Cuando haces una corrección fraterna, te dicen:
«Nadie puede aseverar que fulano es malo, ni que se porta mal, puesto que Dios dijo: No juzguéis y no seréis juzgados».
Quedas, pues, inmovilizado por quien cita el Evangelio?
Malo es el juicio del que juzga malévolamente, y necio es quién siempre se abstiene. El primero es un hombre sin caridad, el segundo es un hombre sin juicio;
No olvidemos que el sistema de gobierno propuesto por Dios para su pueblo fue el de jueces santos y justos.
Fuimos los hombres los que pedimos reyes y sobre eso Dios sentenció que este pueblo «no te ha desechado a ti, sino a mí, para que no reine sobre ellos» y sobre los gobernantes «os quitarán también lo mejor» 1Sa 8:7-14
¿Cómo podría ser auténtica una religión que por sistema renunciara a las verdades? una religión que produjera necesariamente simplones que tomasen por bueno lo malo? una religión que nos imposibilitara saber si los circundantes son buenos o son malos?
Es igualmente imposible juzgar que tal o cual es bueno, si no es capaz de juzgar que tal o cual no lo es.
Jesús mismo nos enseña la tabla de valores.
A los escribas les dice;
-Vosotros sois los que os proclamáis justos delante de los hombres, pero la realidad es que sois hediondos delante de Dios (Lc 16,16).
-¡Raza de víboras! ¿quién os ha enseñado a huir del inminente castigo ¡A ver si os convertís! (Mt 3,7).
A los discípulos les exhorta;
-Si vuestra virtud no es más que la de ellos, no entraréis en el reino de los cielos (Mt 6).
A los falsos les dice;
-El padre de quién vosotros procedéis es el demonio; por eso obráis conforme quiere ese padre vuestro; os dedicáis a cumplir sus deseos (Ju 8,44).
Incluso marca la forma por la cual podemos hacernos un juicio;
-Cada árbol se conoce por su fruto; al hombre por sus obras. Ningún árbol malo da frutos buenos. Guardaos de los falsos profetas que vienen a vosotros con piel de ovejas: por sus frutos los conoceréis (Mt 7, 15-20).
-Cada hombre da lo que tiene. El bueno saca el bien de su tesoro bueno; el malo saca el mal del tesoro de su corazón; su boca habla de lo que le abunda en el corazón. Cada árbol se conoce por su fruto (Lev, 43-45) y Mt 12, 32-37).
Es necesario hacer un juicio para cumplir sus recomendaciones en diversidad de casos y situaciones;
-No deis lo santo a los perros; porque lo patearán y se revolverán contra vosotros a morderos. (Mt 7,6).
-Guardaos de los falsos profetas que vienen a vosotros con piel de ovejas, aunque por dentro son lobos rapaces. Los conoceréis por sus obras.
-Os envío como ovejas en medio de lobos. Sed prudentes como serpientes (Lc 10,3; Mt 10).
Deber hacer un juicio para hacer el bien de la corrección, en cuanto juzgues que tu prójimo, está en un improrrogable pecado:
-Si tu hermano pecare, ve y corrígele a solas (Mt 18,5).
Se juzga superficialmente, al opuesto, al competidor, al exitoso, al compañero, al vecino;
-Ellos son del mundo; por eso hablan inspirados por el mundo, y el mundo les escucha. Nosotros somos de Dios y el que es de Dios nos escucha. En esto conocemos quién tiene el espíritu de la verdad y quien el de la mentira (1 Ju 4,5).
-Si uno viese a su hermano cometiendo un pecado no de muerte, pida a Dios y le dará vida. Pero si el pecado es para muerte, no digo que ruegue por él. (1 Ju 5).
Juzgar quién es un holgazán y quién no; porque les encarga que a ese tal no le diesen de comer:
-Quien no trabaja, que no coma.(2 Tes 3,10).
Hacer juicio acerca de individuos que son funestos si no se les rechaza a tiempo:
-Algunos se han desviado de un corazón puro y de una fe sincera, perdiéndose en vana palabrería, pretendiendo ser doctores de la ley, cuando no entienden ni lo que dicen (1 Tim 4,6).
Aunque hay ciertas prácticas externas que no significan mala intención.
-No nos juzguemos los unos a los otros. ¿Tú quién eres para juzgar al criado ajeno?. No arruines la obra de Dios sólo por causa de si come carne o la deja de comer (Rom. 14, 4, 13,20).
En otros en cambio son notorios
-En ciertos hombres los pecados son del todo notorios, aún antes de ser llevados a juicio; los de otros, en cambio, solamente por el juicio se descubre. (1 Tim 5).
-Entre vosotros habrá falsos maestros que disimuladamente introducirán sectas de perdición. Movidos de codicia, con artificiosas palabras traficarán con vosotros. Osados, satisfechos de sí, no tiemblan de blasfemar. Estos, como brutos animales, nacidos para presa y corrupción se corrompen, sufriendo como castigo el pago de su injusticia. Que se deleitan en sus engaños, que tienen los ojos llenos de la mujer adúltera e insaciables de pecado, que seducen las almas poco firmes, que tienen el corazón curtido en la codicia, hijos de maldición. Abandonaron el camino recto, amaron el salario de la injusticia, esclavos de la corrupción (2 Ped 2).
-Estad alerta sobre los que promueven las disensiones apartándose de la doctrina, y apartaos de ellos. Porque ésos no sirven a Cristo, sino a su propio vientre y con blandas palabras y lisonjas seducen a los inocentes (Rom. 16,17).
Juzgar es necesario para librarse juiciosamente del malo;
-No os mezcléis con quién llamándose hermano, es fornicario, o codicioso, o idólatra, o ultrajador, o ladrón. Con ese tal, ni comer. No me refiero a los paganos, a los de fuera. El juicio sobre éstos ahora no nos importa. A los de dentro es a los que tenemos que juzgar para no contaminarnos. Así pues, expulsad al malvado de vosotros (se refería en este caso a uno concreto) (1 Cor 5, 9-13).
-Andan por ahí enemigos de la cruz de Cristo, cuyo paradero es la perdición, cuyo dios es el vientre y cuya gloria está en su vergüenza. Esos que tienen puesto el corazón en las cosas terrenas (Fil 3,19).
-Te encontrarás a hombres amadores de sí mismos, amigos del dinero, fanfarrones, soberbios, desleales, incontinentes despiadados, enemigos de todo lo bueno, que se te presentan con ciertas composturas de piadosos. A estos también rehúyelos. (2 Tim 3).
Hay que mantener el juicio que es conforme a un puro corazón y a la verdad. Lo peor es ser propenso a juzgar mal. Mejor es pasarse de pensar bien, que de pensar mal.
Porque finalmente la “justicia” nos salvara o nos condenará;
-Porque si Dios no perdonó a los ángeles delincuentes, sino que amarrados con cadenas infernales los precipitó al tenebroso abismo…; tampoco perdonó al antiguo mundo, aunque preservó al predicador de la justicia divina, Noé…; al anegar con el diluvio el mundo de los impíos; si reduciendo a cenizas las ciudades de Sodoma y Gomorra, las condenó a desolamiento, poniéndolas para escarmiento de los que vivirán impíamente; 2Pe 2:4

