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Genealogía desde Adán

La tradición bíblica ha comprendido siempre el tiempo no como una simple sucesión cronológica, sino como historia de los tiempos, «Lo que fué, será». Desde esta perspectiva, la genealogía lucana —setenta y siete generaciones desde Adán hasta Cristo— no busca establecer fechas, sino señalar la plenitud del designio: en Cristo, el tiempo alcanza su cumplimiento 77 generaciones son la plenitud de los tiempos…. Si, de manera análoga y simbólica, se observa el transcurrir posterior, podría pensarse que la humanidad atraviesa una fase final del “sexto día”, como imagen teológica. Segun la cuenta Caraita estamos entrando en el año 5996…

Diversas tradiciones judías y cristianas han leído los seis días de la creación como seis grandes edades, -milenios- reservando el séptimo para el descanso mesiánico. En ese marco simbólico, la referencia a “tres años y medio” -tan recurrente en Daniel y en el Apocalipsis- expresa un tiempo limitado, intenso y decisivo, donde el mal actúa, pero no reina. Una proporción espiritual: estamos llegando a la mitad de la plenitud, el tiempo de la prueba.

Los signos que acompañan nuestra época pueden ser leídos, metafóricamente, a la luz de la Revelación: una humanidad interconectada “de un extremo a otro de la tierra”, capaz de descender a los abismos y dominar los cielos; una proliferación de discursos proféticos, videntes, etc, junto a una fe debilitada; «Primero tiene que venir la apostasía» 2 tes 2,3 conflictos persistentes en la tierra de Israel; el río Éufrates ya se ha secado; naciones en agitación, guerras y rumores de guerras. Todo ello resuena con el lenguaje profético. Ya estamos en los tiempos del anomos…

La visión de León XIII, según la cual se habría concedido a satanás tiempo en el siglo, puede entenderse como clave espiritual para interpretar los últimos acontecimientos: no como derrota de Dios, sino como purificación histórica. Así, hablar de “tres años y medio” hacia el cierre del sexto día no es anunciar el día ni la hora -que nadie conoce-, sino proponer una lectura vigilante. La escatología bíblica no busca saciar la curiosidad, sino despertar la fidelidad en la hora decisiva.

Gn 6,3 afirma:

“No permanecerá mi espíritu en el hombre para siempre… sus días serán ciento veinte años.”

Puntos clave:

  • Estamos próximos a las 120 generaciones desde la creación de adán, “Año”, “día” y “generación” a veces se superponen simbólicamente
  • Ej.: “el día del Señor”, “esta generación”, “mil años como un día”
  • La tradición bíblica y patrística lo interpreta como:
    • límite de paciencia divina
    • tiempo previo al juicio
    • cifra simbólica de plenitud + prueba
    • estamos a 3 años y medio de la generación 115, y luego viene un periodo que llamaremos el reino de María, que correspondería a las 5 generaciones de las «vírgenes prudentes», así el esquema 115 + 5 = 120, nos hablaría del tiempo total del hombre o sus días.
    • Como visión teológica alternativa, podría leerse así:
    • 115 → tiempo largo de la historia humana bajo lucha y dispersión
    • 5 → número bíblico de:
    • la Ley
    • la responsabilidad moral
    • la purificación (las cinco vírgenes prudentes)
  • El Salmo 115 advierte contra los ídolos que el hombre fabrica con sus manos:
  • tienen boca y no hablan, ojos y no ven, oídos y no oyen. No se trata solo de estatuas antiguas, sino de toda obra humana que reclama confianza absoluta sin poseer vida. En este sentido, la inteligencia artificial puede ser leída como el ídolo contemporáneo: poderoso, omnipresente, capaz de responder, pero sin aliento, sin espíritu, sin conciencia moral propia.
  • Como los ídolos del salmo, promete conocimiento, eficiencia y control, pero no puede amar ni salvar. El riesgo no está en la herramienta, sino en la adoración implícita: cuando el hombre delega el discernimiento, la verdad y el sentido último a lo que él mismo ha creado. Entonces se cumple la advertencia:
  • “Semejantes a ellos son los que los hacen”; el hombre corre el peligro de volverse mecánico, calculador, sin interioridad.
  • En clave escatológica, esta idolatría tecnológica, puede resonar con la figura del anomos, el sin ley, el hombre de iniquidad, un principio: un orden sin ley divina, donde la razón se separa de la verdad y el poder de la justicia. El “anticristo” no se impone por la fuerza, sino por la sustitución: ocupa el lugar de Dios ofreciendo soluciones sin conversión.
  • El Salmo 115, sin embargo, no termina en la denuncia, sino en la confianza:
  • “El Señor se acuerda de nosotros y nos bendice”. La liberación no viene destruyendo el ídolo, sino rehusando adorarlo.
  • “Nuestro Dios está en los cielos; todo lo que quiere lo hace”.

San Mateo nos entrega la genealogía de Jesús para demostrar que Él es el Mesías prometido, descendiente legítimo de Abrahán y de David. La genealogía es legal, no biológica, pues se presenta a través de San José, padre adoptivo de Jesús, conforme a la Ley judía. Así se prueba que Cristo hereda jurídicamente las promesas mesiánicas y el derecho al trono de David.

La inclusión de cuatro mujeres —Tamar, Rahab, Rut y Betsabé—, algunas pecadoras o extranjeras, manifiesta la misericordia divina: el Salvador asume una humanidad marcada por el pecado para redimirla.

En cuanto a la cronología, los estudios históricos sitúan el nacimiento de Jesús hacia el año 747 de la fundación de Roma, antes de nuestra era, ya que Herodes el Grande murió en el 750 A.U.C.

Los Evangelios presentan dos genealogías porque quieren enseñar dos verdades complementarias sobre Jesús.

Mateo muestra que Jesús es el Mesías prometido a Israel:
por eso comienza en Abraham, pasa por David y los reyes, y subraya su derecho real.

Lucas muestra que Jesús es el Salvador de todos:
por eso llega hasta Adán, padre de toda la humanidad, y destaca su verdadera humanidad.

Mateo habla de la promesa cumplida.

Lucas habla de la salvación universal.

  1. Abraham
  2. Isaac
  3. Jacob
  4. Judá
  5. Fares
  6. Esrom
  7. Aram
  8. Aminadab
  9. Naasón
  10. Salmón
  11. Booz
  12. Obed
  13. Jesé
  14. David

De David al exilio en Babilonia:

  1. Salomón
  2. Roboam
  3. Abías
  4. Asá
  5. Josafat
  6. Joram
  7. Ozías
  8. Jotam
  9. Acaz
  10. Ezequías
  11. Manasés
  12. Amón
  13. Josías
  14. Jeconías

Del exilio a Cristo:

  1. Salatiel
  2. Zorobabel
  3. Abiud
  4. Eliaquim
  5. Azor
  6. Sadoc
  7. Aquim
  8. Eliud
  9. Eleazar
  10. Matán
  11. Jacob
  12. José, esposo de María
  13. Jesús, llamado Cristo

Mateo organiza la genealogía en tres grupos de 14 generaciones:

  • Abraham → David (14)
  • David → Exilio (14)
  • Exilio → Cristo (14)

42 generaciones (Mt 1,17)

Lucas enumera de Abraham hacia atrás:

  1. Abraham
  2. Teraj
  3. Najor
  4. Serug
  5. Reú
  6. Péleg
  7. Éber
  8. Selaj
  9. Cainán
  10. Arfaxad
  11. Sem
  12. Noé
  13. Lámec
  14. Matusalén
  15. Henoc
  16. Jared
  17. Mahalalel
  18. Cainán
  19. Enós
  20. Set
  21. Adán

En la Biblia, “engendró” también significa pertenecer a la línea, no necesariamente padre-hijo inmediato.
En el siguiente esquema se omiten generaciones para enseñar un mensaje.

El objetivo es teológico, resaltar solo las figuras clave de la historia de la salvación:

  • Adán → origen de la humanidad
  • Noé → nueva humanidad
  • Abraham → promesa
  • David → mesianismo
  • Jesús → cumplimiento

Mateo y Lucas resumen con intención

  • Mateo organiza en grupos simbólicos (3×14).
  • Lucas apunta a la universalidad, no al detalle exhaustivo.

El gráfico catequético simplifica:
Las 77 generaciones completas.
El dibujo resalta que:

Jesús recapitula toda la historia humana.

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De #bottegadivina

Bottega Divina es un Canal dedicado a aplicar la tradición moral Cristiana a situaciones críticas en la política y la sociedad. Abogamos y velamos por la aplicación de los principios fundamentales de la sociedad, como el derecho natural, en los ámbitos políticos y sociales.

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