ARMAGEDON

Dijo Yahvé a Abram: “Sal de tu tierra, de tu parentela, de la casa de tu padre, para la tierra que yo te indicaré. Yo te haré un gran pueblo, te bendeciré y engrandeceré tu nombre, que será bendición.Y bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan. Gén 12:1 

Pero los planes de Dios se frustran, dice Gén 16 que Sarai, la mujer de Abram, no le daba hijos. Pero tenía una esclava egipcia de nombre Agar, y dijo a Abram: “Mira, entra, a mi esclava, a ver si por ella puedo tener hijos.”

Tomó, pues, Sarai, la mujer de Abram, a Agar, su esclava egipcia, al cabo de diez años de habitar Abram en la tierra de Canaán, y se la dio por mujer a su marido, Abram. Agar concibió, y, viendo que había concebido, miraba con despreció a su señora.

Y Abram dijo a Sarai: “He aquí que en tus manos está tu esclava; haz con ella como bien te parezca.” Maltratóla Sarai, y ella huyó de su presencia;»

la encontró el ángel de Yahvé junto a la fuente que hay en el desierto, camino de Sur, y le dijo: “Agar, esclava de Sarai, ¿de dónde vienes y adónde vas?”; y le respondió ella: “Voy huyendo de Sarai, mi señora.”

“Vuelve a tu señora — le dijo el ángel de Yahvé — y humíllate bajo su mano”;» y añadió: “Yo multiplicaré tu descendencia.” Que por lo numerosa no podrá contarse.

Mira, has concebido y parirás un hijo, y le llamarás Ismael, porque ha escuchado Yahvé tu aflicción.

Tenía Abram 86 años cuando Agar le dio su hijo Ismael.

Gén 17:1 relata que Cuando era Abram de noventa y nueve años, se le apareció Yahvé y le dijo: “Yo soy el Saday; anda en mi presencia y sé perfecto.» Se Santo. y ya no te llamarás Abram, sino Abraham, porque yo te haré padre de una muchedumbre de pueblos. Te acrecentaré muy mucho y te haré pueblos, y saldrán de ti reyes;» yo establezco contigo y con tu descendencia después de ti, por sus generaciones, mi pacto eterno de ser tu Dios y el de tu descendencia después de ti, y he de darte a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra de tus peregrinaciones, toda la tierra de Canaán, en eterna posesión.

Dijo también Dios a Abraham: “Sarai, tu mujer, no se llamará ya Sarai, sino Sara, pues la bendeciré, y te daré de ella un hijo, a quien bendeciré, y engendrará pueblos, y saldrán de él reyes de pueblos.”

Cayó Abraham sobre su rostro, y se reía, diciéndose en su corazón: “¿Conque a un centenario le va a nacer un hijo, y Sara, ya nonagenaria, ya a parir?”

Pero le respondió Dios: “De cierto que Sara, tu mujer, te parirá un hijo, a quien llamarás Isaac, con quien estableceré yo mi pacto sempiterno y con su descendencia después de él. En cuanto a Ismael. Yo le bendeciré y le acrecentaré y multiplicaré muy grandemente, y le haré un gran pueblo;» pero mi pacto lo estableceré con Isaac, el que te parirá Sara el año que viene por este tiempo.”

Gén 18: relata que se «Apareció Yahvé un día en el encinar de Mambré. Iba a destruir Sodoma y la pentápolis Y dijo Yahvé a Abraham: ante la promesa del hijo que iba a tener y que a Sara le causó gracia siendo ambos tan viejos “¿Por qué se ha reído Sara, diciéndose: De veras voy a parir, siendo tan vieja? ¿Hay algo imposible para Yahvé? A otro año por este tiempo volveré, y Sara tendrá ya un hijo.”

Es justo en este momento cuando se da la intercesión de Abraham por las ciudades de pecado. Negociando la destrucción, si hubiesen 50 justos, pero no los había, solo su sobrino Lot y su familia, lo que nos invita a pensar en nuestros tiempos de apostasía con 8 mil millones de habitantes, no hay un 10 % de Católicos, de allí lo que se avecina; “Perdona, Señor, sólo una sola vez más: ¿Y si se hallasen diez?” Y le contestó: “Por los diez no la destruiría.” Y ya sabemos lo que pasó.

Ya en Gén 28 Viendo Esaú que Isaac había bendecido a Jacob… conoció Esaú que disgustaban a Isaac, su padre, las hijas de Canaán, y se fue a Ismael y, sobre las que ya tenía, tomó por mujer a Majalat, hermana de Nebayot, hija de Ismael, hijo de Abraham.

Los hijos de Jacob venden a su hermano José, que llega a ser visir del faraon y caen en la idolatria egipcia, tiene que intervenir Dios, a través de Moisés, para rescatarlos, pero a pesar que salieron de Egipto, Egipto no salió de ellos.

Asi que los cananeos son los descendientes de Ismael y Esaú. Los cananeos se mencionan más de 150 veces en la biblia. Personas impías, idólatras, descendientes también de Canaán, nieto de Noé, quien era hijo de Cam (Génesis 9:18). Canaán fue maldecido por su pecado y el pecado de su padre en contra de Noé “Vio Cam, el padre de Canaán, la desnudez de su padre, y fue a decírselo a sus hermanos, que estaban fuera;» es decir que no Honró a su Padre (Génesis 9:20-25). Cananeos se utiliza más ampliamente para referirse a todos los habitantes de la tierra, incluyendo los heteos, gergeseos, jebuseos, amorreos, hititas y ferezeos (ver Jueces 1:9-10).

Era la Tierra donde El Mesias se iba a encarnar, pero la sinagoga lo mandó a matar. Caifas, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada. Como relata Jua 11:50  ¿No comprendéis que conviene que muera un hombre por todo el pueblo, no que perezca todo el pueblo?

Es así como el propio Dios le dicta el apocalipsis al mismo Juan, donde predice lo que pasará en esa tierra prometida, por la sangre del Mesias derramada y que pidieron que cayera sobre sus cabezas y las de sus Hijos.

Dice Apo 16:16 Los juntó en el sitio que en hebreo se llama Harmagedón, palabra que significa «monte Megido», que se encuentra al suroeste del Valle de Jezreel, al noroeste del mar Muerto cerca de Jerusalén.

Y hubo relámpagos, y voces, y truenos, y un gran terremoto, cual no lo hubo desde que existen los hombres sobre la haz de la tierra.

La gran ciudad se hizo tres partes, y hundiéronse las ciudades de las naciones, y la gran Babilonia fue recordada delante de Dios, para darle el cáliz del vino del furor de su cólera.

Apo 19:19  Y vi a la bestia, y a los reyes de la tierra, y sus ejércitos reunidos, para trabar batalla contra el que estaba montado sobre el caballo y contra su ejército.

El Armagedón será un evento mundial sin precedentes que se desarrollará en los últimos días de la Gran Tribulación. Una feroz batalla física y espiritual se desatará, entre Satanás, el anticristo, el falso profeta y las naciones engañadas, contra Jesucristo, “el Verbo de Dios”, con sus “ejércitos celestiales” que estará compuestos por ángeles y los santos de la iglesia remanente.