
Eugenia Elisabetta Ravasio 1907- 1990 + Anzio, monja católica, fundadora de más de 70 centros – cada uno con enfermería, escuela e iglesia – en los lugares más remotos de África, Asia y Europa, para tratamiento de leprosos. Descubrió la primera medicina para curar la lepra, sacándola de la semilla de una planta tropical.
En 1932, la Madre Eugenia Ravasio, a pesar de ser muy humilde llego a ser Superiora General de la Congregación de las Hermanas Misioneras de Nuestra Señora de los Apóstoles, a los 25 años.
Recibió revelaciones de Dios Padre, la única revelación privada hecha personalmente por Dios Padre y reconocida como auténtica por el Vaticano después de diez años de riguroso análisis e investigación. “El más hermoso Mensaje de Amor”, va dirigido a TODOS LOS HOMBRES Y MUJERES, sin distinción de raza, nación, pueblo o religión. Nos enseña que “todos tenemos un Padre” y que este Padre se desborda de Amor por ti y por cada uno de nosotros.
Esta devoción es poco conocida, incluso entre los estudiosos.
Dios Padre Eterno se le apareció en dos ocasiones distintas. 1 julio y 12 de agosto. En cada una le dio un mensaje a la Madre Eugenia en latín, una lengua totalmente desconocida para ella.
Para ser conocido, amado y glorificado con un culto especial no pido nada de extraordinario. Deseo sólo esto:
“Que un día, o por lo menos un domingo, sea consagrado para glorificarme en modo muy particular, con el nombre de Padre de toda la humanidad”.
Para esta fiesta quisiera una Misa y una celebración apropiada. No es difícil encontrar los textos en la Sagrada Escritura. Si preferís rendirme este culto especial un domingo, Yo escojo el primer domingo de Agosto, si escogéis un día de la semana, prefiero que sea el día 7 de este mismo mes.
MENSAJE DE DIOS PADRE
Fiesta de la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo (1 de Julio de 1932)
“¡Mira, pongo en el suelo mi corona y toda mi Gloria para tomar la actitud de un hombre común!” tomando Su aspecto, semejanza y pobreza.
1 Vengo para eliminar el temor excesivo que mis criaturas tienen de mí, y para hacerles comprender que mi alegría está en ser conocido y amado por mis hijos, es decir, por toda la humanidad presente y futura.
2 Vengo para traerles la esperanza a los hombres y a las naciones. ¡Cuántos la han perdido desde hace mucho tiempo! Esta esperanza les hará vivir en paz y con seguridad, trabajando para la salvación.
3 Vengo para hacerme conocer así como soy. Para que la confianza de los hombres aumente conjuntamente con el amor hacia mí, el Padre, que tiene una sola preocupación: velar sobre todos los hombres y amarlos como hijos.
Crecía el mal y mi bondad me apremiaba a comunicarme con las almas justas para que transmitieran mis órdenes a los que causaban desórdenes. Y así, a veces, tuve que usar la severidad para reprenderlos, no para castigarles, porque eso habría hecho sólo mal, sino para alejarlos del vicio y dirigirlos hacia el Padre y Creador a quien ingratamente, habían olvidado y desconocido. Más tarde, el mal sumergió tanto el corazón de los hombres que me vi obligado a enviar plagas al mundo para que el hombre se purificara por medio del sufrimiento, la destrucción de sus bienes y hasta la pérdida de la vida: fue el diluvio, la destrucción de Sodoma y Gomorra, las guerras del hombre contra el hombre, etc.
Ahora este amor está olvidado. Quiero recordároslo para que aprendáis a conocerme así como soy. Para que no estéis atemorizados como esclavos, con un Padre que os ama hasta este punto.
Por esto le pedí a mi Hijo que os donara los medios para levantaros después de las caídas. Estos medios os ayudarán a purificaros de los pecados, para que seáis todavía los hijos de mi amor. Principalmente son los siete sacramentos y sobre todo, el gran medio para salvaros, es el Crucifijo, que es la Sangre de mi Hijo que en cada instante se derrama sobre vosotros, siempre y cuando lo queráis, ya sea con el sacramento de la penitencia, ya sea con el santo sacrificio de la Misa.
¡Qué no he hecho por mi pueblo: desde Adán hasta José, padre adoptivo de Jesús, y desde José hasta hoy día, ¡para que el hombre me diese un culto especial que me es debido como Padre, Creador y Salvador! Sin embargo, este culto especial que he deseado tanto, ¡no me ha sido dado todavía!
En los mandamientos que yo mismo di a Moisés puse en primer lugar “Adorarás y amarás perfectamente a un solo Dios”. Bien, amar y ensalzar a una persona son dos cosas que van juntas. Dado que os he colmado de muchos bienes, tengo, por lo tanto, ¡que ser alabado por vosotros de modo particular!
6 PETICIONES AL PAPA
“Para ser conocido, amado y glorificado con un culto especial, no pido nada de extraordinario”.
“1 – Que un día, o por lo menos un domingo, sea consagrado para glorificarme, en modo muy particular, con el nombre de Padre de toda la humanidad.
“2 – Que todo el clero se empeñe en el desarrollo de este culto y, sobre todo, que me haga conocer por los hombres así como soy y como seré siempre con ellos, es decir, el Padre más tierno y más amable entre todos los padres”.
“3 – Deseo que me hagan entrar en todas las familias, en los hospitales, también en los laboratorios y en los talleres, en los cuarteles, en las salas de deliberación de los ministros de todas las naciones.
Que el signo tangible de mi invisible presencia sea una imagen que demuestre que estoy realmente presente allí. ¡pero quisiera estar representado en manera sensible!”
“4 – Que durante el año el clero y Los fieles hagan algunos ejercicios en mi honor, sin perjudicar sus habituales ocupaciones.
Que sin temor mis sacerdotes vayan por todas partes, en todas las naciones, para llevarles a los hombres la llama de mi paternal amor.
“5 – Quisiera ser glorificado en modo particular en los seminarios, en los conventos de novicios, en las escuelas y en los internados.
Que todos, desde el más pequeño hasta el más grande, puedan conocerme y amarme como su Padre, su creador y su salvador”.
“6 – Que los sacerdotes se empeñen en buscar en las Sagradas Escrituras lo que dije en otros tiempos, y que hasta ahora ha sido ignorado, en relación con el culto que deseo recibir de parte de los hombres.
Que trabajen para que mis deseos y mi voluntad lleguen a todos los fieles y a todos los hombres.
Estas son las almas que escojo para que me rindan grandes homenajes, más que los otros hombres del mundo”.
En 1935, Mons. Alexandre Caillot, Obispo de Grenoble, Francia, convocó una Comisión de Investigación para investigar el informe.
La comisión tardó diez años en completar su trabajo.
En su informe final, refiriéndose a la Madre Ravasio acotó:
“Su legado más importante para nosotros es el Mensaje del Padre, la única revelación privada hecha personalmente por Dios Padre y reconocida como auténtica por la Iglesia después de diez años del examen más riguroso”, dijo el obispo.
Cuando la hermana Eugenia hizo saber que había recibido apariciones del Padre, los teólogos investigadores contestaron que las apariciones del Padre eran en sí imposibles y que nunca habían ocurrido antes en la historia.
La hermana se opuso a estas objeciones, declarando simplemente: “El Padre me dijo que describiera lo que vi, y pide a sus hijos, los teólogos, que busquen”.
EL ROSARIO DEL PADRE
Esta oración es indispensable para lograr el llamado «efecto rebote», es decir para hacer recaer el maleficio sobre quien lo hace y por tanto empujarlo a detenerse.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Dios mío, ven a salvarme. Señor, ven pronto en mi ayuda.
-Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre,
-Padre mío, Padre bueno, a ti me ofrezco, a ti me doy.
-Ángel de Dios, que eres mi guardián, ilumina, custodia, reina y gobiérname que a ti fui confiado por la piedad celestial. Amén.
PRIMER MISTERIO
Se contempla el triunfo del Padre en el Jardín del Edén, cuando, después del pecado de Adán y Eva, promete la venida del Salvador.
El Señor Dios dijo a la serpiente. «Por qué tu hiciste esto, maldita seas entre todos los animales domésticos y salvajes, sobre tu vientre te arrastrarás y polvo comerás todos los días de tu vida, pondré enemistad entre tú y la mujer, entre tu estirpe y su estirpe: ella te aplastará la cabeza y tu morderás su talón «(Génesis 3: 14-15)
Ave María. 10 Padre Nuestro Gloria al Padre Padre mío. Ángel de Dios
SEGUNDO MISTERIO
Se contempla el triunfo del Padre en el momento del «Fiat» de María en la Anunciación.
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios. Vas a concebir un niño, lo darás a luz y lo llamaras Jesús. Sera grande y será llamado Hijo del Altísimo; El Señor Dios le dará el trono de David su padre y reinara para siempre en la casa de Jacob y su reino no tendrá fin.»
Ave María. 10 Padre Nuestro Gloria al Padre Padre mío. Ángel de Dios
TERCER MISTERIO
Se contempla el triunfo del Padre en el huerto de Getsemaní cuando da todo su poder al Hijo.
Jesús oraba: «Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz! Sin embargo no se haga mi voluntad, sino tu voluntad!». Y se le apareció un ángel del cielo para consolarlo. Víctima de la angustia, oraba más intensamente; y su sudor se volvió grandes gotas de sangre que caían en la tierra (Lc. 22,42-44)
Ave María. 10 Padre Nuestro Gloria al Padre Padre mío. Ángel de Dios
CUARTO MISTERIO
Se contempla el triunfo del Padre en el momento de cada juicio particular
Cuando aún estaba lejos, el padre lo vio y conmovido, corrió a su encuentro, se echó sobre su cuello y lo besó. Y dijo a sus siervos: «Sacad rápido el vestido más bello y vestidlo, ponedle el anillo en el dedo y calzadle los pies y hagamos fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado. (Lc. 15,20. 22-24)
Ave María. 10 Padre Nuestro Gloria al Padre Padre mío. Ángel de Dios
QUINTO MISTERIO
Se contempla el triunfo del Padre en el juicio universal
«Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva – porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar no existe ya. Y vi la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia ataviada para su esposo. Y oí una fuerte voz que decía desde el trono: «Esta es la morada de Dios con los hombres. Pondrá su morada entre ellos y ellos serán su pueblo y él Dios – con – ellos, será su Dios. Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado.»» (Ap. 21, 1-4)
Ave María. 10 Padre Nuestro Gloria al Padre Padre mío. Ángel de Dios
Siguen las Letanías del Padre y un Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre por el Santo Padre
LETANÍAS DEL PADRE
(A todas las frases respondemos: Ten piedad de Nosotros)
Oh Dios el Padre del Cielo
Oh Dios, Hijo, Redentor del mundo
Oh Dios, Espíritu Santo
Santa Trinidad, un solo Dios
Padre creador del mundo
Padre Propiciador del mundo
Padre sabiduría eterna
Padre bondad infinita
Padre luz de aquellos que están en la oscuridad
Padre inefable providencia
Padre fuente de todo
Padre santísimo
Padre dulcísimo
Padre de misericordia infinita
Padre defensor nuestro
Padre nuestra alegría y nuestra gloria
Padre rico para toda criatura
Padre magnificencia de la Iglesia
Padre de la esperanza de los cristianos
Padre caída de los ídolos
Padre sabiduría de los líderes
Padre magnificencia del Rey
Padre consuelo del pueblo
Padre alegría de sacerdotes
Padre guía de los hombres
Padre don de la vida de la familia
Padre ayuda de los miserables
Padre alegría de los pobres
Padre guía de los jóvenes
Padre amigo de los pequeños
Padre libertad de los esclavos
Padre luz de aquellos que están en las tinieblas
Padre destrucción de los orgullosos
Padre sabiduría de los justos
Padre descanso en las tribulaciones
Padre esperanza en la desolación
Padre refugio de salvación para los desesperados
Padre consuelo de los pobres
Padre puerto de salvación en los peligros
Padre paz y protección en el abandono
Padre consuelo de los afligidos
Padre refugio de los huérfanos
Padre refugio de los ancianos
Padre refugio de los moribundos
Padre que calma la sed en nuestra pobreza
Padre vida de los muertos
Padre gloria de los santos
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Perdónanos Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Escúchanos Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Ten misericordia de nosotros
OREMOS
Padre, por los hijos, por cada hijo, por todos los hijos, te rogamos: danos paz y salvación en nombre de La Sangre de tu Hijo Jesús y en nombre del corazón dolorido de la Mama María. Amen

