La calcedonia es un mineral de sílice (SiO2) de estructura microcristalina.
Calcedonia, es una antigua ciudad griega y bizantina, localizada en la parte asiática de la región del Bósforo.
Muchas piedras semipreciosas, son de hecho, formas de calcedonia.
La calcedonia regula la circulación según santa Hildegardis, pero también mejora la claridad expositiva y produce confianza.
Según Ana catalina Emmerick era una de las piedras en el collar de la virgen y representa la virtud de la Caridad.
Se la conoce también como «PIEDRA MADRE».
Sus efectos sanadores tienen un amplio espectro.
San Hildegarda descubrió que era útil para disipar enojos.
Trae tranquilidad al sistema nervioso y aclara los pensamientos conflictivos.
Recomendada para personas con problemas en la garganta o nuca.
Actúa de apoyo para quienes tienen que orar en público o rendir exámenes orales, asegurando la fluidez de palabra.
Las calcedonias con estrías azules o blancas, son muy benéficas para el funcionamiento de la tiroides y para los problemas de las cuerdas vocales.
Es buena para detener hemorragias y para curar llagas purulentas.
Incentiva sentimientos maternales, genera benevolencia. Actúa para problemas hormonales femeninos. Era dada a las madres en los períodos de lactancia, pues acrecienta la producción de leche.
Ayuda a la disminución de cálculos renales.
Ayuda a recuperación de enfermedades mentales.
Cura los estados depresivos.
Contra la melancolía profunda y la negatividad, protege contra las enfermedades de los ojos.
Estimula la curación de fiebres y epilepsias. Activa la disolución de cálculos renales y la recuperación de enfermedades mentales y estados melancólicos.
Ayuda a expresarse con claridad. Da paz, calma y seguridad.
El caliz de la ultima cena es hecho en calcedonia.