El Codex Vaticanus es la Biblia más antigua, ligeramente anterior al Codex Sinaiticus, escrito hacia el año 320, y probablemente copiado, como aquél, durante el siglo IV. Probablemente luego del edicto de Milan del 313. Está escrito en griego, en pergamino, y se conserva en la Biblioteca Apostólica Vaticana, nadie sabe cómo llegó ahí.
Fue en el Concilio de Roma del año 382, cuando la Iglesia católica instituyó el Canon Bíblico con la lista del Nuevo Testamento de san Atanasio y los libros del Antiguo Testamento de la Versión de los LXX, 73 libros, 46 para el Antiguo Testamento, y 27 para el Nuevo Testamento.
La primera biblia la imprimió Gutenberg en Maguncia en el año 1445.
Antes de eso, las únicas biblias disponibles eran copiadas a mano por los benedictinos, los vivarium de Casiodoro o San Columbano, irlandés que fundo la Abadía de Bobbio y llegó a poseer la biblioteca más grande de Occidente además de las que fundo en Francia y Alemania, pasando por Suiza, donde dejó a un discípulo llamado Gallus, que fundó allí la importante Abadía de San Galo.
Entre los 3 fundaron lo que luego sería la universidad y una escuela de pensamiento que hoy llamamos occidente, fue la conversión de Clodoveo y del pueblo franco, en el año 496,la que marcó el inicio de un proceso de cristianización que aún tardaría cuatro siglos en completarse en Europa y así la biblia se hizo cada vez mas necesaria para catequizar y decir la misa, que dio origen al florecimiento de la civilización cristiana, antes de eso todo era tradición oral.
Escribir una biblia era un trabajo arduo, eran necesarios dos o tres meses para copiar un manuscrito, una biblia completa le podía tomar a un hombre 10 años, trabajando 10 horas diarias, afortunadamente se repartían el trabajo por libros, para hacerse una idea de lo que costaba una biblia de esas, tenemos la anécdota de unas monjitas que con lo que les dieron por una biblia, pudieron adquirir un enorme terreno donde construyeron una iglesia, un noviciado y un hospital.
Los evangelios apócrifos o extracanónicos son los escritos surgidos en los primeros siglos del cristianismo en torno a la figura de Jesús que no fueron incluidos ni aceptados en el canon de la Iglesia católica.
Entre esos escritos se encuentran los Manuscritos de Nag Hammadi.
El término apócrifo significa «oculto, obscuro».
Los más importantes evangelios apócrifos fueron escritos por siete, de los doce apóstoles; -Felipe, Tomas, Bartolomé, Andrés (hermano de Simón Pedro), Judas Iscariote, Simón el Zelotey Jacobo hijo de Zebedeo, conocido como Santiago el Mayor (hermano de Juan)-.
En los textos del Nuevo testamento, sólo aparecen documentos escritos por cinco de los 12; Mateo, Juan (hermano de Jacobo hijo de Zebedeo, conocido como Santiago el Mayor), Simón Pedro(hermano de Andrés), Judas Tadeo y su hermano Jacobo hijo de Alfeo, conocido como Santiago el Menor; en cambio hay 13 cartas escritas pon san Pablo que No conoció a Jesús.
Esto demuestra la importancia de la Tradición y el magisterio de la iglesia, que incluso se atrevió a vetar a algunos apóstoles que hicieron milagros junto a Jesús dentro del reducido grupo de los 12, por considerarlas no Inspiradas y en cambio favorece escritos de uno considerado perseguidor de cristianos, por haberse demostrado su conversión y sobre todo inspiración divina.
Otro ejemplo lo vemos en los discípulos de Emaus, que reconocen al señor al partir el pan, cuando en las escrituras solo se habla de una ultima cena con los doce, esto demuestra que no solo habían 12, había otras mesas contiguas con otros apóstoles. Porque los 11 restantes estaban en Jerusalén -judas ya se había ahorcado-
Algunos de estos evangelios fueron escritos por autores gnósticos o miembros de otros grupos posteriormente definidos como herejes. Muchos de estos textos fueron descubiertos durante los siglos XIX y XX, Iglesia ortodoxa etíope solía incluir las epístolas I y II de Clemente y al Pastor de Hermas. A su vez, otras iglesias como la Copta tenían en sus pasajes escritos que describían la niñez de Jesús.
Lutero consideraba apócrifa a la epístola de Santiago, porque la epístola contiene una declaración que contradice las enseñanzas del hereje sobre la salvación solo por la fe: la «fe sin obras está muerta» (2:26). Lutero, en su propia edición de la Biblia, degradó y relegó al nivel de unos simples apéndices la Epístola de Santiago y otros tres documentos, la Epístola a los Hebreos, la Epístola de Judas y el libro de Apocalipsis.
Entre los episodios que contienen los evangelios apócrifos y que forman parte de la tradición de la Iglesia pero NO de las escrituras y que vale la pena destacar, están los nombres de los padres de la santísima virgen San Joaquin y Santa Ana,el episodio de la Presentación de la Virgen niña en el templo, el número y los nombres de los Reyes Magos (Melchor, Gaspar, Baltasar), Allí también se encuentran los nombres y las historias del Buen Ladrón(Dimas) y del Mal Ladrón (Gestas); la historia de Verónica (recogida inclusive en la devoción piadosa del Via Crucis, de tradición católica); el nombre de Longinos, el centurión que atravesó el costado de Jesús en la cruz; o la primera sugerencia explícita de la virginidad perpetua de María, que se encuentra en el Protoevangelio de Santiago. La fuerte presencia de esas tradiciones en la liturgia lleva con frecuencia a olvidar que ninguno de ellos ha sido incluido entre los Evangelios canónicos.
En una extensa carta a Laeta, quien le había consultado sobre la crianza de su hija Paula, San Jerónimo da una serie de consejos; entre ellos, que la instruya en las Escrituras, sugiriendo el orden en que ha de leerlas, añadiendo:
«Que [Paula] evite todos los escritos apócrifos, y si ella es llevada a leerlos no por la verdad de las doctrinas que contienen sino por respeto a los milagros contenidos en ellos, que ella entienda que no son escritos por aquellos a quienes son adjudicados, que muchos elementos defectuosos se han introducido en ellos, y que requiere una discreción infinita buscar el oro en medio de la suciedad».
Jerónimo
Entre los más de 50 descritos, pueden citarse:
Evangelios gnósticos
Evangelio de Tomás
Evangelio de Marción
Evangelio de María Magdalena
Evangelio de Judas
Evangelio apócrifo de Juan
Evangelio de Valentín o Evangelio de la Verdad
Evangelio griego de los egipcios
Evangelios de la Natividad
Protoevangelio de Santiago
Evangelio del pseudo-Mateo
Evangelio de la natividad de María
Extractos del «Liber de Infantia Salvatoris» (cód. Arundel 404 del British Museum)
Otros apócrifos de la Natividad
Evangelios de la Infancia
Evangelios de la infancia de Tomás
Evangelio árabe de la infancia
Historia de José el Carpintero
Evangelio armenio de la infancia
Liber de Infantia Salvatoris (ms. lat. 11867 de la Biblioteca Nacional de París)
Evangelios de Pasión y Resurrección
Evangelio de Pedro (fragm. de Akhmim)
Evangelio de Nicodemo, también llamado «Hechos de Pilatos» (Acta Pilati) y Escritos complementarios
Evangelio de Bartolomé
Evangelios asuncionistas
Libro de San Juan Evangelista (el Teólogo)
Libro de Juan, arzobispo de Tesalónica
Narración del Pseudo José de Arimatea
Cartas del Señor
Correspondencia entre Jesús y Abgaro
Carta del domingo
Evangelio secreto de Marcos
Evangelio del Pseudo-Santiago
Evangelio cátaro del pseudo-Juan
Evangelio de Bernabé
Evangelio de Taciano
Evangelio de los nazarenos
Evangelio de Ammonio
Evangelio de la Venganza del Salvador
Evangelio de la muerte de Pilato
Evangelio apócrifo de Galilea
Manuscritos de Nag Hammadi
Apocalipsis de Pablo
Evangelios perdidos
Evangelio de los hebreos
Evangelio de los ebionitas, también llamado «Evangelio de los Doce»
Evangelio de los Egipcios
Evangelio o Tradiciones de Matías
Evangelio de Tomás
Evangelio de Felipe
Evangelio de Pedro
Evangelio de los adversarios de la Ley y de los Profetas
Memoria de los Apóstoles
Tres clases de frutos de vida cristiana
Evangelio de los cuatro rincones y quicios del mundo
Evangelio de Apeles
Nacimiento de María
Evangelio de Judas Iscariote
Evangelio de Eva
Ascensión de Santiago
Evangelio vivo
Preguntas de María
Evangelio de la Perfección
Evangelio de Basílides
Evangelio de Marción
Fragmentos papiráceos
Oxyrhynchus pap. 655
Oxyrhynchus pap. 840
Oxyrhynchus pap. 1081
Berlin pap. 11710
Fragmento evangélico de Fayum
Fragmento de El Cairo n. 10735
«Logia» de Oxyrhynchus
Egerton pap. 2
Fragmento P. Ryl. III, 463
Fragmentos evangélicos coptos
Agrapha o los dichos atribuidos a Jesús no contenidos en los evangelios canónicos.
Agrapha canónicos extraevangélicos
Variantes de los manuscritos evangélicos
Agrapha citados por los Padres
Agrapha de origen musulmán