Es también semejante el Reino de los cielos a un mercader que busca perlas preciosas, y, hallando una de gran precio, va, vende todo cuanto tiene y la compra. Mat 13:45
La palabra de Dios no solamente reporta una gran ganancia como tesoro, sino que también es preciosa como una perla. La verdad es una y no está dividida, y por eso habla de una sola perla, los que la poseen saben que son ricos; pero los infieles, que no poseen este tesoro, ignoran nuestras riquezas. que es la Ciencia del Salvador, y también su pasión y resurrección. Y cuando se ha hallado, desprecia como si fueran escoria todos los misterios de la ley y de los profetas y las antiguas prácticas, Porque el que conoció, la palabra de la dulzura de la vida del cielo, abandona con gusto todo lo que antes había amado sobre la tierra, palabra que brilla con el candor de la verdad, que es sólida con la fuerza de la eternidad, que esparce por todas partes su luz con la hermosura de la Divinidad,
El valor de esa perla somos nosotros mismos, que no podemos poseerla más que poniendo en segundo lugar, por poseerla, todo lo que tenemos sobre la tierra. Y después de haberlo vendido todo no recibimos otro precio mayor que el que hallarnos a nosotros mismos, no porque nuestro valor iguale al suyo, sino porque no podemos dar por ella más de lo que damos.






















