Nguyen Anh en su la lucha por el reclamo de su trono, en vietnam en 1777, pudo escapar de las fuerzas rebeldes de Tay Son y encontró refugio en la isla de Phu Quoc, donde Monseñor Pierre Pigneau de Behaine, de la Sociedad de Misiones Extranjeras, dirigía un seminario para jóvenes de países vecinos. El obispo le persuadió a buscar ayuda del rey Luis XVI de Francia.
El Rey Canh Thinh conocedor de que Nguyen Anh recibía apoyo del misionero francés y preocupado que los católicos vietnameses ratifican ese reinado, comenzó a restringir la práctica católica.
El 17 de agosto de 1798, el Rey Canh Thinh emitió un edicto anti-católico y dio la orden de destruir todos los seminarios e iglesias católicas, e inició la persecución de católicos.
Nguyen Anh reconquistó el trono, pero continuó la persecución. Así como todos sus sucesores hasta el siglo 20.
A los católicos se les marcaban las caras como si fueran ganado hasta la pena de muerte usando variados métodos de crueldad para los vietnamitas y para los sacerdotes misioneros.
Fue durante este gran período de sufrimiento que Nuestra Señora de Lavang se apareció al pueblo de Vietnam, La Vang, significa «Súplica».
La primera aparición de Nuestra Señora de Lavang fue reconocida en 1798, cuando la persecución comenzó.
Muchos católicos buscaron refugio en las profundidades de la selva, donde sufrieron frío, el acecho de las bestias salvajes, enfermedades de la selva y hambruna.
Por las noches ellos se congregaban en pequeños grupos para rezar el Santo Rosario y para orar, una noche fueron visitados por la aparición de una bella Señora que vestía un largo manto, sostenía un niño en sus brazos y tenía dos ángeles a su lado. Nuestra Santísima Madre los confortó y les enseño como hervir las hojas de los árboles para usarlos como medicina. También les dijo que, desde ese día en adelante, todo aquel que viniese a ese lugar para orar, sus oraciones serían escuchadas.
Entre los muchos grupos de católicos vietnamitas que fueron quemados vivos por su fe se encuentra un grupo de 30 fieles que fueron apresados después de salir de su refugio en la foresta de Lavang, fueron llevados a la pequeña capilla donde fueron inmolados.
En 1886, el obispo Gaspar empezó a edificar una iglesia en honor a Nuestra Señora de Lavang, tomó 15 años en completar la iglesia.
El 19 de junio de 1988, Juan Pablo II en la ceremonia de canonización de 117 mártires vietnamitas reconoció la importancia de Nuestra Señora de Lavang y expresó su deseo por ver la reconstrucción de la Basílica, para Alrededor de 130.000 mártires.