San Gregorio Obispo de Nisa y su libro Diálogo sobre el Alma y la Resurrección
Vivió entre los años (335-395), monje, teólogo, conocido como uno de los tres «Padres Capadocios» con San Basilio y San Gregorio Nacianceno, hizo grandes aportes a la doctrina de la Trinidad, al Credo de Nicea y a la fe Cristiana en general.
“Jesus de Galilea, el Cristo, quien nos Prometió la salvación eterna, la vida bienaventurada y sin fin en compañía de los ángeles, la herencia imperecedera, la gloria eterna, la dulzura de la contemplación de su rostro, su templo santo en los cielos y, como consecuencia de la resurrección, la ausencia total del miedo a la muerte.
Ésta es, su promesa final, hacia la que tienden todos nuestros cuidados, porque una vez que la hayamos alcanzado ya no buscaremos ni exigiremos ninguna otra cosa. También manifestó en qué orden se cumplirían sus promesas y profecías hasta alcanzar ese último fin.
Prometió la divinidad a los hombres, la inmortalidad a los mortales, el Juicio a los pecadores y la glorificación a criaturas despreciables.
Estudios recientes revelan que hubo un terremoto terrible el 3 de abril del año 33 en medio oriente.
Sexto Julio Africano, describe una oscuridad en Egipto y que las gallinas volvieron a los corrales y se veían las luces del puerto prendidas a las 3 de la tarde, dijo que Thallus atribuyó la oscuridad a un eclipse solar.
Flegón quien mencionó que durante el cuarto año de la olimpiada 202 (años 32 o 33 ) “un gran eclipse solar ocurrió a la hora sexta y que duró excepcionalmente respecto a otras, convirtiendo el día en noche pudiéndose ver las estrellas en el cielo y la tierra en Bitinia y los edificios de Nicea”.
Zacarías en el capítulo 14:5 “huiréis como huisteis cuando el terremoto, en los días del rey Uzías de Judá. Entonces vendrá el Señor, mi Dios, y con Él todos los santos”.
Después del Descenso de Cristo al Infierno, se relata que muchos difuntos ascendieron y se aparecieron en Jerusalén poco antes de la resurrección de Cristo.
Las tumbas se abrieron por el terremoto, Mateo 27:51. Este ocurrió inmediatamente después de la muerte de Jesús, y partió las rocas de los sepulcros de los santos. Más de cien en la ciudad de Jerusalén resucitaron, otros muchos en diferentes lugares de tierra santa. Por todo el mundo resucitaron los muertos a advertir del crimen cometido contra Dios.
“En Tirza las torres de la cárcel se hundieron. Muchos edificios se desplomaron en Cafarnaúm.
El lago Tiberiades cambió de forma. En Decapolis ciudades enteras se hundieron, la mitad de la sinagoga de Nazaret se hundió. El Jordán cambio de dirección en muchos sitios. Muchos leprosos se sanaron”.El velo era una gran cortina con medidas enormes, de largo 20 metros, de alto 15 metros y de grueso 10cm; compuesta por 72 cuadrados cosidos, y era tan pesada que se necesitaban 300 hombres para levantarla. Era la barrera entre Dios y el Hombre. Se rasgó por la mitad.
Al aplicar el método Científico, y forense. Se llega a la conclusión de que este es un hecho histórico real. Existen dos medios de comprobación, el científico, que debe repetir el evento hasta comprobar que es verdad, como cuando se pone un huevo en agua hirviendo y se constata que el huevo después de determinado tiempo se pone duro. En los casos legales no se aplica porque por ejemplo habría que matar nuevamente a la víctima para establecer los “hechos”.
Existe otro método que se llama el método legal o forense , que se basa en testimonios, donde se llega a una conclusión basándose en la eficacia del testimonio. La cantidad de los testimonios y su correlación, que debe contemplar tres partes, testimonio Oral, testimonio Escrito y pruebas Materiales. Los testigos o apóstoles, pagaron con su vida por este testimonio y es muy difícil que no solo ellos, sino millones después hayan ofrecido su vida por una mentira. Lo que nos demuestra que estaban convencidos que lo que vieron es cierto. Nadie da la vida por una mentira y es imposible que tantas personas en todo el mundo antiguo se hayan puesto de acuerdo para mentir sobre el mismo tema.
Jesús profetizó La Resurrección de entre los muertos y la asunción a los cielos (Lc 9,51)
“Llegará la hora en la cual todos los muertos que están en los sepulcros escucharán la voz del Hijo del Hombre, y saldrán los que obraron el bien para la resurrección de la vida, y los que obraron el mal para la resurrección del juicio” (Jn 5,25.28-29).
“He aquí que abriré vuestras tumbas y os sacaré de ellas. Arrancaré a mi pueblo de los sepulcros, pondré mi Espíritu en vosotros y sabréis que yo soy el Señor” (Ez 37,12-14).
“Y si Cristo no resucitó, vana es nuestra predicación, vana nuestra fe. 1 Corintios 15:14