Los Talentos

El talento más grande que hemos recibido es nuestro cuerpo.

Somos seres espirituales, inmortales que tenemos opción de escoger donde pasaremos la vida eterna.

Hemos sido implantados en el momento de la concepción de un ser material.

Este cuerpo en la biblia es llamado el templo del Espíritu Santo y no nos pertenece.

Lo curioso es que manejamos la idea que somos el cuerpo que habitamos y no vemos que ese cuerpo que es corruptible es el «vehículo» de la salvación o la perdición.

Ese «templo» es tan importante para Dios porque nos puede acercar o alejar de Él.

No solamente lo que hacemos materialmente, sino lo que pensamos, porque desear la mujer del prójimo es pecado de muerte y no ha habido acto físico. Codiciar los bienes ajenos conduce a la verdadera muerte, que es la ausencia de Dios y ser arrojado al lago de fuego apoc 20:14 , eso que no hay acción alguna involucrada, pero eso no es todo, no amar a Dios es el peor de los pecados espirituales -que conduce a la idolatría  porque aunque muchos digan que como van a amar a Dios si no lo conocen, no lo han visto, esto no es más que una excusa- porque a Dios se le ve en cada gota de lluvia, se le siente en el palpitar del corazón, se le vislumbra en toda la creación y todo el universo canta su presencia.

Así que hay pecados espirituales que matan el alma, además de los actos que repercuten en el otro, es decir en el prójimo, recordemos que Dios perdona todo, menos la decisión de seguir pecando y esto es claro con la fornicación del adulterio, es el único pecado que no tiene absolución, es pecado que se carga en el propio cuerpo, que ya Sabemos que es un templo ajeno.

Ya algunos sabios paganos que no tenían ni profetas ni revelación, como Sócrates, sospechaban que no somos solo un cuerpo sino un alma y recomendaba «conócete a ti Mismo» lo que indica que no tenemos ni idea de quien somos o lo que podemos, no sabemos cuáles fueron los talentos que recibimos con este cuerpo y peor aún, por creer que somos cuerpo, perdimos la conciencia espiritual que nos acerca a lo que realmente somos, hijos de Dios «a su imagen y semejanza» pero no solo en lo físico sino en lo espiritual.

Porque para Dios lo temporal se puede destruir y «en tres días lo reconstruiré” es decir que lo espiritual no necesita realmente lo material más que para «La Prueba».

Solo para mostrarnos como lo material debe ser entendido, permite -Jesús- que los hombres lo maten, destruyendo ese templo, que golpearon desgarraron y le cargaron pesada carga para luego crucificarle y eliminarle.

Jesús nos muestra como  «Despojarnos del hombre viejo con sus obras, y revestíos del hombre nuevo, que se va renovando hasta alcanzar un conocimiento perfecto, según la imagen de su Creador, Col 3:10, con ayuno y oración, porque las potencias espirituales ya fueron juzgadas con los ángeles, y los que no pasaron la prueba ahora son demonios.

Es lo que sucederá en el juicio con los hombres que no fueron capaces de dominar la carne.

“Creemos en la resurrección de la carne, y la vida eterna”. Credo

«Así dice el Señor, Yahvé, a estos huesos: Voy a hacer entrar en vosotros el espíritu y viviréis,  y pondré sobre vosotros nervios, y os cubriré de carne, y extenderé sobre vosotros piel, y os infundiré espíritu, y viviréis y sabréis que yo soy Yahvé. Eze 37:6