La sensación de miedo, incertidumbre, desesperanza y también de rabia, es una de las características que dejan las películas de hoy.
Ya no hay bueno contra el malo, todos son malos y el mas malo es el que gana. Los demonios son los protagonistas y ahora resulta que los asesinos en serie son unos tipazos y drácula un incomprendido al que hay que ayudar así sea con la propia sangre.
En la música lo mismo, romances de cama, proponen todas las canciones que tienen letra, porque muchas son solo el sonido aleatorio de una máquina, habrá algo mas deprimente?
Claro! Salir a bailar esa «música» no hay estilo, ni ritmo, por ende solo se puede sacudir el cuerpo, lógicamente no hay danza entre dos, no hay contacto ni pasos a seguir si acaso movimientos obscenos.
Cuando no es música que directamente alaba al maligno como el rock o simplemente invita a odiar, como la de Plaquita la del barrio y otras rancheras donde los asesinos narcotraficantes son héroes.
Ni hablar del juego y el entretenimiento, la estrategia en los juegos electrónicos es cargar todas las armas y matar la mayor cantidad posible de «enemigos».
Los juegos de familia desaparecieron, los video juegos no dejan sino una sensación de vacío, de engaño…
Los paseos al campo con fogata y almuerzo son solo para pirómanos!!
Ver el atardecer o las estrellas, o simplemente ver pasar las nubes, es un pasatiempo de viejos.
Se «estudia» frenéticamente para conseguir plata y si no se ha conseguido el éxito a los 30 anos, se es un fracasado, entonces volver, estudiar un diplomado, un postgrado y otras lenguas y lo que sea para ser «mas». Y convertirse en un ilustre ignorante mas…
Así, la vida es una carrera frenética y los pasatiempos son deprimentes, no hay tiempo para el amor entonces se van a bares para tener sexo con desconocidos y evitarse la relacion.
No debemos extrañarnos que en una sociedad así las mujeres maten a sus hijos y los jóvenes se droguen cada vez más para alcanzar el éxtasis y que en medio de este éxtasis se hagan LGBT para «enriquecer» sus experiencias.
En un mundo así los jóvenes se suicidan de aburrimiento y los viejos de asco.
Al respecto Santa Teresa de Avila escribió este Poema.
Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda;
la paciencia
todo lo alcanza;
quien a Dios tiene
nada le falta:
Sólo Dios basta.
Eleva tu pensamiento,
al cielo sube,
por nada te acongojes,
nada te turbe.
A Jesucristo sigue
con pecho grande,
y, venga lo que venga,
nada te espante.
¿Ves la gloria del mundo?
Es gloria vana;
nada tiene de estable,
todo se pasa.































