Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, detrás del monte de los olivos, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Los judíos se enteraron de que estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque los judíos, por su causa, creían en Jesús.
María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, y ungió a Jesús , el perfume de Nardo es exorcistico y agrada a Dios, quien mandó a Moisés «hacer un altar para quemar incienso» y además le pidió ungir con aceite de nardo a los consagrados y le dio la fórmula de elaboración, quien lo usa queda “perfumado” con el Espíritu Santo. La fragancia que emana del perfume es equiparable al aroma espiritual de la santidad
El aceite de nardo se usa desde la unción de los reyes de Israel. los padres de la iglesia relatan los milagros y curaciones gracias su uso, en bendiciones especiales, primeras comuniones, bodas y bautismos.
Los santos óleos son usados para ordenaciones, confirmaciones, y consagraciones de altares e iglesias, el óleo de los enfermos, es aplicado en el sacramento de la extrema unción. Estos óleos los consagra el obispo de cada diócesis en la Misa Crismal, usualmente el jueves santo.
El incienso por su parte simboliza la divinidad de Cristo.
La Biblia deja claro que el incienso es grato a Dios
“Suba mi oración delante de ti como el incienso, el don de mis manos como la ofrenda de la tarde.” (Salmo 141:2).
“tomará incienso y lo hará arder sobre el altar como un memorial de olor grato al Señor.” (Levítico 6:15),
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