«Quien controla el suministro de alimentos controla a la gente; quien controla la energía puede controlar continentes enteros; quien controla el dinero puede controlar el mundo». Esta famosa cita de Henry Kissinger suena más y más verdadera cada semana.
Las corporaciones y banqueros ya controlan la mayor parte del dinero, el sistema energético, y han estado tomando medidas drásticas para controlar la industria alimentaria.
La industria alimentaria ya está monopolizada por 10 empresas, la mayoría de las cuales incluyen a Vanguard y BlackRock como principales accionistas. ¿Qué pasará cuando controlen también todas las semillas, los productos y la carne? ¿Qué pasará cuando los productos y la carne se cultiven en instalaciones seguras tras un empalme de genes o en una placa de Petri, y las tierras de cultivo queden inactivas debido a las regulaciones excesivas, la falta de suministros y la inflación fabricada?
Si controlan las semillas, controlan los alimentos, y si controlan los alimentos, pueden utilizar la identificación digital para controlar el acceso de los consumidores a los alimentos.
Mientras, una racha de incendios destruye plantas de procesamiento de alimentos, carne y fertilizantes, “coincidencialmente”, en una época en la que los agricultores están sufriendo problemas con la cadena de suministro están haciendo mella, y la falta de fertilizantes deja las cosechas menguadas.
Imagina un día en el que los mercados de agricultores ya no existan, en el que no puedas comprar productos o cortes de carne, y en el que tengas que iniciarte en la agricultura vertical de interior o que tengas que comer carne cultivada en laboratorio
– La industria de la agricultura vertical de interior se valoró en 5.500 millones de dólares en 2020 y se prevé que alcance los 19.860 millones de dólares en 2026. La agricultura urbana de interior es el futuro de la alimentación que han imaginado los globalistas, y ya está en miles de tiendas de comestibles sin que la gente se dé cuenta. Mientras que Estados Unidos está a la cabeza de esta industria, se trata de una agenda global con granjas verticales que aparecen en todo el mundo.
– AeroFarms, que cuenta con la mayor instalación de cultivo vertical de interior del mundo, codesarrolló el primer producto agrícola editado con genes CRISPR-Cas9, y ahora son cientos los que le siguen, National Geographic, cree que la edición de genes es la próxima revolución alimentaria.
– Monsanto/Bayer está creando semillas editadas genéticamente para las empresas de agricultura vertical, mientras que Bill Gates, las fundaciones Rockefeller y Ford y el Banco Mundial controlan el 10% de los germoplasmas del mundo y poseen algunos de los mayores bancos de semillas del mundo. Bayer y BASF, dos de los mayores proveedores de semillas del mundo, están involucrados en la industria de las granjas verticales.
– La USDA (United States Department of Agriculture) y la FDA (United States Food and Drug Administration) ya han aprobado la carne cultivada en laboratorio, el ganado genéticamente modificado, y están financiando a los cultivadores de interior y a las empresas de genética, mientras que hacen lobby para que se afloje la regulación de los productos editados genéticamente.
– Más de una docena de grandes plantas de procesamiento de alimentos y carne han ardido casualmente en los últimos meses.
– Union Pacific está imponiendo reducciones de transporte ferroviario en un 20%, lo que afecta a CF Industries Holdings, la mayor empresa de fertilizantes del mundo. Vanguard, BlackRock y State Street resultan ser los principales accionistas de Union Pacific, y BlackRock y Vanguard están entre los 3 principales accionistas de CF Industries Holdings, se hace evidente que este es el plan global para controlar todos los productos – ingredientes que van en todos los productos alimenticios.
Bill Gates compró las mejores tierras de cultivo, al tiempo que el dinero empezó a fluir hacia el nuevo futuro de la alimentación: la agricultura vertical urbana de interior, Cosechada por robots a la que, según dicen, acabarán migrando todas las masas.
Es decir que pronto habrá productos sanos carísimos, servidos por Gates, mientras el resto de la población come productos editados genéticamente en instalaciones cerradas, entregados en su tienda local de comestibles y a los que sólo se puede acceder mediante una identificación digital. Es decir serán los únicos que puedas adquirir.
Mientras tanto, el Grupo Consultivo de Investigación Agrícola Internacional (CGIAR) posee los mayores bancos de semillas privados del mundo, que consisten en el 10% del germoplasma mundial, y que están controlados por la Fundación Bill y Melinda Gates, las Fundaciones Rockefeller y Ford, y el Banco Mundial, gestionando 768.576 acepciones de semillas.
En agosto de 2020, Monsanto, adquirida por Bayer en 2018 desarrolló nuevas variedades de semillas vegetales adaptadas a las granjas verticales. Los OGM (organismos genéticamente modificados) ya representan el 75-80% de los alimentos que consumen los estadounidenses.
Esto proporciona una explicación sobre la demolición de la industria agricola y lo mismo ha estado sucediendo con los ganaderos.
De hecho, en septiembre de 2021, el USDA solicitó el etiquetado de productos cárnicos y avícolas derivados de células animales.
La planta de carne cultivada en el laboratorio Upside Foods acaba de lanzarse en California, financiada por Bill Gates, Temasek Holdings y otros 37 inversores. Mientras, el gobierno hace todo lo posible para controlar a los ganaderos.