Dios no necesita que nos confesemos.
Dios aborrece el pecado pero no al pecador.
«Señor, ¿cuántas veces he de perdonar a mi hermano si peca contra mí? ¿Hasta siete veces? Dícele Jesús: No digo yo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete». Mat 18:22
Él conoce nuestros corazones y ademas hay un salmo que le pide a Dios que no mire mas nuestros pecados, que nosotros estamos arrepentidos (el 51) entonces para que confesarnos si Dios esta en todas partes y estaba presente cuando nos burlamos de El y cuando faltamos al sexto mandamiento El estaba allí, también cuando tuvimos ese mal pensamiento, que hasta el ángel de la guarda dobló sus alas con vergüenza, Dios nos miraba entristecido.
Para que confesar que nos reímos del chiste sucio si Dios lo estaba escuchando y tiene presente hasta la fuerza con que gozamos?
El sabe lo que pensamos en la misa, -cuando vamos- y también sabe lo que hicimos el día que no fuimos…
Sabe que te guardaste ese cambio que te dieron de mas, y que no has reparado por alguna otra falta de delicadeza.
Sintió una profunda tristeza cuando mataste a tu prójimo con la lengua, deseándole el mal, con envidia y también cuando lo calumniaste, o no lo defendiste, permitiendo que su nombre se manchara.
El lo sabe todo, para que entonces me confieso si yo ya me arrepentí de eso y Dios conoce mis pecados?
Lo hago para salvarme, porque aquel que me creo sin Mi, no me puede salvar sin Mi.
Soy yo quien toma la decisión de amar a Dios, porque El siempre me ha amado y para amarlo tengo que estar limpio ante mí mismo y mucho mas ante El que es Dios. Cuando muera voy a ser tal como en este instante y así compareceré ante Dios, crees que si estuvieras en este instante frente a Él recibirías el premio del cielo por todo lo bueno que has sido? tienes obras para poner en la balanza que pesen mas que tus pecados?
Porque la confesión simplemente los borra, ya no pesan ni en tu alma ni en la balanza del juicio. Pero aun te falta reparar.
No te confiesas con un sacerdote, aunque él sea quien te da la absolución, lo haces con Dios que prometió que estaría con nosotros a través de sus discípulos, (Los sacerdotes) Es Dios a través del Sacerdote quien te perdona, aunque dicho Sacerdote sea tan pecador como tu.
No por El o para El, Dios no necesita nada de ti, lo haces por y para ti, es para salvarte y lo único que le puedes dar o quitar a Dios, es la pena de verte ir al infierno, pues esa Sangre derramada en la cruz se habrá perdido, o la alegría de verte salvo y eso lo logra El mismo con el ejemplo que te dio en la cruz.
La palabra Perdón esta en el nuevo testamento 17 veces.
Perdonar es un «Sacramento» nuevo para nosotros, porque como perdonemos seremos perdonados. Perdonar es salvarse, no solo pedir perdón sino ofrecerlo.
La Virgen dice «hagan lo que el les diga» y Él dice «Amaos los unos a los otros», como vas a amar a quien no has perdonado?
Su Primera palabra en la cruz fué, «Padre, perdónales, porque no saben qué hacen». Lucas 23:34
Y cuando nos enseño a rezar nos pidió que digamos: Perdona nuestros pecados como también nosotros perdonamos a quienes nos ofenden. Yo si pido a Dios que me perdone, pero no soy capaz de perdonar a mi hermano.
¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu camilla y vete? Pues para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados — se dirige al paralítico —, yo te digo: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. El se levantó, y, tomando luego la camilla, salió a la vista de todos, de manera que todos se maravillaban, y glorificaban a Dios diciendo: Jamás hemos visto cosa tal. Mar 2:9-12
Esto muestra que sin la sanación del perdón no hay ninguna salud, ni financiera, física y mucho menos espiritual, los posesos no perdonaron y el enemigo aprovechó esa herida abierta para colarse.
Pedir Perdón a Dios por haberle acusado de nuestros males, es el principio del perdón porque Dios solo quiere lo mejor para nosotros.
Lo contrario del perdonador es el acusador y ese es tu peor enemigo.
Con la vara que midas, seras medido, así que empieza a perdonar. «Cuando vayas con tu adversario al magistrado, procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al alguacil y el alguacil te meta en la cárcel.Te digo que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo». Lucas 12:58
«Por eso el Reino de los Cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. Al empezar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía 10.000 talentos. Como no tenía con qué pagar, ordenó el señor que fuese vendido él, su mujer y sus hijos y todo cuanto tenía, y que se le pagase. Entonces el siervo se echó a sus pies, y postrado le decía: “Ten paciencia conmigo, que todo te lo pagaré.” Movido a compasión el señor de aquel siervo, le dejó en libertad y le perdonó la deuda. Al salir de allí aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros, que le debía cien denarios; le agarró y, ahogándole, le decía: “Paga lo que debes.” Su compañero, cayendo a sus pies, le suplicaba: “Ten paciencia conmigo, que ya te pagaré.” Pero él no quiso, sino que fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase lo que debía. Al ver sus compañeros lo ocurrido, se entristecieron mucho, y fueron a contar a su señor todo lo sucedido. Su señor entonces le mandó llamar y le dijo: “Siervo malvado, yo te perdoné a ti toda aquella deuda porque me lo suplicaste.¿No debías tú también compadecerte de tu compañero, del mismo modo que yo me compadecí de ti?” Y encolerizado su señor, le entregó a los verdugos hasta que pagase todo lo que le debía. Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si no perdonáis de corazón cada uno a vuestro hermano.» Mat 18:23
Un acreedor tenía dos deudores: uno debía quinientos denarios y el otro cincuenta.Como no tenían para pagarle, perdonó a los dos. ¿Quién de ellos le amará más?» Respondió Simón: «Supongo que aquel a quien perdonó más.» El le dijo: «Has juzgado bien» Lucas 7:41

