
El significado teológico es que el hijo de María, Jesús, es verdadero Dios y verdadero hombre, esta palabra griega significa Madre de Dios (literalmente, ‘la que dio a luz a Dios’).
Latín | Castellano |
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Veni Creator Spiritus,Mentes tuorum visita,Imple superna gratia,Quae tu creasti, pectora. |
Ven Espíritu Creador; visita las almas de tus fieles. Llena de la divina gracia los corazones que Tú mismo has creado. |
Qui diceris Paraclitus,Altissimi Donum Dei *,Fons vivus, ignis, caritas,Et spiritalis unctio. | Tú llamado Paráclito, don de Dios altísimo,fuente viva, fuego, caridad y espiritual unción. |
Tu septiformis munere,Dextrae Dei tu digitus **,Tu rite promissum Patris,Sermone ditans guttura. | Tú derramas sobre nosotros los siete dones; Tú el dedo de la mano de Dios, Tú el prometido del Padre,pones en nuestros labios los tesoros de tu palabra. |
Accende lumen sensibus,Infunde amorem cordibus,Infirma nostri corporis,Virtute firmans perpeti. | Enciende con tu luz nuestros sentidos,infunde tu amor en nuestros corazones y con tu perpetuo auxilio,fortalece nuestra frágil carne. |
Hostem repellas longius,Pacemque dones protinus;Ductore sic te praevio,Vitemus omne noxium. | Aleja de nosotros al enemigo, danos pronto tu paz, siendo Tú mismo nuestro guía evitaremos todo lo que es nocivo. |
Per te sciamus da PatremNoscamus atque Filium;Teque utriusque SpiritumCredamus omni tempore. Amen. | Por Ti conozcamos al Padre y también al Hijo y que en Ti,que eres el Espíritu de ambos, creamos en todo tiempo. Amén. |
Fue por María que el demonio se rebeló contra Dios (Reina de los Ángeles), al revelar Dios su grandeza, Luzbel exclamó ¡no serviré¡, fue por esta jovencita descendiente del Rey David, (por parte de padre, tribu de Judá y por parte de madre de la tribu de Leví, lo que la hace madre de Uno que es Rey y Sacerdote) como está profetizado en Isaías desde el 700 A.C “El Señor mismo os dará por eso la señal: He aquí que la virgen grávida da a luz” Isa 7:14
Así es la traducción española del texto griego: εiς tά íδια; la acogió en su propia realidad, en su propio ser. Así forma parte de su vida y las dos vidas se compenetran. Este aceptarla en la propia vida (εiς tά íδια) es el testamento del Señor. Por tanto, en el momento supremo del cumplimiento de la misión mesiánica, Jesús deja a cada uno de sus discípulos, como herencia preciosa, a su misma Madre, la Virgen María.
AUDIENCIA GENERAL Papa Benedicto XVI Miércoles 2 de enero de 2008