«Entretanto una gran multitud de judíos, luego que supieron que Jesús estaba allí, vinieron, no sólo por Jesús , sino también por ver a Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos.
Por eso los príncipes de los sacerdotes deliberaron quitar también la vida a Lázaro, visto que muchos judíos por su causa se apartaban de ellos, y creían en Jesús». Juan 12:9-11
Lázaro, Marta y María vivían en el castillo de Magdala, y eran miembros de una noble y poderosa familia descendiente de reyes, sus padres se llamaban Ciro y Euca. La familia tenía este castillo, próximo a Nazaret, las tierras de Betania y una parte de las de Jerusalén, que repartieron entre los tres: María, el castillo de Magdala (de ahí el nombre de María Magdalena), Marta Betania y Lázaro, la parte de Jerusalén.
María se entregó a la vida disoluta y los placeres.
Lázaro se hizo caballero.
Marta era la única que se ocupaba de los asuntos domésticos y administrar sabiamente la riqueza de los tres, y a la caridad con los necesitados.
El llamado «Informe de Pilato», un fragmento apócrifo del Nuevo Testamento cuenta que en el momento de la Crucifixión «el Sol se oscureció; las estrellas aparecieron y en todo el mundo la gente encendió lámparas desde la hora sexta hasta el anochecer; la Luna parecía de sangre».
Los Apócrifos no pueden ser utilizados como evidencia histórica, sin embargo Tertuliano asegura que Pilato escribió un informe para el emperador Tiberio sobre todos los sucesos que rodearon la Crucifixión.
Los fragmentos manuscritos del «informe de Pilato» son todos de fecha posterior, pero están basados en el original perdido .