«Porque habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias; sino que ensoberbecidos devanearon en sus discursos, y quedó su insensato corazón lleno de tinieblas; y mientras se jactaban de sabios, fueron unos necios, hasta llegar a transferir a un simulacro en imagen de hombre corruptible, y a figuras de aves, y de bestias cuadrúpedas, y de serpientes, el honor debido solamente a Dios incorruptible o inmortal». Rom 1:21-23
IDOLATRÍA es el amor y apasionamiento excesivo por una persona o cosa. ÍDOLO es una persona o cosa amada en exceso.
«No podéis tener parte en la mesa del Señor, y en la mesa de los demonios.
¿Por ventura queremos irritar con celos al Señor? ¿Somos acaso más fuertes que él? Todo me es lícito, sí, pero no todo es conveniente». 1Co 10:22
Existen millones de dioses en todas las sociedades y culturas del mundo. Pero todas son idolátricas, es decir, rinden culto a un ídolo, la unica religión, es la que fundó el crucificado hijo de la santísima virgen María, que, para demostrarnos ser Dios, se resucitó a si mismo.
Así que es aterrador, ver el extraordinario crecimiento de la adoración a los ídolos de la música, del cine y en especial de los deportes, como el fútbol, que hoy es, sin lugar a dudas, el mayor creador y promotor de ídolos en todo el mundo. Que se atreve incluso desacralizar la semana Santa y el Adviento.
No es de extrañar que la gente del mundo, sin Dios y sin Cristo esté sumergida en esta abominable idolatría de personas, quienes son tan débiles y malvadas como cualquiera, que solamente resaltan por su talento para cosas tan banales como cantar o divertirse, jugar algo o lucir algo.
Más increíble aún, decir mentiras, que es lo que hace un actor al desempeñar un papel que para nada corresponde a su ser.
“Adoran a ídolos que ellos mismos se han hecho: ídolos con forma de seres humanos” Romanos 1:23.
«Y habiendo entrado, miré; y he aquí figuras de toda especie de reptiles y de animales; y la abominación de la familia de Israel, y todos sus ídolos estaban pintados por todo el alrededor de la pared. Y setenta hombres … teniendo cada uno de ellos un incensario en la mano, y el incienso levantaba tanto humo que parecía una niebla. Y él me dijo: Hijo de hombre, bien ves tú lo que están haciendo los ancianos de la casa de Israel, en la oscuridad, cada cual en lo escondido de su aposento; porque dicen ellos: No, no nos ve el Señor, desamparó el Señor la tierra.Y me añadió: Aun, volviéndote a otra parte, verás peores abominaciones que las que éstos cometen. Y me llevó a la entrada de la puerta del templo del Señor, que caía al norte, y vi a unas mujeres que estaban allí sentadas llorando a Adonis.
Y me dijo: Tú ciertamente lo has visto, ¡oh hijo de hombre!, mas si otra vez vuelves a mirar, verás abominaciones peores que ésas. Y me introdujo en el atrio interior del templo del Señor, y he aquí que vi en la puerta del templo del Señor, entre el vestíbulo y el altar, como unos veinticinco hombres que tenían sus espaldas vueltas al templo del Señor, y las caras hacia el oriente, adorando al sol que nacía.
Y me dijo: Ya lo has visto, ¡oh hijo de hombre! Pues, ¿es cosa de poco momento para la casa de Judá cometer esas abominaciones que han hecho aquí, que aun después de haber llenado de iniquidad la tierra, se han empleado en irritarme? Y he aquí que aplican un ramo a su olfato.
Ahora, pues, yo también los trataré con rigor, no se enternecerán mis ojos, ni usaré de misericordia; y por más que levantaren el grito para que los oiga, yo no los escucharé. Eze 8:10.
