Santísima Virgen Maria. Destructora de todas las herejías.
Exterminatrix Hereticorum
«Ella te aplastará la cabeza» (Gn 3,15), le anuncia Yahvé a la serpiente: la nueva Eva, su linaje… La Tradición ha considerado siempre ese versículo del Génesis como una profecía mariana, y por eso la iconografía cristiana representa con frecuencia al demonio bajo los pies de la Santísima Virgen.
La virgen se aparece a don Pelayo y con sus ángeles ayuda a vencer a los moros que se quieren tomar sus tierras con un ejercito de 140.000 contra los 300 de don Pelayo y scon su ayuda vencen al enemigo.
La virgen mas adelante en la advocación de las Mercedes se aparece para fundar una comunidad para rescatar los esclavos cristianos reducidos por el Islam y hasta Miguel de Cervantes es rescatado de esta esclavitud por los Mercedarios.
Estas representaciones de la Virgen portando una espada, un bastón, una lanza o un látigo no son solamente vestigios de un pasado cristiano guerrero. Son, sobre todo, apelaciones espirituales, para transmitir a los fieles que ella, como madre nuestra, siempre está vigilante para rechazar a quien nos haga daño, como haría cualquier madre, tan capaz de ofrecer la ternura de su abrazo a sus hijos como la energía más extrema ante quien pretenda herirlos. Como el Padre de la Mentira, que aspira a arrebatárselos todos, el agresor mahomentano. O en nuestros días el malo que intenta trasmitirles ideologías perversas a los niños para degenerarlos.
En 1306, Nuestra Señora se apareció a un monje agustino, Nicola la Bruna, quien gravemente enfermo estaba a punto de morir cuando fue curado milagrosamente por ella. A cambio, le pidió que difundiese la devoción de la Virgen del Socorro, blandiendo un arma contra el malo.
Numerosas representaciones de la batalla de Lepanto sitúan sobre la escena una imagen de la Santísima Virgen. Armada y dirigiendo los vientos de la Batalla.
Nuestra Señora de las Milicias de Sicilia, se involucró en los combates, como un guerrero más, en apoyo del normando Roger (Ruggero), primer conde de Sicilia, que se enfrentaba a los sarracenos con fuerzas inferiores y estaba a punto de sucumbir.
Hubo una aparición de la Virgen en el antiguo pueblo de Chanchón recién llegados los españoles y otra, en el sitio del Terán a la entrada del Socorro, donde se apareció la Virgen a la niña que se iban a llevar porqué era muy mala y fue rescatada por la Virgen de las garras del demonio, porque habiendo sido amonestada por el cura para que fuera obediente con su madre, no le hizo caso. El Sacerdote, en su bondad, amonestó a la niña diciéndole que si continuaba desobedeciendo a su madre corría peligro de que el diablo se la llevara. La niña prosiguió en su actitud rebelde y cuando la madre le recuerda: “el diablo te puede cargar”, aparece Satanás. “Virgen del Socorro ampáranos”, fue la invocación, y la Madre del Cielo apareció en defensa de sus hijas.
En Mexico 9 millones de antropófagos que hacían sacrificios a la serpiente emplumada, se convirtieron ante la aparición de Guadalupe, pisando la serpiente.
La Virgen de la Defensa o de Espada, se encuentra en una pequeña iglesia de Cortina d´Ampezzo pintada por Tiepolo.
Es patrona de Benetúser (Valencia).
Durante la conquista en el caribe, un grupo de indígenas se hicieron perseguir por los españoles, quienes con sus pesadas armaduras al ver un pozo, descansaron y bebieron, se quedaron dormidos y abandonaron la persecución. Poco después los indígenas aparecieron en el poblado pidiendo el bautismo y relataron que el pozo, había sido previamente preparado y envenenado y que quienes tomaron el agua murieron, pero que la virgen, los resucitó y por eso querían ser católicos.
En 1917 en Fátima, promete su intercesión contra los errores que se esparcen por el mundo, en lo que es la madre de todas las herejías y profetiza guerras y la destrucción de muchas naciones, pero ofrece su ayuda, “Por fin mi inmaculado corazón triunfará”, Promete, pero, para que ello suceda, pide conversión y el rezo del Rosario.
La virgen del Amparo, del socorro o del Garrote, es una Virgen de protección.
El Niño, indiferente de lo que ocurre juega con un angelito, mientras la Virgen, con dulce pero enérgico rostro, empuña un garrote para darle al infame Belcebú su merecido.
No en vano la virgen ha acompañado todas las guerras desde El monte el carmelo con sal Elias, pasando por Covadonga y hasta Lepanto y las guerras de Religion.
Apo 12 13 Cuando el dragón se vio precipitado en la tierra, se dio a perseguir a la mujer. Pero fuéronle dadas a la mujer dos alas de águila grande. Se enfureció el dragón contra la mujer, y fuese a hacer la guerra contra el resto de su descendencia, contra los que guardan los preceptos de Dios y tienen el testimonio de Jesús.













































