
La gran celebracion de la Natividad, en Roma y toda la cristiandad, era en la Basílica de Santa María la Mayor, porque alli estaban las reliquias del Pesebre de Belén donde nació el Salvador.
El Pesebre original estaba expuesto en una urna regalada por España cuando era Católica. Además, debajo de la Basílica está una capilla más antigua que contenia tierra y piedras de la gruta de Belén llevadas a Roma junto con el cuerpo de San Jerónimo.

El pesebre de Cristo fue rescatado y llevado a Roma en el siglo VII, después de la conquista musulmana de Tierra Santa. Que no pudo ser evitada ni siquiera con las cruzadas y se lo conservaba en una cripta, bajo el altar principal de la basílica romana de Santa María Mayor.

Estas, las reliquias mas santas, fueron regaladas por el obispo de Roma en el año 2019, rompiendo una tradicion de mas de 1400 años de celebraciones que toda la cristiandad seguia desde Roma, la sede de Pedro. Con la celebracion de la primera misa de Navidad o Matutina. A esa se le llamaba “Misa de la Vigilia”.
El alcalde de Belén, Anton Salman, dijo a la agencia palestina de noticias WAFA que la iniciativa siguió a un pedido de las reliquias por parte del presidente musulman Mahmoud Abbas a Francisco para que le regalara las reliquias del niño Dios.
Después de la misa de Vigilia, se celebraba una segunda en Santa María la Mayor, pero no en el altar mayor, sino en la capilla “del pesebre”. La misa de medianoche también es conocida como misa de gallo porque se debía celebrar «mox ut gallus cantaverit», es decir, en seguida de cantar el gallo. A esta misa le seguía el canto de las laudes.
Las grandes solemnidades están remarcadas por la liturgia que la Iglesia ha compuesto para celebrarlas. Para Navidad habia cuatro misas que presentan el Misterio de la Navidad utilizando textos bíblicos distintos.
La Misa de la Medianoche es preciosa porque allí se enfoca el momento del Nacimiento, el momento en el que la Virgen María de un modo tan misterioso y tan silencioso da a luz virginalmente al Salvador.
Luego esta la Misa de la Aurora la mañana del 25, esta Misa lo que venera es la adoración de los pastores que son los primeros que se enteran de esta gran noticia por el anuncio del Ángel que avisa a los pastores y estos van al pesebre.
La cuarta Misa, es una misa teológica porque allí el Evangelio es el prólogo del Evangelio de San Juan: ‘En el principio existía el Verbo y el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios’
Evangelio de la misa de vigilia de Navidad
«“Bendito sea el Señor, Dios de Israel”,
porque ha visitado y “redimido a su pueblo”,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la “misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza”
y “el juramento que juró a nuestro padre Abrahán” para concedernos
que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante “del Señor a preparar sus caminos”,
anunciando a su pueblo la salvación
por el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz».
Evangelio Misa de Gallo
Hoy nos ha nacido el Salvador
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2, 1-14
Por aquellos días el emperador Augusto promulgó un decreto ordenando que hiciera el censo de los habitantes del imperio. Este censo fue el primero que se hizo durante el mandato de Quirino, gobernador de Siria. Todos iban a inscribirse a su ciudad de origen.
También José, por ser de la descendencia y familia de David, subió desde Galilea, desde la ciudad de Nazareth, a Judea, a la ciudad de David que se llama Belén, para inscribirse con María, su esposa, que estaba encinta. Mientras estaban en Belén le llegó a María el tiempo del parto, y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada.
Había en aquellos campos unos pastores que pasaban la noche en pleno campo cuidando sus rebaños por turnos. Un ángel del Señor se les presentó, y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Entonces sintieron mucho miedo, pero el ángel les dijo:
«No teman, pues les anuncio una gran alegría, que lo será para ustedes y para todo el pueblo: les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Esto les servirá de señal: encontrarán un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre».
Y de repente se reunieron con el ángel muchos otros ángeles del cielo, que alababan a Dios diciendo:
«¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres que gozan de su amor!»