Confesar los pecados públicamente era la forma en que los primeros cristianos iniciaban la misa, hoy solo decimos que hemos pecado de pensamiento, palabra obra u omisión.
Así que será extraño que hoy, confiese públicamente, lo mucho que disfruté de los vídeo juegos y que me acuse de haber matado a miles, en esos vídeo juegos. Con pistola, cuchillo, ametralladora, Rpg, fusil, minas, granadas, etc. etc.
El haber hecho eso me convierte en un asesino virtual, me hace proclive al pecado, baja mis defensas ante el horror de la muerte violenta (porque la verdadera muerte es el infierno) me familiariza con la emboscada, con la sangre y me desnaturaliza, al matar y seguir matando sin siquiera detenerme a reflexionar en lo que he hecho, entre otras razones, porque si no sigo matando me matan, pero además por el prurito del pecado que me azuza a seguir jugando y buscando adversarios más difíciles de matar y sentir que los puedo matar antes que ellos a mí.
Esta confesión pública que me hace sentir avergonzado por mi satisfacción al romper un mandamiento, así sea en forma virtual, pero que me desnaturaliza y me acerca al demonio que es el asesino por excelencia, la hago como un llamado de atención a una sociedad, que por primera vez, puede cometer un crimen y salir “impune”.
Somos La primera generación de asesinos seriales en la historia, un Mundo de asesinos, incluso si solo haz jugado pac-man, el caso es que la realidad virtual nos ha permitido acercarnos al mal con naturalidad y el regreso de allí no se logra sino con mucha oración.
Hemos perdido el sentido del respeto por la vida, si la película no tiene varios muertos es fofa.
Estamos connaturalizados con el crimen de seres humanos y aún tenemos coraje para oponernos al sacrificio de animales, madres matan a sus hijos en su vientre con anticonceptivos y salen a decir que son vegetarianas porque respetan la vida, le practican la eutanasia a sus seres queridos pero dicen que solo lo pusieron a «hibernar» y se fue solito, pero luego se oponen a las corridas de toros, porque son antinaturales o al uso de carretas tiradas por animales o al uso de animales en circos y no son capaces de hacerle un servicio al prójimo que es su hermano.
Una madre recientemente le asestó 4 puñaladas a su hijo de 14 años, autista, y cuando la interrogaron dijo que le había “practicado” la eutanasia, y no se sentía culpable, otras los envenenan, o simplemente los abortan, algunos padres más caritativos los regalan o abandonan a su suerte, la mayoría matan su alma pecando y negando que el pecado les lleve a la condenación, aunque cada vez más frecuentemente, jugadores empedernidos cambian el fusil virtual por uno real y se van a matar compañeros de estudio o de trabajo o dejan la pornografía en línea para practicarla en vivo.
Ese es el riesgo que se corre al jugar juegos, desde hoy declaro que el único vídeo juego lícito es el ajedrez en línea, y eso que mi objetivo en ese inocente juego será matar un Rey y para conseguirlo tendré que arrasar con todo lo que se oponga a mi propósito, mi consuelo es que no usare ninguna herramienta para dar el jaque.
Así está el mundo y aun no crees que hay un pecado original que nos condujo a esto?

