La materialización eterna de la condenación, de los que mueren alejados por voluntad propia de Jesucristo, se llama infierno, lugar que hace llorar y rechinar los dientes de rabia por la salvación perdida para siempre, por culpa propia, el fracaso definitivo del individuo (Lc 13,28; Mt 8,12;13,42.50; 22,13; 24,51; 25,30).
La palabra infierno viene del latín inférnum por debajo de, lugar inferior, y está en relación con las palabras Seol en hebreo o Gehena y hades en griego. Es el lugar donde después de la muerte son torturadas eternamente las almas de los pecadores, gobernado por satanás y poblado por demonios, quienes atormentan a los condenados
Se ha relativizado tanto la Fe, que se ha vuelto un chiste hablar del infierno.
El diablo en las películas es un tipo chévere, que les enseña dichos a la gente, como que “Las chicas buenas van al cielo y las malas a todas partes”.
Lo que nos hace recordar, como dice Santiago 3,5 “que La lengua es un fuego, un mundo entero de maldad. La lengua es uno de nuestros miembros, que contamina todo el cuerpo, y siendo inflamada del fuego infernal inflama nuestra vida”.
Otros dicen que El infierno es aquí, cuando a uno le da hipo o hambre, es decir, despreciando, las enseñanzas que hablan del infierno desde el Genesis al apocalipsis.
Los Budistas e hinduistas para evitar el infierno tienen la reencarnación lo que haría que el ser humano, creación máxima de Dios, se convierta sucesivamente en cucarachas y marranos, antes de “trascender” o convertirse en un “dios” y los protestantes, afirman que los muertos no están conscientes y el infierno no puede ser un lugar abrasador de tormento donde las personas malvadas sufran después de la muerte. Ya que Cristo, pago por todos.
Los Catolicos recitamos los Domingos en misa, que Jesús, descendió a los infiernos, Para rescatar las almas de los justos y las llevó al cielo, reservado a los justos, es decir que el lago de fuego, en el fondo, es un lugar que Dios crea, para que los demonios y los pecadores tengan donde estar, el lugar que se merecen. Sin embargo, los demonios le temen al infierno y por eso recorren el mundo buscando a quien torturar y si no lo encuentran, vuelven con otros siete demonios, que tampoco quieren estar en el infierno, al lugar de donde los han echado.
Muchos no verán el cielo, porque no se lo ganaron con sus obras en vida, mediante el cumplimiento, de los mandamientos de Dios, por eso judas está en el infierno, como lo han visto desde Dante en la divina comedia hasta el padre Pio e innumerables santos.
La Virgen les muestra el infierno a los pastorcitos de Fátima, cosa que infunde en ellos una misericordia tal, que a la tierna edad de 7 añitos Jacinta se flagelaba rogando por la conversión de las Almas, para que no sufrieran lo que ella había visto, ríos de sangre hirviendo para los culpables de derramamiento de sangre, tumbas de fuego para los herejes y un desierto donde llueven copos de fuego sobre los blasfemos, usureros y homosexuales, los lujuriosos son arrastrados por vientos huracanados. Satanás está cubierto de hielo hasta la cintura. Para el diablo, el infierno siempre es un día frío «pues el frío tiene el efecto del fuego»
Jesús menciona muchas veces el infierno, en Mat 5:22 dice “quien ofenda gravemente a su hermano , será reo del fuego del infierno”; cuando se refiere a ciudades de pecado en Mateo 11:23 profetiza ¿te levantarás hasta el cielo? Hasta el infierno serás precipitada. A Pedro del dice en 16:18 Y yo te digo a ti Pedro, Las puertas del infierno no prevalecerán contra mi iglesia.
En Marcos 9 y Mat 18:9 se repite, si tu pie o tu mano o “ si tu ojo es para ti ocasión de escándalo, sácalo y tíralo lejos de ti; mejor te es entrar en la vida eterna con un solo ojo, o mocho o cojo, que tener dos ojos y ser arrojado al fuego del infierno.
Lucas 12, 5 y Mat 10:28 nos recuerdan “Nada temáis a los que matan el cuerpo. Temed antes al que puede arrojar alma y cuerpo en el infierno”.
A los Hipócritas dice claramente en Mat 23:33 ¡Serpientes, raza de víboras! ¿Cómo será posible que evitéis el ser condenados al fuego del infierno?