, de san José su esposo, de tus santos apóstoles, mártires y confesores, de todas las vírgenes santas y de todos los santos y santas, dígnate derramar la plenitud de tu gracia sobre estos hijos tuyos, para que, fortalecidos por tu bendición, vivan siempre en santidad y fidelidad a tu voluntad. Por Cristo nuestro Señor.

EN LATÍN

Kyrie, eleison.
Christe, eleison.
Kyrie, eleison.

Christe, audi nos.
Christe, exaudi nos.


Pater de caelis, Deus,
miserere nobis.
Fili, Redemptor mundi, Deus,
miserere nobis.
Spiritus Sancte, Deus,
miserere nobis.
Sancta Trinitas, unus Deus,
miserere nobis.


Invocatio Sanctorum

Sancta Maria, ora pro nobis.
Sancte Michael, ora pro nobis.
Sancti Angeli Dei, orate pro nobis.

Sancte Ioannes Baptista, ora pro nobis.
Sancte Ioseph, ora pro nobis.
Sancte Petre et sancte Paule, orate pro nobis.
Sancte Andrea, ora pro nobis.
Sancte Ioannes, ora pro nobis.

(Aquí pueden insertarse otros apóstoles, evangelistas y mártires según el rito.)

Omnes sancti apostoli et evangelistae, orate pro nobis.
Omnes sancti martyres, orate pro nobis.

Sancte Stephane, ora pro nobis.
Sancte Laurentii, ora pro nobis.
Sancte Vincenti, ora pro nobis.
(Más mártires pueden añadirse aquí.)

Sancte Gregori, ora pro nobis.
Sancte Augustine, ora pro nobis.
Sancte Ambrosi, ora pro nobis.

Sancte Thoma Aquinate, ora pro nobis.
Sancte Benedicte, ora pro nobis.

Sancte Francisce, ora pro nobis.
Sancte Dominice, ora pro nobis.
Sancte Ignati, ora pro nobis.

Sancta Clara, ora pro nobis.
Sancta Teresia Iesu, ora pro nobis.
Sancta Catharina, ora pro nobis.

Omnes sancti et sanctae Dei, intercedite pro nobis.


Preces

Propitius esto,parce nobis, Domine.
Ab omni malo,libera nos, Domine.
Ab omnibus peccatis,libera nos, Domine.
Ab ira tua,libera nos, Domine.
A morte perpetua,libera nos, Domine.

(Se siguen otras invocaciones adecuadas al rito)


Supplicationes

Per incarnationem tuam,libera nos, Domine.
Per mortem et resurrectionem tuam,libera nos, Domine.
Per effusionem Spiritus Sancti,libera nos, Domine.

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De #bottegadivina

Bottega Divina es un Canal dedicado a aplicar la tradición moral Cristiana a situaciones críticas en la política y la sociedad. Abogamos y velamos por la aplicación de los principios fundamentales de la sociedad, como el derecho natural, en los ámbitos políticos y sociales.

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