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Historia

San Carlos Lwanga y sus 21 compañeros


Numerados en esta foto, veinte de los mártires del rey Mwanga. Esta fotografía fue tomada en la misión Bukumbi en septiembre u octubre de 1895. Los jóvenes habían ido a conocer a monseñor Léon Livinhac (1846-1922), obispo nombrado nuevo vicario apostólico de Victoria-Nyanza (Uganda).

Los mártires de Uganda, quemados y desmembrados por resistir el acoso de un rey homosexual, Mwanga I de Buganda. Influenciado por algunas de sus amistades árabes, a quienes no le gustaban las críticas cristianas a sus prácticas porque la moral cristiana minaba su poder: le reprochaban vender a su pueblo como esclavos y practicar la homosexualidad.

Cuando uno de los pajes se opuso a mantener relaciones sexuales con el soberano, el mismo rey le preguntó cuál era su razón para rechazarle. El siervo le dijo que estaba recibiendo el catecumenado cristiano de manos de Daniel Ssebuggwawo. El rey montó en ira y tras llamar a Daniel a su presencia le atravesó el cuello con una lanza.

El 31 de enero de 1885, Makko Kakumba, Yusuf Rugarama y Nuwa Sserwanga, cristianos, fueron desmembrados y quemados en la localidad ugandesa de Busega Natete, por orden del rey Mwanga I. Fue el principio de una persecución contra jóvenes cristianos, anglicanos y católicos, que duró dos años y que acabó con el martirio de cuarenta y cinco de ellos.

El último de los ejecutados fue el católico Jean-Marie Muzeeyi, quien entregó su alma al Señor al ser decapitado el 27 de enero de 1887. De todos ellos, los mártires católicos fueron beatificados por Benedicto XV el 6 de junio de 1920 y canonizados por Pablo VI el 18 octubre 1964.

San Carlos Lwanga tenía poco más de 20 años cuando fue martirizado por defender a sus compañeros de la depredación sexual del rey, junto con otros 11 católicos fueron quemados vivos el 3 de junio. Otro católico, Mbaga Tuzinde, fue golpeado hasta la muerte por negarse a renunciar al cristianismo, y su cuerpo fue arrojado al horno para ser quemado junto con Lwanga. Entre ellos había un joven de 13 años llamado Kizito.

Mwanga I separó del resto de su corte a todos los cristianos que había en la misma, incluidos quince varones menores de 25 años, les condenó a muerte, sentencia que se ejecutó en parte ese mismo día y también en días posteriores.

La sangre de los mártires en tierra de misión fue abono para la conversión de muchos.
Hoy Uganda es un país mayoritariamente cristiano por el ejemplo de los mártires de finales del siglo XIX. Su coraje y fidelidad a Dios y a los valores del evangelio siguen dando frutos.

Juan Pablo II, en su audiencia de 17 de febrero de 1993, hizo referencia al valor ecuménico de esos mártires al hablarnos de su viaje por tierras africanas:

«Namugongo: se llama así el lugar, próximo a Kampala, la capital, donde se venera a los mártires ugandeses; a ese lugar acuden numerosas peregrinaciones. El domingo 7 de febrero, siguiendo las huellas de mi predecesor Pablo VI, me he unido a los peregrinos allí donde en los años 1885-1887 hijos generosos de la Iglesia ugandesa dieron la vida por Cristo. Se ha tratado, al mismo tiempo, de una peregrinación ecuménica: primero al santuario de los mártires de la Iglesia anglicana y luego al templo construido en honor de San Carlos Lwanga y de sus veintiún compañeros católicos. Unos y otros confesaron, de modo heroico, la fe y, condenados a muerte, fueron quemados vivos, como ocurría en la época romana de las antorchas de Nerón. El santuario de los mártires ugandeses, que posee el carácter de templo nacional, ha sido elevado, en esta circunstancia, a la dignidad de basílica y la eucaristía celebrada sobre las reliquias de los mártires ha constituido una confesión especial de la vida que hay en Cristo, crucificado y resucitado.»

La comunión anglicana debería de tener en sus mártires un referente fundamental, para abordar el tema de su posible división por la cuestión de la ordenación de homosexuales activos. Todo el mundo puede entender las razones por las que la Iglesia anglicana en África se opone con firmeza inalterable a que se ordene como sacerdote u obispo a alguien que vive voluntariamente en pecado. Si hubo anglicanos que prefirieron dar su vida por Cristo antes que ceder a los deseos de un rey homosexual, ¿cómo van a aceptar los africanos de esa comunión eclesial que hoy un homosexual activo pueda llegar a ser obispo de su iglesia?

Oración del Santuario de los Santos Mártires de Uganda

Oh Jesús, nuestro Señor y Redentor, a través de tu pasión y muerte, te adoramos y te damos gracias.
Santa María, Madre y Reina de los Mártires, alcánzanos la santificación por medio de nuestros sufrimientos.
Santos Mártires, los seguidores de Cristo sufriente, obténganos la gracia de imitarlos.
San José Balikuddembe, el primer mártir de Uganda, quien inspiró y alentó a Nephytes, nos obtenga un espíritu de verdad y justicia.
San Carlos Lwanga, patrón de la Juventud de la Acción Católica  nos obtenga una fe firme y perseverante.
San Matías Mulumba, ideal Jefe y seguidor de Cristo, manso y humilde, nos obtenga una mansedumbre cristiana.
San Dionisio Sebuggwawo, celosos de la fe cristiana y conocido por su modestia, obtenga para nosotros la virtud de la modestia.
San Andrés Kaggwa, catequista modelo y maestro, nos obtenga un amor de la enseñanza de Cristo.
San Kizito, resplandeciente niño en la pureza y la alegría cristiana, nos obtenga el don de la alegría en el Señor.
San Gyaviira, brillante ejemplo de cómo perdonar y olvidar las lesiones, nos obtenga la gracia de perdonar a los que nos perjudican.
San Mukasa, catecúmeno ferviente recompensado con el bautismo de su sangre, nos obtenga el don de la perseverancia final.
San Adolfus Ludigo, brillante por su seguimiento de nuestro Señor, espíritu de servicio a los demás, nos obtenga un amor de servicio desinteresado.
San Anatoli Kiriggwajjo, humilde servidor que prefirió una vida devota a los honores mundanos, nos obtenga a amar la piedad más que las cosas terrenales.
San Ambrosio Kibuuka, joven lleno de alegría y amor al prójimo, nos obtenga la caridad fraterna.
San Aquiles Kiwanuka, que por el bien de Cristo detestaba vanas prácticas supersticiosas, obtén para nosotros el odio santo a las prácticas supersticiosas.
San Juan Muzeeyi, consejero prudente, famoso por la práctica de las obras de misericordia, nos obtenga un amor de esas obras de misericordia.
Bendito Jildo Irwa y el Bienaventurado Daudi Okello que dieron su vida por la propagación de la fe católica, nos alcancen  el deseo ferviente de difundir la fe católica.
San Pontaianus Ngondwe, fiel soldado, anhelo de la corona del martirio, nos obtenga la gracia de ser siempre fieles a nuestro deber.
San Atanasio Bazzekuketta, fiel mayordomo de la hacienda real, obtén  para nosotros un espíritu de responsabilidad.
San Mbaaga, que prefirió la muerte a las creencias de sus padres, nos obtenga la gracia de seguir con desprendimiento las inspiraciones divina.
San Gonzaga Gonza, lleno de compasión por los presos, y todos los que estaban en problemas, obtén para nosotros el espíritu de la misericordia.
San Noe Mawaggali, humilde trabajador y amante de la pobreza evangélica, nos obtenga el amor de la pobreza evangélica.
San Lucas Baanabakintu, que ardientemente deseó  imitar el sufrimiento de Cristo por el martirio, nos obtenga el amor por la Patria.
San Bruno Serunkuuma, soldado que dio un ejemplo de arrepentimiento y la templanza, nos obtenga la virtud del arrepentimiento y la templanza.
San Mugagga, joven conocido por su castidad heroica, nos obtenga el don de la perseverancia en la castidad.
Que los Santos Mártires, firmes en su fidelidad a la verdadera Iglesia de Cristo, nos ayuden a ser siempre fieles a la verdadera Iglesia de Cristo.
Oremos:
Señor Jesucristo, que maravillosamente fortaleciste a los Santos Mártires de Uganda San Carlos Lwanga, Matías Mulumba, el Santo Jildo Irwa, a San Daudi Okello y sus compañeros, dándonoslos a nosotros como ejemplos de fe y fortaleza, de castidad, de caridad, y de fidelidad ; te rogamos, que por su intercesión, las mismas virtudes puedan aumentar en nosotros, y que podamos merecer ser propagadores de la fe verdadera. Tu que vives y Reinas por siempre. Amén
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De #bottegadivina

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