La fiesta de todos los santos se celebra el 1 de noviembre y en el pasado era una de las celebraciones más importantes del año litúrgico, tanto, que concedía indulgencia plenaria a quienes fueran a misa por las almas de los mártires y las vírgenes, que eran los santos más populares y el porqué de esto, reside en las guerras y masacres que se dieron -y se siguen dando- contra los católicos. Era una oportunidad de evangelizar contando las vidas de los santos y los mártires.
Visitar los cementerios y las tumbas de los santos en oración. Un dia para pensar en el mas allá, en las «realidades últimas», es decir, en las postrimerías de la muerte. Hacer un examen de conciencia y contemplar el destino último del ser humano y el universo.
Los miles de católicos crucificados por Nerón y que sirvieron como antorchas para alumbrar la vía Apia o los jardines imperiales en Roma o los miles que murieron en el coliseo Romano, a quienes les ponían pieles de animales encima para que los leones los atacaran según atestigua Tácito.
Estos emperadores persiguieron y masacraron cristianos, instigados por los judíos, de forma sistematica desde el año 64 hasta el 363, luego del edicto de Milán y hasta nuestros días, este recuento se llamo el martirologio Romano, la vida de millones de super héroes de la fe , que hoy llamamos santos. Lo increíble es que el cristianismo haya sobrevivido a: Nerón, 64-68, Domiciano, 81-96, Trajano, 109-111, Marco Aurelio, 161-180, Septimio Severo, 202-210, Maximino, 235, Decio, 250-251,Valeriano 256-259,Diocleciano, 303-313, Juliano, 363.
El cristianismo se fundó sobre la sangre de los mártires.
El Papa San Clemente Romano, escribió una carta en el año 90 d.C., en la que narra la muerte gloriosa del pescador de Galilea y como, Todos los apóstoles fueron encarcelados por los judíos, con la intención de matarlos, entre el sumo sacerdote los fariseos y saduceos, pero fueron liberados por los ángeles, como narra Hechos 5:17-18. Milagros que permitieron la expansión de la buena nueva.
Así pues, una fiesta en honor de los propagadores del catolicismo y su sacrificio, es una fiesta enorme, San Efrén el Sirio, en 373 ya la menciona, en aquellos tiempos, la iglesia no daba abasto, pues todos querían estar en gracia de Dios y recibir las indulgencias, asi que se empezaba a celebrar una semana antes, con confesiones y bautizos y en semejante fiesta eran muchos los que se vestían como los mártires y se daban obsequios a los hijos de los mártires, o se le ponían a sus hijos los nombres de los mártires.
Gregorio III (731-741) consagró una capilla en la Basílica de San Pedro a todos los santos y fijó el aniversario para el 1 de noviembre, consciente de que santos deberíamos ser todos.
Esta fiesta y devoción tan grandes, despertaba envidias y buscaron como minimizarla, así que se inventaron una fiesta de origen pagano, que se celebra un día antes, y le fueron cambiando el disfraz de cruzado, rey o mártir, por el de diablo, ladrón, pirata o prócer, para no hablar de lo que se hace en México con la fiesta de lo que llaman “santa muerte”, pero ese es otro tema.
Los paganos del pasado lo fueron por ignorancia y los de hoy por convicción, esto tiene un precedente bíblico, «antes ha de venir la apostasía y ha de manifestarse el hombre del pecado, el hijo de la perdición, que se opone y se alza contra todo lo que se dice de Dios o es adorado”, 2Tes 2:4






















































