El sábado santo la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su pasión y muerte, y se abstiene del sacrificio de la misa.
En el catecismo se explica lo que sucede con Jesús antes de la resurrección en el #633 La Escritura llama infiernos, sheol, a la morada de los muertos donde bajó Cristo después de muerto, porque los que se encontraban allí estaban privados de la visión de Dios (Sal 6, 6; 88, 11-13). Tal era, en efecto, a la espera del Redentor, el estado de todos los muertos, malos o justos (Sal 89, 49;1 S 28, 19; Ez 32, 17-32), lo que no quiere decir que su suerte sea idéntica como lo enseña Jesús en la parábola del pobre Lázaro recibido en el «seno de Abraham» (Lc 16, 22-26). «Son precisamente estas almas santas, que esperaban a su Libertador en el seno de Abraham, a las que Jesucristo liberó cuando descendió a los infiernos» (Catecismo Romano, 1, 6, 3). Jesús no bajó a los infiernos para liberar a los condenados (Concilio de Roma, año 745: DS, 587) ni para destruir el infierno de la condenación (Benedicto XII, Libelo Cum dudum: DS, 1011; Clemente VI, c. Super quibusdam: ibíd., 1077) sino para liberar a los justos que le habían precedido (Concilio de Toledo IV, año 625: DS, 485; cf. también Mt 27, 52-53).
«Hasta a los muertos ha sido anunciada la Buena Nueva …» (1 P 4, 6). El descenso a los infiernos es el pleno cumplimiento del anuncio evangélico de la salvación. Es la última fase de la misión mesiánica de Jesús.
Los cristianos de los primeros siglos ayunaban tan estrictamente como el viernes santo, porque éste era el tiempo en que Cristo, el esposo, les había sido quitado (Mt 2,19-21).
Un gran silencio envuelve la tierra; un gran silencio y una gran soledad. Un gran silencio porque el Rey duerme. La tierra está temerosa y sobrecogida, porque Dios se ha dormido en la carne y ha despertado a los que dormían desde antiguo’.
«Fuimos, pues, sepultados juntamente con él por el bautismo en la muerte, para que, como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros caminemos en nueva vida» (Rom 6,4).
En la Iglesia primitiva, el simbolismo del bautismo como sepultura con Cristo resultaba mucho más claro que en tiempos más recientes. Los catecúmenos adultos descendían realmente a la pila bautismal, que, en su aspecto, no era muy diferente de una tumba. Descendían a las aguas, como signo de muerte y sepultura, y salían significando la resurrección.
Están todos los milagros que ocurrieron durante la crucifixión y los días posteriores…
Mt 27, 45 LAS TINIEBLAS CU-BREN TODA LA TIERRA «Desde la hora sexta hasta la hora nona toda la tierra estuvo en tinieblas» |
Mc 15, 33 LAS TINIEBLAS CUBREN TODA LA TIERRA «Al llegar la hora sexta, la tierra entera quedó en tinieblas hasta la hora nona» |
Lc 23, 44-45 LAS TINIEBLAS CUBREN TODA LA TIERRA «era ya como la hora sexta, cuando la tierra entera quedó en tinieblas hasta la hora nona, porque se eclipsó el sol (v.45) |
Jn 19, 17-30 |
Mt 27, 51 LA CORTINA DEL SANTUARIO SE RASGA “Entonces la cortina del santuario se rasgó en dos, de arriba abajo» |
Mc 15, 38 LA CORTINA DEL SANTUARIO SE RASGA “y la cortina del santuario se rasgó en dos, de arriba abajo” |
Lc 23, 45b LA CORTINA DEL SANTUARIO SE RASGA “y la cortina del santuario se rasgó por medio» |
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Mt 27, 51a: LA TIERRA TIEMBLA “la tierra tembló” |
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Mt 27, 51b LAS ROCAS SE RAJAN “las rocas se rajaron” |
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Mt 27, 52 LAS TUMBAS SE ABREN “las tumbas se abrieron” |
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Mt 27, 52a MUERTOS RESUCITAN “y muchos cuerpos de santos que habían muerto resucitaron; después que él resucitó, salieron de las tumbas, entraron en la ciudad santa y se aparecieron a muchos”. |
El eclipse de crucifixión, también conocido como la oscuridad de la crucifixión o la tiniebla de la crucifixión, es un episodio descrito en tres de los evangelios canónicos en los que el cielo se oscurece durante el día en el momento de la crucifixión de Jesús.
En el año 197 d. C., el apologista cristiano Tertuliano consideró que esto no era un eclipse sino un presagio, que, según él, fue registrado en los archivos romanos. El comentarista cristiano del siglo III Orígenes ofreció dos explicaciones en la obra Contra Celso, citando la oscuridad, el terremoto y la apertura de tumbas. Como prueba y se refirió a una descripción de Flegón de Trales de una oscuridad, acompañado de terremotos que se sintieron en otras partes del Imperio durante el reinado de Tiberio (probablemente el de 29 d. C.).otras fuentes de referencia hoy en día perdidas, como las del historiador griego Thallus. hablan de una oscuridad en todo el mundo.
En el siglo IX, el historiador bizantino Jorge Sincelo citó al historiador cristiano del siglo III Sexto Julio africano, quien señaló que «Talo descarta esta oscuridad como un eclipse solar».
Un eclipse solar no podía ocurrir durante la Pascua (los eclipses solares solo ocurren en una luna nueva, mientras que la celebración de la Pascua tiene lugar durante la luna llena). El astrónomo Johannes de Sacrobosco escribió, en su obra Esfera del mundo, que «el eclipse no fue natural, sino milagroso y contrario a la naturaleza».
Otros vieron esto como una señal del juicio de Dios sobre el pueblo judío, a veces conectándolos con la destrucción de la ciudad de Jerusalén en el año 70; o simbolizando la vergüenza, el miedo o el sufrimiento mental de Jesús. Fitzmyer compara el evento con una descripción contemporánea registrada en la obra Antigüidades Judaicas, de Flavio Josefo, que informa «actos ilícitos contra los dioses, de los cuales creemos que el sol mismo se ha ido».
Durante el terremoto del viernes santo el río jordán cambió el curso, las torres se hundieron en varias ciudades y algunas fueron destruidas, resucitaron los muertos y se les aparecieron a sus familiares anunciandoles la salvación del Mesías.