Los niños no nacidos sienten y piensan. San Juan, saltó de alegría en el vientre de su Madre en presencia del Mesías.
Como queda demostrado con la interacción entre gemelos en el útero, los fetos pueden reconocer sonidos y voces desde muy temprano, hay que conocer sus tempranas capacidades, medidas a través de encefalogramas, donde el feto muestra actividad cerebral,
que incluyen patrones básicos de sueño y vigilia.
Está demostrado que los fetos tienen cierta habilidad de “aprender”, es decir, de acostumbrarse a estímulos determinados y dar respuestas de memoria a corto plazo.
Múltiples investigaciones han demostrado que el feto cuenta con los circuitos cerebrales necesarios para sentir dolores y que se producen reacciones bioquímicas acordes a lo que consideramos dolor. Los recién nacidos prematuros extremos presentan respuestas frente a estímulos dolorosos, frío, cariño etc.
En experimentos con ovejas se ha demostrado que todos los sentidos están activos mientras el feto está en el útero: visión, gusto, tacto, audición, el olfato no ha podido ser demostrado, por estar en un medio líquido.
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